—Niña —mi nana me observa con una gran sonrisa luego de apartar las mantas de la cama —tu visita mensual no es
Mis mejillas se han sonrojado al darme cuenta que la consumación de mi matrimonio había dejado huella en las sábanas.
—Me alegra que al fin tu esposo se ha acordado que tiene esposa.
—Nana, ayúdame a cerrar mi vestido —ella se acerca y con mucho cuidado comienza a abotonarlo
—¿Fue cariñoso? —la miró de reojo —sabias que iba a doler, pero espero que él...
—No te preocupes nana, estoy bien, la verdad no fue tan doloroso como me dijiste que sería —sonrió y pasó una mano por mi cabello —Fue algo maravilloso.
La nana me observa con una ceja enarcada y luego aclara su garganta.
—¿Será posible que el acto carnal sea maravilloso?
Me giró y tomó sus manos entre las mías
—También no lo podía creer, pero en el acto carnal entre un hombre y una mujer hay placer, claro eso fue después del dolor
Ella niega y suspira
—Mi niña no trates de cubrir la verdad, el acto carnal es solo un deber para procrear no hay nada de placer
—Lo hay nana y no estoy loca, el acto carnal fue placentero.
—Bueno ve a desayunar querida, el Conde debe estar impaciente porque no ha desayunado.
Asiento y caminó rápidamente hacia la puerta, antes de salir miró la cama y no evitó sentir un delicioso escalofrío recorrer mi espalda.
Me sentía en una nube, claro está aún sentía un poco de dolor muscular en ciertas partes que nunca había utilizado hasta la noche anterior, no le había mentido a la nana, luego de sentir la punzada de dolor, Matt se había dedicado a abrazarme, acariciarme, besarme para darme tiempo en que el dolor pasará y mi cuerpo se adaptará a la gran invasión porque por Dios eso era muy pero muy grande, nada comparado al pequeño pedazo de piel que me había descrito la nana.
Cuando mi cuerpo se adaptó, Matt siguió acariciándome hasta que volvió a encender el fuego y claro está lo que siguió fue muy placentero, tanto así que no pondría ninguna objeción en ser visitada por mi esposo todas las noches, al llegar al último escalón, sentía mis mejillas ardiendo y por supuesto una sensación en mi parte íntima, como de querer más
—Vaya hasta que al fin te veo —la voz ácida de papá fue como un balde de agua fría —desde que estoy en esta casa, no te he visto ni para tomar el té, pasas fuera de la casa sin tener control sobre ella como le corresponde a una Condesa.
—Buenos días padre —él hace una mueca de desagrado, sus ojos recorren mi vestimenta
—¿Qué son esos trapos indecentes que llevas encima?
—¿Trapos? —bajo mi mirada hacia mi bonito vestido de día que había sido regalo de Lady Gabinia
—¡Si, vistes indecente! —papá termina de bajar los escalones y al acercarse me siento cohibida por él
—No papá —él me observa con furia
—¡Casi muestras tus pechos! ¡ve a cambiarte!
—En mi casa no le da órdenes a mi esposa —papá se calla ante las palabras de Matt—El vestido que luce mi esposa es muy bonito, realza más su belleza
—¿Belleza? —pregunta papá llenó de burla —¿Cuál belleza?
—La que posee Noelle —Matt avanza y sujeta mi mano para besarla
Papá no deja de mirarnos lleno de burla
—Si, muy bella mi hija —declara —supongo por esa razón le compre un marido
—¿Qué? —miré a papá y luego a Matt, pero este no pudo decir nada ya que mi esposo se ha acercado tanto haciendo que mi padre retroceda
—¡Váyase de mi casa! Si no va a respetar a mi esposa, entonces váyase de aquí
—Es mi hija —grita papá
—Lo es, pero usted perdió toda autoridad sobre ella el día que se casó conmigo, le pido que... —papá levanta una mano
—Olvida lo que dije Noelle, estoy un poco cansado —el rostro de papá ha cambiado, se notaba cansado —eres preciosa —jamás había escuchado esa palabra en los labios de papá, él siempre me echó en cara mi falta de atributo y que debido a eso iba a cargar conmigo porque nadie desearía casarse conmigo.
Un músculo en la mandíbula de Matt saltaba, sabía que no estaba del todo tranquilo con las palabras de papá, suspiré y tomé la mano de mi padre.
—Está bien papá, no te preocupes —sentí el movimiento de mi esposo detrás de mí y al mover la cabeza él estaba regresando hacia el comedor.
—Tu esposo debe entender que no puede echarme de su casa, que no se te olvide que te di techo, comida así que debes evitar que tu esposo trate de echarme ya que tú Noelle estas en deuda conmigo —la expresión de papá había vuelto a ser la misma de siempre, con dolor sentí como soltaba mi mano como si fuera algo asqueroso —esperó te cambies la ropa y tengas más cuidado con tu manera de vestir, toda mujer decente debe usar ropa decorosa no como alguien de la calle. Pide que me suban el desayuno a mi habitación
—Pero ... —papá no se detiene y sigue subiendo los escalones.
Muerdo mi labio inferior y me dirijo hacia el comedor, Matt estaba con Emma. Mi esposo se pone de pie y me ayuda a sentarme, sé que está molestó su ceño este fruncido.
—Matt —murmuró, su mirada conecta con la mía
—No frente a Emma —asiento
—Noelle, estoy feliz —comenta Emma—me gusta que Matt este en casa
—Gracias mi pequeña dama —ella suelta un gritito de emoción cuando Matt besa su pequeña mano —No quiero recibir mis lecciones el día de hoy
—Debes recibirlas
—Pero Matt, mamá no estudiaba historia, matemáticas. Solo como ser una señorita de sociedad
—Noelle estudio todas esas materias y es una mujer muy inteligente, eso vale mucho en una mujer Emma —mis mejillas ardían, no evité mirarlo ni la sensación de mariposas en mi estómago al ver su sonrisa en su rostro, últimamente Matt provocaba una gran revolución dentro de mi ser, apreciaba cada palabra que era dirigida hacia mí, en ellas se escuchaba admiración, aprecio como si yo fuera un preciado tesoro, últimamente me estaba sintiendo así.
Editado: 15.09.2024