—¡Estoy harta! —la Baronesa se tapa los oídos al escuchar el llanto del bebé, no sabía cómo, pero había quedado embarazada de su fósil esposo, no quería al bebé, se negaba a darle el pecho, pero su esposo la había amenazado su matrimonio dependía de su hijo, no podía dejar que eso pasara, amaba las fiestas, los banquetes y al ser divorciada lo perdería todo.
—Querida creo no has escuchado al bebé —Alfred entra a la habitación cargando al niño ruidoso.
—Lo acabo de escuchar, ya iba a levantarme para alimentarlo —le había pedido a su criada que consiguiera hierbas o lo que fuera para que sus senos no se cayeran, toma al niño, con renuencia saca su seno y el bebé rápidamente se pegaba a él, haciéndolo gemir de dolor.
Alfred sonríe, se pone de pie y camina hacia la ventana.
—Considera a Alejandro tu boleto para seguir con la vida que llevas, mi hijo no debe llorar tres veces, es mucho para un bebé, su pañal no debe estar sucio, y por supuesto no debe morir de hambre, pasa una de esas cosas y te repudiare, te expulsare de mis casas y por supuesto mi hijo tendrá una nueva madre. Se que no lo quieres, pero debiste ser menos ambiciosa al casarte con un hombre mayor que tú, solo por un estatus social.
Ambos sabían que un Conde, un Marques jamás se casaría con ella por ser de una familia humilde sin ningún título.
—En la manera que trates a mi hijo, de esa manera serás tratada tú —dicho eso el hombre abandona la habitación.
La mirada dura de la mujer se dirige al bebé que tenía los ojos abiertos observándola, mientras succionaba su pecho.
—Si él te usa para obligarme, yo te usaré para sacar todo el provecho del mundo con él, tendré lo que desee.
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—¡Papá! —Emma corre a recibir a Matt, detrás de ella su hermano trata de imitarla, pero él bebé se cae.
Noelle lo toma en sus brazos y lo lleva a los brazos de su padre.
—¿Cómo se han portado mis niños el día de hoy?
—Ya hice la tarea Papá, me gusta mi nueva institutriz.
—Creo que a todos —ríe Matt.
Noelle la había echado de la casa al escucharla prohibirle a Emma que le dijera mamá a una mujer de clase inferior a la de ella, Noelle simplemente era la hija de un mercader en cambio Emma era hija de un Conde y una Condesa.
Noelle miro a la institutriz y la echo de casa, la mujer sorprendida por sus malos actos, pidió una segunda oportunidad, pero Noelle la negó, así que corrió al despacho del Conde creyendo que tendría apoyo, pero también fue negado.
—Tú madre nos escribió, Claude va a casarse.
—Me parece bien —responde Matt —No iremos a su boda querida, debes cuidarte, es un viaje muy largo.
Ella sonríe.
—Lo sé —pasa su mano por su vientre, estaba comenzando el embarazo, Leopoldo tenía un año y tres meses y ella estaba iniciando un nuevo embarazo, se sentía feliz.
—Sabes mi amigo Baxter ha vuelto a Londres, su padre ya no puede seguir con sus obligaciones.
—¿Y la esposa?
—Vino con él —baja a Leopoldo —Es increíble como dos mujeres pequeñitas lograron domar a dos hombres que le huían al matrimonio.
Noelle suelta una carcajada por las palabras de su esposo, pero no podía negar que se sentía halagada.
—Tú padre llega en tres días, veremos cómo es su nueva esposa —la sonrisa de Noelle se borra y se pone sería.
—Solo deseo que él sea feliz, desde que mamá murió, él se amargo, pero creo que con su nueva esposa ha vuelto a ser feliz, sus cartas son más amenas y sobre todo es más cariñoso conmigo y los niños.
—El abuelo escribió en su carta que deseaba darle un abrazo a su preciosa nieta —sonríe Emma.
Los adultos se miraron y sonrieron, entre ellos dos estaban construyendo un hogar lleno de amor para sus hijos, la sociedad miraba con otros ojos a Noelle, ella había hecho notar que era digna para ser la Condesa de Grave, aún habían comentarios por aquí, por allá, pero ella sonreía porque tenían razón, no se explicaban como una de las bellas rosas de Londres no habían podido conquistar al Conde más perseguido de Londres y lo atrapó una flor silvestre, común y corriente que lo tenía loco por ella, esos comentarios a Noelle la hacían feliz, ya que el amor era para todos, para ricos, pobres, guapos, bonitas y feas y cuando entraba en el corazón de alguien era imposible detenerlo
Soy Noelle, Condesa de Grave y está es mi historia.
Editado: 15.09.2024