Amor fuera de si

III

Llevábamos conduciendo 4 horas aproximadamente cuando dejamos atrás las casas y empezamos a entrar en una carretera donde se veía árboles por todos lados y a 10 minutos de ahí se alzaba sobre nosotros un cartel que ponía Bienvenidos a Numb, comenzamos a pasar muchas casas muy bonitas y un parque y justo al final de esa calle mi papá se detuvo frente a una reja en la que se encontraban unos oficiales, los cuales después de ver a mi padre lo dejaron pasar.

Justo enfrente de esa entrada la calle seguía con casas a los lados, pero mi padre giro a la izquierda donde se encontraba otra calle y justo al final de ella se detuvo frente a una hermosa casa de dos pisos, yo sabía que mi papá poseía una pequeña fortuna gracias a todos los negocios que tenía pero nunca me imaginé que podría permitirse una casa tan grande.

Cuando aparcamos un hombre con un traje elegante salió a ayudarnos con las maletas, supongo que trabaja para mi padre. Y sin pensarlo estaba cruzando la puerta de la que sería mi casa los próximos meses.

— ¡Mi amor! — una mujer castaña se abalanzo a abrazar a mi padre, que se encontraba frente a mí, después de que se separará se fijó en mí. —Ahychell, me da mucho gusto que hayas accedido a vivir con nosotros. Yo soy Frank, pero supongo que eso ya lo sabes.

—Sí, mucho gusto Frank, a mí también me da mucho gusto estar aquí — y no mentía yo siempre había tenido la esperanza de vivir con mi padre, a pesar de que sabía que no sería por mucho tiempo —. Aunque solo será por un año.

—No te preocupes, cariño. Eso será más que suficiente.

—Los chicos no están, fueron a una fiesta, ya sabes para celebrar que la escuela término. No pensábamos que fueran a llegar hoy mismo por eso no te esperaron, pero si quieres puedo llamarles para que vengan por ti.

—No, no es necesario, fue un viaje muy largo y yo preferiría descansar.

—Está bien, entonces te llevo a tu habitación.

Subimos la escalera que teníamos enfrente y después doblamos a la derecha, puesto que había un pasillo de ambos lados, y finalmente doblamos a la izquierda adentrándonos en un pequeño pasillo donde había dos puertas, una de cada lado, la mía era la derecha.

—Bien, esta es tu habitación, la de enfrente es de Abigail. Tus maletas ya están adentro, ¿necesitas algo más, quieres que te ayude a guardar tu ropa?

—No, gracias.

—Está bien. Te llamaré cuando vayamos a cenar.

—Sí. Y gracias de nuevo.

—De nada, cariño — dijo saliendo de mi habitación.
Bien así que compartiría pasillo con Abigail, mi media hermana, por lo que sé ella es un año mayor que yo. Jamás me imagine que Frank me fuera a parecer una persona agradable, yo esperaba que me mirara de mal forma como lo hacen las madrastras en la películas, a lo mejor solo es cuestión de tiempo y en el momento menos esperado sacará su verdadero yo.

Bueno ahora solo tenía que preparar mi habitación, dado que aún seguía en la puerta pude ver todo lo que me rodeaba, justo en frente de mi se encontraba una cama de dos plazas, después de la cama se encontraba unos ventanales que supuse daban a un balcón y junto estaba una pequeña mesa. En la pared que estaba a mi derecha se encontraba un bonito buro con un espejo, y junto a este un enorme armario.

La siguiente hora me la pase acomodando mi ropa y poniendo cada cosa en su lugar, después de que todo estuviera arreglado que acosté en mi cama.

Todo esto sonaba tan raro, mi cama, mi habitación, mi casa, jamás imagine que hoy estaría aquí en Numb con mi padre y no en la ciudad planeando mis vacaciones con mi madre.

Estuve un rato más acostada, tonteando con mi teléfono, había intentado marcarle a mi amiga más cercana para decirle que me encontraba en Numb, pero me saltaba al buzón, así que decidí bajar a ver si encontraba a alguien en la sala, dado que era el único lugar que había visto cuando llegue, pues estaba justo a la derecha de la puerta principal, aunque era difícil ver la sala completa puesto que solo se podía acceder a ella por una puerta.

Cuando termine de bajar las escaleras escuche voces que rápido identifique como la de Frank y mi padre. Y sin querer, en serio sin querer, me quede afuera en donde no pudieran verme pero yo sí escucharlos.

—...no sé lo tomo a mal — dijo Frank.

—Ya sé que fue de última hora.

—Ni que lo digas, pensé que al menos le ibas a dar tiempo para pensarlo. Tú nos dijiste que tal vez vendrían el lunes, no dos días antes.

—Ya lo sé, pero si nuestras sospechas son reales, Alexa hubiera...

—Señora la cena está lista — no reconocí esa voz, pero claramente era de la cocinera que había interrumpido a mi padre justo en el momento que no debía.

—Oh, está bien.

En ese momento supe que la conversación que tenían ya no iba a continuar así que puse mi mejor cara y entre.

—Ahychell — y dale con ese nombre, Ahychell era mi segundo nombre pero nunca me gusto, por eso prefería omitirlo—. Justo iba a ir a verte.

—Así que baje en el momento indicado.

—Bueno pasemos al comedor.
Después de cenar subí de nuevo a mi habitación y revise mi teléfono, antes de bajar le había enviado un mensaje a mi madre para saber qué estaba haciendo, pero no me había contestado, ni siquiera lo había visto. Lo más seguro es que estuviera en el hospital, a lo mejor había ocurrido un accidente o algo importante para que ella no estuviera en casa.

Después de revisar un rato más mi teléfono decidí que era hora de dormir, pero para mí desgracia no pude hacerlo, estuve dando vueltas en la cama intentando conciliar el sueño, pero me era imposible. Después de un gran tiempo así escuche un auto llegar a la casa, supuse que eran mis hermanos dado que era muy noche y éramos la última casa de la calle.

Por un rato permanecí callada para ver si captaba un sonido y así fue, escuche unos tacones repiqueteando en el pasillo y después la puerta enfrente de mí se cerró, sí eran ellos.



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En el texto hay: secretos, amor, amistad

Editado: 16.04.2019

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