Se que tuve el sueño pesado ya que mi padrastro al día siguiente fue a despertarme, pero susurré que quería dormir más tiempo. La luz del día quemaba mi vista y Nahuel corrió la cortina. No sé cuánto tiempo dormí pero al fin pude despertar y levantarme. Sentía la cabeza pesada, aún todo me daba vueltas pero podía caminar solo.
Una extraña sensación de malestar me invadía al completo cuando entré a ducharme. El agua lavaba mi cuerpo, pero no eliminaba esa sensación rara. Al menos la ducha me despejó la cabeza. Tras vestirme bajé al comedor. Vi la hora, eran las 16hs. Si que me pegó mal la bebida. Al verme mi padrastro se alegró y me quiso abrazar pero algo en mi me obligó a rechazar su contacto.
- Nahuel, respeta mi espacio personal - tanto él como yo mismo nos sorprendimos ¿qué le acababa de decir? ¿Respeta mi espacio personal? ¿Por qué le dije eso?
- ¿Te encuentras bien? - me dijo mi padrastro preocupado
- Si - fue la monosilabica respuesta mía. Ni yo mismo me reconocia pero bueno, no estaba en mis optimas condiciones.
No quise comer nada, solo me preparé café. Mi amado Nahuel me hablaba de todo un poco intentando disminuir la repentina tensión que se generó en el ambiente. Pero yo me limité a fingir que lo atendía. Cuando acabé mi café lo interumpi diciendo:
- Voy a mi cuarto pa' - y sin esperar respuesta me marché dejándolo en banda. No sé por qué lo hice, en serio lo digo, solo sé que me incomodaba su presencia.
En mi habitación tomé ni celular y abrí el WhatsApp donde tenía cientos de mensajes de Maxi. Por lo que leí en general se veía histérico y me enfureció.¿Quién se creía él que era para hacerme ese tipo de escenitas?
Lo ignoré, como al resto de los pesados amigos que tenía. Debo reconocer que ni yo mismo me reconocía, estaba básicamente insoportable.
Mi padrastro golpeó la puerta de mi habitación, sabía que era él porque solo estabamos los dos. Haciendo un bufibo de disgusto le dí permiso para entrar. Él abrió la puerta y con timidez se asomó. Se veía muy preocupado y en extremo violable.
Sonrí al verlo. No sé qué fue lo que dijo porque no le presté atención, ya que estaba imaginandome las mil y una forma de someterlo a mi voluntad. Me incorporé y en medio minuto estuve practicamente encima suyo diciéndole sobre su deliciosa boca.
- ¿Me deseas en la forma en que yo te deseo...Nahuel?
No esperé respuestas, ya que le desabroché el pantalón y acaricie su miembro que empezaba a palpitar. Sonreí con picardía sintiendo la lujuria a flor de piel. Él se sorprendió tanto que me sujetó con ambas manos alejándome de su persona. Su mirada era firme y eso no me gustó.
- Boris ¿qué ocurre? - estaba muy preocupado y no sé por qué pero a mí mi no me interesaba su preocupación. Sabía que estaba actuando de una forma diferente a la habitual, pero ni yo mismo sabía qué me pasaba ni mucho menos podía contenerme.
- Ocurre que te deseo ¿acaso tú a mí no?
- Me preocupas
- Ese no es mi problema...Nahuel
- ¿Qué dices?
Quise besarlo pero él me rechazó, y eso me hizo enfurecer al punto de echarlo de mi habitación y dar un fuerte portazo. No lo quería ver, si él me despreciaba tendría su merecido. La cabeza me quería reventar, pero no dije nada y me acosté donde terminé durmiendome. Me desperté a las horas con lágrimas en los ojos.
¿Había estado llorando en sueños? Nahuel, el dolor desgarró mi alma. Me levanté de golpe y salí de la habitación para buscarlo. En su habitación no estaba. Bajé rápidamente, en la cocina tampoco, en el living menos. En el garage estaba su auto pero él no. La angustia me devoraba. ¿Qué me pasó? ¿Por qué lo traté así de mal? ¿Qué era yo en esos momentos? Dios mío, necesitaba verlo y disculparme.
En esos momentos él entraba seguido de alguien, honestamente no me importó con quién estaba. Me lanzé a él llorando mientras le pedía perdón.
- Boris ¿qué pasa? ¿Por qué tanta angustia? - decía él
- Te traté muy mal Nahuel...perdóname...no sé qué me pasó...perdóname
- Boris - dijo tiernamente mi padrastro abrazándome - Mira, te presento a Sergio. Es un compañero de trabajo.
Inmediatamente me quedé estático. Luego un pensamiento se me cruzó "Qué importa quién sea, no voy a fingir nada". Y le clavé la mirada para sonreirle luego.
- Encantado Sergio ¿es el padre de Sara cierto?
- Efectivamente - dijo ella apareciendo apoyada sobre el marco de la puerta de entrada miramdome como si me hubiese vuelto loco.
- Oh, estás aquí - dije restandole importancia.
- Boris ellos vinieron a visitarnos y de paso los invite a cenar.- me explico mi padrastro. Resoplé algo molesto.
- No me des tantas explicaciones Nahuel haz lo que quieras. Me voy a mi.habitación
-¿Puedo ir contigo? - dijo Sara.
- Como gustes.
Así los dos nos perdimos en mi habitación dejando a los adultos tranquilos. Pero discimuladamente le mandé a mi amado Nahuel mensajes al WhatsApp mientras jugabamos con un videojuego Sara y yo.
"No se qué me pasa Nahuel, me siento raro. Perdón por lo de hace rato. Prometo compensartelo"
Casi al instante él me respondió:
"En cuanto quedemos solos quiero esa compensación".
Al leer el mensaje mi corazón dió un vuelco, pero mi rostro no mostró absolutamente ninguna emocion. De golpe se me daba muy bien fingir.
-¿Qué pasó recién? - quiso saber Sara - ¿A qué vino ese recibimiento a tu padre?
— Padrastro,.él no es mi padre
— De acuerdo, padrastro.
- Menos averigüa Dios y perdona.
Aquella respuesta me sorprendió hasta a mí mismo ¿de dónde la saqué? En verdad estaba actuando raro y empezaba a divertirme con esto. Quizás tenga algo bueno ésta nueva actitud mía. Solo que no debía malttatar a mi amado Nahuel.Eso si que me dolía a mí mismo. Esto me impulsó a mandarle otro mensaje.
"Te amo"
"Yo también Boris"