Amor eterno

~ Capítulo50~

Dos días después, Anna entraba a la iglesia al lado de Robín en la boda de Lucy. Anna era la dama de honor y Robin era el padrino.

Lucy vestía un modelo de Madam Bertha en color blanco y Anna como dama de honor vestía uno en color azul cielo.

La ceremonia fue dentro de todo corta, Anna se había emocionado cuando su hermana había pronunciado los votos. Se imaginó a Robín y a ella pronunciando los suyos y no pudo contener una lágrima que comenzó a rodarle por la mejilla.

Desvío la mirada hacia Robín y este le dedico una sonrisa cargada de amor la cual Anna respondió en igual medida.

Cuando la ceremonia terminó, todos se dirigieron a la residencia Brighton para el festejo.

Luego del banquete, los novios salieron al centro del jardín a bailar un vals y luego cada invitado salió a bailar con los novios.

-Más te conviene que la cuides bien, por que sino te mataré con propias mis manos. -Dijo Anna burlándose.

-Lo prometo Cuñada. -Le respondió Frederick riéndose.

-Hablando en serio, espero que sean muy felices. -Les deseó Anna.

-Gracias, Anna. Eres la mejor cuñada que pude haber tenido. Les deceso lo mejor a ti y a Robín. Se lo merecen. -Le dijo Frederick dedicándole una sonrisa.

-Gracias Fredy. -Dijo Anna.

-Aquí estas cariño. -Dijo lucy rodeándole los hombros a Anna con un brazo- Me dijo mamá que me estabas buscando.

-Si, ya es hora de partir. -Respondió Frederick.

Anna, su madre y Lucy subieron a la habitación de esta para cambiarse de ropa. Cuando estuvo lista se despidió de las tres sollozando un poco.

-Se me cuidan las dos ¿De acuerdo? - dijo Lucy abrazándolas.

-Por supuesto. -Respondió Anna por las dos- Más vale que cuando vuelvas me des la noticia de que viene un sobrino en camino.

-Ay, Anni, que cosas dices. -Dijo Lucy riendo y llorando a la vez- Debo irme o mi marido me matara.

Las tres mujeres bajaron, al llegsr al final de las escaleras los nuevos esposos se despidieron y se pusieron en marcha rumbo a su luna de miel.

-Anna.- La llamó Robín. Al escuchar la voz de su prometido, la joven se giró.

-Dime amor, ¿Qué sucede? -le preguntó Anna intentando leer los pensamientos de Robín sin lograrlo.

-Hay algo que quiero contarte. -Dijo Robín tomándole las manos y viéndola a los ojos.

-¿Y qué es? -preguntó Anna exasperada.

-Pedí una licencia especial de matrimonio. Nos casamos dentro de quince días. -Le comunicó Robín.

-¿Qué dentro de quince días? ¿Pero y mi hermana? Sabias que ella es una de mis damas de honor, no puedo casarme si ella no está.

Anna se sintió un poco mal por la decisión de Robín.

-No te preocupes por ello, ya hablé con Frederick y accedió a volver solo por nuestra boda y después retoma su luna de miel.

-¿Qué, es en serio? -preguntó Anna sin poder creerlo.

-Si, ambos accedieron. Lucy acotó que sería bueno que estemos casados y ser tan felices como ellos y lo terminó convenciendo a Frederick.

-Oh, Robín. No sabes lo feliz que me haces. -Le dijo Anna estrechándolo por la cintura.

-Sabía que te gustaría mi sorpresa. -Contestó éste.

-Lo que sí, me voy a tener que poner en marcha con todos los preparativos, hay muy poco tiempo. -Dijo Anna pensando en los detalles.

El lunes por la mañana Anna junto a su madre se puso en campaña para los preparativo de su boda. Comenzó yendo a lo de Madame Bertha para que le confeccionara lo que iba a ser su vestido de novia.

La mujer la reprendido por el poco tiempo que le daba para confeccionarlo, pero le aseguro que lo tendría listo.

Al salir de allí, madre e hija se dirigieron a comprar el ajuar que utilizaría la noche de bodas. Aún no lo había visto a Robín para hablar con él sobre ese tema.

A medida que la comerciante le mostraba los diferentes modelos y colores, Anna comenzó a pensar en Robín y en todo lo que estaba sucediendo. Una vez que decidió, eligió un corsé en color azul zafiro, unas bragas del mismo color y por ultimo eligió unas medias de sedas blancas con cintas en el mismo tono que la ropa interior. Eligió esos colores debidos que quería recordarle como se habían conocido.

Cuando terminaron de pagar fueron calle arriba a elejir las decoraciones para los centros de mesas, souvenires y la decoración de la torta.

Eligió rosas blancas para el ramo y un ramito hecho de tres pimpollos de la misma flor para el tocado el cual recogería ese mismo día a última hora de la tarde ya que habían elegido casarse de noche.

Una vez que tuvo todo listo ambas entraron al restaurante Flawer's para almorzar.

-La verdad que todo esto de los preparativos para la boda me emocionan mucho. -Dijo Constance dedicándole una sonrisa a su hija.

-Ay, ma, me vas a hacer llorar. -Contestó Anna riendo.

-Es que me pone sentimental la idea de que mi pequeña hija se va a casar. -Constance tomó su servilleta y se secó una lágrima.

-Ya, ya ma, no me vas a perder. Nos veremos y seguiremos saliendo de compras juntas y cada tanto iré a merendar contigo.

-Lo sé hija, es que la casa se va a sentir tan vacía sin ti y tu hermana. -Dijo Constance con pesar.

-Hasta que lleguen los futuros hijos de Lucy y los míos, cuando eso suceda podrás malcriarlos. -La alentó Anna riéndose.

-Es verdad, espero que lleguen pronto, ya quiero verlos corriendo y chillando por la casa, nos alegraría tanto a tu padre y a mi.

-Vas a ver que si. -Le aseguró Anna soriéndole.

Una vez que terminaron, pagaron la cuenta y salieron una vez más a la calle.

Al llegar a la residencia, Philip se acercó a Anna con una nota en una bandeja.

-Es de Robín, pide permiso para llevarme a cenar, luego al teatro y por ultimo al evento que realizará Lady Josefin. -Le comunicó Anna a su madre después de leerla y esta le dio permiso.

Anna salió corriendo hacia el despacho de su padre y escribió una nota a toda prisa contestándole afirmativamente.




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