Después de enviar a un mensajero con la instrucción de volver con una respuesta, Anna corrió escaleras arriba para comenzar a prepararse para a aquella noche.
Abrió su ropero y de el sacó un vestido lila que le regaló hacía poco su hermana y lo depósito sobre la cama. De una de las bolsas saco unas bragas nuevas que había comprado aquella mañana y la dejo junto a su vestido.
Cuando le subieron la tina con el agua caliente, se desvistió y se metió dentro, se bañó a conciencia y se lavó el cabello con el jabón de olor a rosas.
Cuando término, salió del agua y se envolvió en toallas, la doncella la ayudó a vestirse y después de sentarse en el taburete frente a la cómoda donde se encontraba el espejo, la doncella le trenzó unas cuentas del mismo color del vestido en el cabello ya sujeto con horquillas.
Mientras se contemplaba de pie ante el espejo, alguien golpeó a la puerta.
-Anna, -llamó su padre desde el otro lado- Robín está esperándote abajo.
-Enseguida bajo. -Contestó, tomó sus impertinentes y salió del cuarto.
Al llegar al vestíbulo, saludó a Robín con un beso en la mejilla y tomo el dominó que le tendió Philip.
-¿Ye estás lista cariño? -preguntó Robín.
-Si, si. Vamos amor. -Afirmo Anna saliendo a la vereda.
Robín la ayudó a subir al carruaje y luego de subir él y cerrar la portezuela se pusieron en marcha.
-¿Me dirás a donde iremos hoy o también será una sorpresa? Preguntó Anna con una sonrisa picara.
Robín la tomó de la muñeca y como ya era costumbre la sentó sobre sus piernas.
-Es una sorpresa, quiero que sea especial. -Le respondió Robín dándole un tierno y casto beso.
Al llegar al destino Anna se dio cuenta de que se encontraba en el patio de la residencia de su prometido.
-Aquí podremos estar a gusto sin miedo a que alguien nos reconozca. -Le dijo Robín ofreciéndole el brazo el cual Anna aceptó gustosamente- Hoy te quiero solamente para mí.
-Oh, Robín -Dijo Anna admirando la mesa servida- esto es muy tierno de tu parte.
Robín le apartó la silla y una vez que ella se sentó la acercó a la mesa. Por último el tomo asiento a la cabecera y espero que Charles les sirviera.
-Esto es muy romántico. -Dijo Anna, tomando su copa de champán y bebiendo un pequeño sorbo.
-Me alegra que te haya gustado estos son los últimos días que nos quedan de solteros y no quiero desperdiciarlos en veladas sociales.
Al terminar la cena, ambos se dirigieron al cuarto de este.
Robín se acercó a Anna, sigiloso como un lobo en busca de su presa, y comenzó a besarla apasionadamente, desprendió el cierre del vestido de la muchacha y dejó que cayera a los pies de esta. Anna, por su parte, le desabotonó uno a uno los botones de la camisa y se la deslizó por los hombros hasta que calló al suelo, le recorrió los músculos de la espalda sintiendo como se contraían bajo las caricias de ella. Cuando ya no pudieron esperar más, se entregaron uno al otro.
Cinco días después la iglesia estaba a rebosar de invitados.
Robín se encontraba de pié ante el altar moviéndose nerviosamente.
-Relájate. -Le dijo su ahora recién adquirido cuñado- Ella vendrá. Te ama.
-Lo sé, pero no puedo evitar sentirme así. -Le confesó Robín.
Las puertas se abrieron y Robín contuvo el aliento, las primeras en entrar fueron Lucy y luego Chloe que eran las damas de honor. Por último entró Anna luciendo un vestido bordado con perlas, tomada del brazo de su padre. Al llegar al altar Arthur le entregó a su hija y así dio comienzo a la ceremonia.
Luego de que el cura hablara, fue el turno de Robín de decir los votos.
-Yo, Robín Henderson marqués de Winchester, te tomo a ti Annabet Brighton como esposa para amarte y respetarte hasta el final de mis diás. - Tomo uno de los anillos y se lo colocó a Anna en el dedo.
Después de esto, fue el turno de Anna.
-Yo Annabet Brighton, te tomo a ti Robín Henderson marqués de Winchester como esposo para amarte y respetarte hasta el final de mis días. -Al terminar tomo el anillo que quedaba y se lo colocó en el dedo a su ahora nuevo esposo.
-Ahora si, los declaro marido y mujer. -Declaró el párroco- Puede besar a la novia.
Robín la tomó por la cintura y la acercó un poco hacia él y le dio un pequeño beso.
Cuando se separaron, Robín la tomó de la mano y se dirigieron a la salida.
Al llegar a la vereda, todos los invitados comenzaron a arrojarles puñados de arroz.
Después de felicitarlos, se pusieron en marcha hacia el banquete.
Mientras todos charlaban animadamente Frederick pidió silencio golpeado la copa con la punta de su tenedor.
-Buenas noches, - Comenzó Lucy- quería hacer un brindis por mi hermana y mi nuevo cuñado. Deseo de todo corazón qué sean muy felices y que la vida siempre les sonría. Espero también que pronto me den un sobrino. -Todos los allí presentes rieron y brindaron por los novios.
Los músicos comenzaron a tocar un nuevo vals y todos comenzaron a girar al rededor de la pareja.
-Estas hermosa esta noche, ¿lo sabes no? -le dijo Robín sólo para que ella sola pudiera oírlo.
-Gracias,Rob. -Dijo Anna ruborizándose- Tú también estás muy guapo.
-Ahora es nuestro turno de ser feliz. -Dijo Robín besando a Anna en los labios.
-Es verdad. Espero ser la esposa perfecta para ti cariño. -No supo por qué, pero de pronto se sintió abrumada.
-Ya sos perfecta para mí. Nada de lo que ocurra de ahora en adelante lo podrá cambiar, por qué nos amamos y lo que sentimos uno por el otro es real. Ni tú ni yo lo forzamos, solo se dio y es algo que me agrada. -Respondió Robín ejecutando un giro- Te amo Anna y nadie va a cambiar lo que siento.
-Eres el amor de mi vida Rob. -Dijo Anna volviendo a su posición después de girar- Tú eres lo que siempre soñé, lo que siempre quise y nada lo podrá cambiar.
-Lo sé cariño, -Robín la acercó un poco y la besó brevemente pero con todo el amor impreso en el- por qué lo nuestro es un amor eterno.
Fin ❤