Amor eterno

~Capítulo45~

Mientras caminaban por el jardín, se detuvieron en una mirador tapado por enredaderas. Al entrar Anna lo frenó y lo enfrentó.

-¿Qué fue lo que te atrajo de mí? -preguntó Anna, de pronto sintió la necesidad de saberlo.

-Lo Dulce e inocente que eres incluso lo terca que puedes llegar a ser. Pero sobre todo lo buena y comprensiva que has sido conmigo. -Le contestó él posando una mano en la mejilla de ella.

-¿Y tú? ¿Qué fue lo que te atrajo de mí? -Preguntó Robín.

-Fue lo caballero que fuiste, me enamoré de ti el día de mi presentación. Chocar contra ti fue el mejor accidente que pude haber tenido. -Le responde la muchacha mientras observa como Robín se coloca en frente de ella y agacha la cabeza.

Anna se puso de puntillas para achicar la distancia que los separa.

Sus labios se fundieron de un arrasador beso se los dejó sin respiración. Mientras se besaban de lo profundo de Anna surgió un gemido y Robín soltó un gruñido. Éste cambió de posición y la atrajo más hacia él. Anna le hechó los brazos al cuello y se acercó aún más. Al sentir las manos de Robin recorriendole la espalda sintió como un ramalazo de corriente le recorrió la espalda. Anna sueltó su agarre y le enterró  una mano entre los cabellos de él. Comenzó siendo un beso tierno, pero a medida que el beso se volvió más profundo y aceptó gustosa la intrusión de la lengua de Robín en su boca para que la explorara, sintió que las manos de él iban hacia sus glúteos y la levantó un poco contra su cuerpo, Anna sintió el estado evidente de la excitación de él, pero no le importó, hacía rato acalló su vocesita interior. Luego de un momento Robín interrumpió el beso solo unos segundos, necesitaba que le entre aire en los pulmones. Luegp de un breve momento, volvió a agachar la cabeza y se volvió a apoderar de los labios de la joven. Volvió a pasarle la punta de la lengua por los labios de Anna y esta los abrió dándole el permiso para que entre, sus lenguas se fundieron  y volvieron a perder el sentido.

Al cabo de un rato se separaron y ambos se encontraron con la respiración agitada y los sentidos aturdidos.

-Me estas matando cariño. -La voz de Robín sonó ronca- Si sigues volviéndome loco como hasta ahora olvidaré mi promesa y te haré mía antes del matrimonio.

-No lo harías. -Contesta Anna mientras se acomoda.

-¿Por qué estás tan segura? -le dice Robín agachándose y dándole un corto beso en los labios.

-Por qué se que eres hombre de palabra mi amor.

-No me pongas a prueba amor. -Contesta Robín exhibiendo una sonrisa pícara.

Anna al pensar lo que podría llegar a pasar se ruborizó a más no poder. Si se lo pedía en ese momento se entregaría a él sin reserva alguna, ella estaba completamente segura de que la amaba y se lo había demostrado.

-Anna. -La llamó Robín sacándola de su ensoñación. Sin pronunciar palabra Anna se acercó a él, se puso de puntillas de pie y le rozó los labios con los suyos.

-Sácame de aquí Rob. -Le pidió ella. Robín pudo ver la pasión que había en sus ojos- Llévame contigo, lejos.

-De acuerdo. -Contestó Robín tomándola de la mano- Te veo en cinco minutos en mi carruaje. Saldré primero y luego tú.

-Le avisaré a mi madre que me iré. No te preocupes, inventaré algo creíble.

Cinco minutos después se encontraba dentro del carruaje junto al hombre que le robaba el aliento. Robín cerró la puerta del carruaje, y se pusieron en marcha.

Después de veinte minutos de desplazarse por las oscuras calles de la ciudad llegaron a la residencia Henderson.

Una vez dentro Robín la guió de la mano hasta su estudio y la hizo pasar primero. Anna paseó la vista por el recinto bien decorado.

-Es hermoso Rob. -Dijo la joven mirando todo a la vez.

-Gracias cariño. - Respondió Robín- ¿Puedo ofrecerte Brandy? Por desgracia es lo único que tengo.

-Si, solo un poco está bien. -Contestó Anna tomando asiento en el diván.

Robín tomó dos copas, las sirvió con el liquido color ámbar y se dirigió al lado de Anna.

-Toma. -Dijo extendiéndole la copa. Anna la aceptó y tomó un trago. El líquido le bajó por la garganta haciéndole toser involuntariamente.

-Pues... Veo que te gusta leer bastante. -Dijo Anna para romper el silencio, si bien ya había estado ahí en otro momento ahora lo notaba.

-Si, cada tanto se puede decir. Cuando vivamos juntos podrás leer todos los que te plazcan. -Aseguró Robín.

-Oh, gracias Rob. Eso sería maravilloso. -Contestó Anna dedicándole una sonrisa de agradecimiento.

Robín se acercó a ella y le tomó la copa de la mano y junto a la suya las depósito en la mesa auxiliar. Luego se giró hacia la joven y se acercó un poco más. Le clavó la vista en los ojos de la muchacha y comenzó a descender poco a poco hacia sus labios.

Anna de pronto se sintió aturdida, 《el brandy lo debe haber causado》pensó. Al ver que Robín se inclinaba hacia ella retuvo el aliento. Al sentir los labios de él posarse en los suyos cerró los ojos. Sintió que la punta de la lengua del hombre le recorrió su labio inferior pidiéndole que abrirse los suyos. Anna lo aceptó y los abrió gustosa.

Mientras sus lenguas se fundían Robín la comenzó a recorrer con las manos. Separó sus labios y comenzó a dejarle un camino de besos a lo largo del esbelto cuello de la muchacha hasta volver a sus labios mientras una de sus manos le recorría la pierna y volvía a su torso.

Anna le recorría la espalda con sus manos en un intento de reconocerlo, hundió una de sus manos en su cabello desordenánselo.

Luego de un momento Robín se levantó, la tomó en brazos y la llevó a su habitación. Durante el trayecto no dejaron de mirarse.
Cuando hubo entrado, empujó la puerta con su cuerpo hasta que sintió que la cerradura trabó. Caminó hasta la amplia cama y la depósito en ella suavemente. Se quitó el saco, los zapatos, las medías y se tumbó al lado de la joven.

Volvió a apoderarse de su boca y comenzó a desvestirla, cuando hubo terminado, se separó para desvestirse a toda prisa y se metieron bajo las mantas.




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