Amor Imposible

Horrible Cumpleaños

Pude ver a través de sus hermosos ojos turquesa toda la frustración y decepción que sintió tras el beso que le dí. Cómo me lastima que me vea  de esa forma.

— Perdóname Nahuel — susurré secándome las lágrimas con el dorso de mi mano, mientras me levantaba para encaminarme hacia la cama — Lamento amarte tanto.

Me recosté nuevamente y espere a que la tristeza fuera menguando, mientras me preguntaba cómo haría para verle a los ojos cuando estemos cenando después de lo sucedido. Sin duda será una de las cenas más incómodas que fuera a tener en mi vida.

Durante la cena no nos hablamos, tampoco nos miramos. Todo estuvo en completo silencio, tan solo escuchándose los.cubiertos chocar contra los platos.

Una vez que terminé de cenar me levanté y llevé mi plato al fregadero, mañana lavaría todo la empleada que viene aproximadamente 3 veces por semana a casa, y en total mutismo atravesé la cocina para dirigirme nuevamente hacia mi habitación, pero me detuve en seco cuando él me pidió que esperase un momento.

Lo miré, mis mejillas ardían ante la vergüenza que sentía de mí mismo, las podía sentir quemándome aquella zona de mi rostro.

— ¿Qué pasa? — pregunté tras suspirar, el ambiente estaba muy pesado y su mirada clavada en mí me estaba generando demasiada ansiedad.

Pude notar que quería decirme algo importante, quizás disculparse por la forma en que me habló horas atrás pero al final solo dijo:

— Que tengas buenas noches hijo — soltó levantándose él también para llevar su plato y demás hasta la mesada de la cocina.
— No soy tu hijo, ya que no eres mi padre biológico Nahuel

Un posterior y prolongado silencio se formó luego de aquello. Desvíe mi vista hacia el suelo, sentí el impulso de reír ante lo que había dicho y lo que le había contestado, pero solo opté por esbozar una pequeña y triste sonrisa. Fuí en extremo iluso al creer que se había arrepentido de algo, él jamás se arrepentía de nada y menos de esto ya que es obvio que me desprecia. Se avergüenza de mí.

— Hasta mañana — dije en un susurro y me fuí rápido de allí. Di por finalizado este asunto. Este maldito día tenía que terminar de una vez, ya fue demasiado sufrimiento por hoy. ¡Excelente forma de empezar mis 19 años!


 




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