—Me gustaría felicitarla por su boda —los ojos de la mujer me recorrían de arriba hacia abajo.
—Gracias mi Lady —sonrió, pero ella no me devuelve la sonrisa, su mirada es dura. Sus ojos azules brillan con hostilidad.
—Debe ser incómodo casarte con un Conde y la sociedad ni se enteró de tu boda —su mirada me recorre lentamente —pero entiendo al Conde Grave, debe sentirse avergonzado de estar casado con una mujer poco agraciada y común. No eres el tipo de mujer que le gusta a ... Matt —en sus labios se dibujó una sonrisa cuándo lo tuteo —él es muy apasionado y supongo que tú no le debes causar absolutamente nada.
Me sentí confundida ante sus palabras.
—¿En serio? —mi corazón latía fuertemente, había sido la única persona en la reunión que se estaba portando hostil conmigo.
—Si, míranos —miro sobre su hombro hacia el salón —todas somos bellas —enarco una ceja —rubias, ojos azules —su mirada se posó en mi cabello —cabello sedoso.
—Noelle —Claude estaba junto a mi —¿Estás bien?
—Lo estoy —forcé una sonrisa, pero él frunció el ceño.
—¿Pasa algo? —se centró en la mujer —¿Le ha dicho algo a la anfitriona?
—No te preocupes Claude —él se negó a verme.
—Interesante —respondió la mujer, su mirada iba de él hacia mi —bueno me voy a mi grupo —su sonrisa torcida me provocó malestar.
Ella caminaba erguida, elegante sentí un gran peso en mi corazón, ella tenía razón, todas las ahí presentes eran elegantes, mujeres bellas... yo toda la vida me consideré fuera de lugar, miraba las pinturas de mamá, una mujer preciosa, diminuta, elegante, rubia y bella, yo era todo lo opuesto a mamá, me parecía a papá.
—¿Qué fue lo que pasó? —dirigí mi atención hacia Claude.
—Nada —suspire y pase mi mano por la falda de mi vestido.
—No debes permitir que nadie te ofenda, tú tienes una mejor posición que todas las aquí presentes, eres una Condesa Noelle.
—Estoy bien, bueno un poco cansada, me duelen los pies.
—Ya se empezarán a marchar los invitados Noelle.
—Eso espero —observé a Matt que conversaba con un hombre mayor, ambos estaban enfrascados en la conversación, la mujer había hablado de mi esposo como si lo conociera bien.
La mujer reía con un grupo de mujeres, todas sonreían y de vez en cuándo dirigían su mirada hacia mí para luego apartarla y comentar algo para soltar una carcajada.
Me moví incómoda en mi lugar, hablaban de mí, era más que obvio y les parecía graciosa.
—Ven —levante la mirada y tenía ante mí la mano de Matt.
Al colocar mi mano en la suya, él la cerró y me dirigió hacia el hombre con el que había estado conversando.
—Barón, le presentó a la Condesa de Grave —el hombre achico sus ojos azules, me observó en silencio por un instante para luego sonreír.
—Condesa —extendí mi mano y el la besó —es un gusto conocerla.
Hice una pequeña reverencia.
— Alfred Burrell — se inclina ante mí.
—Un placer Barón Burrell —él sonrió y me pareció una persona agradable.
—Alfred —mi cuerpo se tensó al ver a la mujer ante mí.
—Querida estoy conociendo a nuestra encantadora anfitriona la Condesa de Graves, déjeme presentarle a la baronesa Burrell.
Ambas nos miramos por un instante.
—Barón ya conocí a su esposa.
Sentí la mirada de Matt en mi, pero me negué a mirarlo.
—Que bien mi querida Condesa que ya tuvo el gusto de conocer a mi amada esposa —quise rodar los ojos no me explicaba que alguien tan agradable estuviera casado con alguien desagradable.
—Alfred querido, estoy cansada.
—¿Tienen hijos Barón? —ella apretó sus labios y su mirada fue hostil.
—Aún no mi lady, pero espero que pronto pueda tener la dicha de un hijo, mi querida esposa sufre como yo al no ser bendecidos por un bebé.
—Imagino que la baronesa debe sufrir mucho por no tener hijos —declaró Matt y tomó mi mano —debo agradecer a los demás invitados por haber venido, un placer haber conversado con usted, barón.
—También me alegró haber conversado con usted Conde, para ser la primera vez que nos deteníamos a conversar fue muy agradable.
—Lo mismo opinó, descansen que les vaya muy bien —Matt avanzó hacia los otros grupos. Saludamos, agradecimos y nos despedimos. Al llegar donde estaban las mujeres con la baronesa, estás dejaron de conversar para mirar con admiración a Matt, obviamente ninguna me miró.
—La Condesa y yo agradecemos su presencia esta noche en nuestro hogar.
—Conde Graves, es un placer haber compartido en este día con ustedes.
Todas continuaron alabando la comida, las bebidas y los juegos que se organizaron.
—Todo fue organizado por la Condesa —lo miré porque yo no me había involucrado en nada, todo fue organizado por Gabinia.
—Oh —susurraron todas y hasta ese momento me miraron.
—Gracias por haber compartido con nosotros —declare.
Ellas se limitaron a sonreír, pero me daba cuenta que habían sido influenciadas por la baronesa.
—¿Alguien aquí es Duquesa o Marquesa? —pregunté y sonreí al verlas que abrieron más los ojos.
Matt carraspeo, pero vi su sonrisa escondida.
—No querida —lo miré porque era la primera vez que me llamaba por un apelativo cariñoso.
—Nos retiramos —declararon las mujeres y casi solté el aire retenido.
Ellas se dirigieron hacia sus esposos y luego a recoger sus capas, abrigos.
Una hora o más me llevó esperar que se retiraran, me sentía cansada.
—Lo hiciste muy bien —Lady Gabinia me sonrió —fue una velada espectacular.
—Estoy cansada —suspire y avance.
—Claude me dijo que la baronesa Burrel te perturbo —me giré para verla, ella tenía una expresión seria —tenía mis sospechas, pero no estaba clara de quién se acercaría a ti, está noche.
—¿De qué habla Lady Gabinia?
—No importa querida —sonrió —no debes permitir que nadie te moleste —se acercó y levantó mi barbilla para que la mirará a los ojos —ya sabemos quién es el enemigo mi querida Noelle.
Editado: 15.09.2024