Amor eterno

~Capítulo28~

A la mañana siguiente, Robín se encontraba en el parque con su semental cabalgando, sentía como las tensiones de una mala noche se iban con el viento.

Mientras cabalgaba por el camino principal, se puso a recordar lo que habían sucedido con Clair en el pasado.

Pasado:
Al día siguiente del escándalo, todo Londres se había enterado que Clair había huido con otro hombre dejándolo plantado en el altar. Por bastante tiempo había sentido un gran sentimiento de culpa y había levantado muros en su corazón. Terminó por alejarse de los salones de la grandes damas de la alta sociedad, para evitar los chismes.

Presente:
Ahora todo era diferente, ya no era el joven ingenuo de antes, ahora era mucho más sabio y racional.

Estaba volviendo de su cabalgata, cuando vio que se acercaba Frederick, el prometido de Lucy a lomos de su yegua.

-Buenos días, Robín. -Saludó Frederic con un asentimiento de cabeza.

-Buenos días, Frederick. - Contestó imitando el saludo.

-Necesito hablar contigo, es sobre Annabet.

-¿Qué sucede con ella? -preguntó Robín, intentando no parecer más preocupado de lo que lo estaba.

-Eso mismo te pregunto yo a ti. ¿Qué sucede con ella? ¿Realmente la amas?

-Claro que la amo. Más que a nada.

-Bien, por qué ayer a la noche te escuché hablar con tu antigua prometida. Anna es buena, no se merece que la hagan sufrir y a Lucy tampoco, piensa el escándalo que se armaría si se supiera que estás prometido con mi futura cuñada, pero aún te sigues hablando con tu antigua prometida. Arruinarías la reputación de las dos y es algo que no voy a permitir, más que nada por Lucy.

-Mira Frederick, yo amo realmente a Anna. Jamás quisiera que su reputación o la de su hermana se pusieran en duda. Ayer hablé con Anna el tema de Clair, y por eso di la estricta orden de no dejarla entrar por si se aparecía. Realmente no sé como logró pasar, Clair me encontró en la terraza, me dijo que quería volver, que estaba arrepentida, por supuesto que le dije que no quería saber más de ella, no le di ni la más mínima oportunidad de malinterpretar mis palabras.
Sospecho de alguien que pudo haberla ayudado a entrar, pero no puedo afirmarlo. Como sea, lo que ocurrió es algo que debe saberlo Anna, no quiero que haya secretos. Hoy vendrán a casa, obvio la invitación te incluye a ti, eso esta demás decirlo, así que le contaré todo.

Anna se levantó de la cama, fue hasta la ventana y descorrió las cortinas. Vio que la cuidad había amanecido bajo un cielo plomizo. Era media mañana, cuando comenzaron a caer las primeras gotas.

Fue hasta el ropero y eligió un vestido de manga tres cuartos color ciruela, mientras se cepillaba el pelo tocaron la puerta de su dormitorio.

-Pase. - Dijo emocionada sin despegar la vista del espejo.
Cuando su hermana entró en el recinto, cerró la puerta detrás de sí y se dirigió hasta donde estaba su hermana.

-¿Me permites? -preguntó Lucy tomando el cepillo de la mano de su hermana.

-Si, claro.

-Anni, cuéntame que fue lo que hablaron después de que Fredy y yo nos fuimos. -La obligó Lucy.

-Bueno, gracias a ti, me hizo decirle que sentía por él y después terminó sincerándose conmigo y me dijo que me amaba.

-Ay, es un tierno.

-Después hablamos de Clair. ¿Te contó Chloe que la vimos en lo de Madame Bertha?

-Algo me ha dicho, pero no se apareció o por lo menos no lo hizo hasta que nosotros nos fuimos. Me alegra que tú y el señor Henderson estén juntos, tú te mereces a alguien tierno como él. -Lucy se alegró mostrando una sonrisa amplia.

Después de que Lucy la ayudara a peinarse, bajaron juntas las escaleras.

Al salir a la calle caía una fina llovizna. Subieron a carruaje y se marcharon hacia Winchester House.

Al llegar, los recibió Charles, el mayordomo de Robín. Los condujo hacia la sala de invitados y fue en busca del marqués.

Cuando Robín entró en la sala, se saludaron con una reverencia.

-Fue muy amable en invitarnos señor Henderson. -Agradeció la madre de Anna.

-De nada. ¿Qué les parece si damos un recorrido por la casa? -les sugirió Robín.

-Nos encantaría. -Contestó Anna.

Robín los condujo por una larga galería, dónde se ubicaban las pinturas con los retratos de sus ancestros.

Cuando Charles les anunció que el almuerzo estaba listo, todos pasaron al comedor Anna se ubicó en uno de los laterales, al lado de Robín que se encontraba sentado en la cabecera.

Mientras almorzaban, conversaban animadamente de la fiesta que había tenido lugar allí la noche anterior.

Robín necesitaba hablar en privado con Anna, pero tendría que esperar hasta la noche, necesitaba contarle lo que había sucedido con Clair.

-¿Cómo van los preparativos de la ceremonia? -le preguntó Robín a Lucy y Frederick.

-Bien, para ser que tuvimos muy poco tiempo ya tenemos casi todo listo, solo nos faltan unos pequeños detalles.

-Estamos muy emocionados con la boda de nuestra hija mayor. -Comentó Arthur.

-Los días se pasan cada vez más rápidos. -Acotó esta vez Lucy.

-¿Y ustedes? ¿Cuándo planean anunciar su compromiso? -Preguntó Frederic clavando la vista en Robín.

-Pues, nosotros lo anunciaremos cuando estemos listos. -Dijo Anna echándole una mirada a Robín.

-No queremos opacarles el momento a ustedes.

-Ay, Anni, que cosas dices. -Se burló Lucy- Por nosotros no se preocupen.




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