Narrador: Arleth y Justin no siempre habían sido amigos. De hecho, su primer encuentro no fue nada extraordinario, pero con el tiempo, esa pequeña chispa que surgió en su primer diálogo creció hasta convertirse en algo más.
Escena: Una tarde de otoño en el patio de la escuela secundaria. Los alumnos están sentados en grupos, hablando y riendo. Arleth, nueva en la escuela, está sentada sola, con un libro en las manos, pero su mirada perdida en la distancia. Justin, con su típica sonrisa despreocupada, pasa por allí y la ve. Algo en su semblante solitario lo impulsa a acercarse.
(Justin se sienta a su lado, sin pedir permiso)
Justin: ¿Nueva por aquí, eh?
Arleth (sorprendida, levantando la vista del libro): Sí, empecé hace un par de semanas.
Justin (señalando el libro): ¿Buena lectura? Siempre veo que estás con un libro en la mano.
Arleth (encogiéndose de hombros): Es una manera de escapar... cuando no conoces a nadie, los libros son buena compañía.
Justin (riendo suavemente): Bueno, puedo decir que no es la peor forma de pasar el tiempo, pero ¿no te aburres de estar sola?
Arleth (mordiéndose el labio, insegura): No es que lo prefiera, pero es mejor que intentar encajar con gente que no te quiere aquí.
Justin (arqueando una ceja): Vaya, suena como que ya te llevaste algunas malas impresiones de esta escuela.
Arleth (suspirando): No es fácil ser la nueva. La gente ya tiene a sus amigos, sus grupos... y yo soy solo una extraña más.
Justin (sonriendo, extendiéndole la mano): Bueno, déjame ser el primero en romper esa barrera. Soy Justin. Y te prometo que no soy tan malo como parezco.
Arleth (mirándolo, sorprendida por su actitud abierta, y estrechando su mano tímidamente): Arleth... encantada de conocerte, supongo.
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El inicio de la amistad
Narrador: Desde ese día, algo cambió. Justin, con su energía despreocupada, había logrado algo que nadie más había hecho: romper la coraza de Arleth. Con cada día que pasaba, sus interacciones se hacían más frecuentes, hasta que la soledad de Arleth empezó a desvanecerse.
Escena: Unas semanas después, en la cafetería de la escuela. Justin y Arleth están sentados juntos, riendo por alguna broma interna. Arleth, que antes evitaba cualquier tipo de interacción social, ahora esperaba esos momentos con Justin.
Justin (mientras toma un sorbo de su bebida): De verdad, nunca te imaginé como alguien que se escondía tras los libros. Tienes buen sentido del humor, ¿sabes?
Arleth (sonriendo tímidamente): Gracias... creo. Es que nunca sentí la necesidad de mostrárselo a nadie.
Justin (bromeando): Bueno, por suerte para ti, me tienes a mí. Soy un buen público.
Arleth (riendo suavemente): Sí, lo eres.
Narrador (pensamiento de Arleth): No entiendo cómo fue que sucedió, pero me siento más... ligera cuando estoy con él. Como si por un rato, todo lo que me preocupaba dejara de importar.
Justin (cambiando a un tono más serio): Oye, hablando en serio, me alegro de que ya no estés tan sola. Sé que ser el nuevo apesta, pero... me alegra que ahora me tengas a mí. Y créeme, no te dejaré volver a estar sola.
Arleth (sorprendida, mirando a Justin con un brillo en los ojos): Gracias, Justin. Eso significa mucho para mí.
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Un lazo que se fortalece
Narrador: Con el tiempo, la conexión entre ellos se fortaleció. Arleth había pasado de ser la chica tímida y solitaria a alguien que esperaba con ansias las conversaciones interminables con su nuevo mejor amigo. Y Justin, quien al principio solo quería ayudarla a encajar, ahora no podía imaginar sus días sin ella.
Escena: Un día después de clases, ambos están en un parque cercano, lanzando piedras al lago. Es un momento de paz, sin necesidad de muchas palabras. Solo están disfrutando de la compañía mutua.
Justin (rompiendo el silencio): ¿Sabes? Nunca te lo dije, pero eres una de las personas más interesantes que he conocido.
Arleth (sorprendida, mirando a Justin): ¿Yo? ¿Por qué dices eso?
Justin (encogiéndose de hombros, lanzando otra piedra): No sé. Hay algo en ti... no eres como los demás. No intentas ser alguien que no eres. Y eso me gusta.
Arleth (sonrojándose ligeramente): Es que no sé ser otra cosa. Supongo que prefiero ser honesta conmigo misma.
Justin (sonriendo): Exactamente. Eso es lo que te hace diferente. Y por eso me alegra que te haya conocido.
Narrador (pensamiento de Arleth): Nunca nadie me había hecho sentir así. Con Justin, todo parece más fácil, más claro. Siento que, por primera vez, alguien realmente me ve.
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El momento que selló su amistad
Narrador: Una noche, cuando las cosas en la vida de Arleth parecían volverse difíciles, Justin apareció como siempre lo hacía: en el momento exacto.
Escena: Es de noche, y Arleth está en su habitación, llorando en silencio. Las luces están apagadas y la única fuente de luz es su teléfono, que comienza a sonar. Es Justin.
Arleth (contestando con voz temblorosa): ¿Justin?
Justin (al otro lado del teléfono, con tono preocupado): Oye, Arleth, ¿estás bien? No me respondiste antes y me preocupé.
Arleth (sollozando suavemente): Lo siento... solo... no sé cómo seguir a veces.
Justin (firme, pero suave): Estoy saliendo ahora mismo. No importa la hora, voy a estar ahí. No tienes que pasar por esto sola.