Cosas que al final son otras
Al día siguiente me desperté, pude sentir que alguien me abrazaba, abrí los ojos y la cara de Mathew estaba a centímetros de la mía, podía sentir su respiración podía ver sus hermosas pestañas tupidas. ¿Cómo pude no fijarme en esto? Le mire dormir pacíficamente, ¿No se supone que dormiría sola? ¿Por qué está él aquí? No me moví ni un centímetro debo admitir que estaba cegada, luego de todo lo que pasé ahora estoy dejando que vuelva ocurrir ¿Qué te pasa Lara? Muy lentamente quite las manos de Mathew, liberándome así del abrazo, muy lentamente me levanté de la cama tratando de no hacer ruido, cuando por fin logro estar parada, Mathew suelta un suspiro y se despierta.
-¿No se supone que estuvieras en tu cama?
-(dijo mientras se levantaba de la cama) Esta también es mi cama, por cierto, Buenos días.
-(dije enojada) Esto no es justo.
Sin responderme media palabra se quito la camisa dejando a la vista su cuerpo tonificado y se entró en el baño, me quedé atónita por su falta de respeto pero sin esperar ni un solo minuto, salí de la habitación y entre en la habitación más cercana, cuando entre a esta, era un baño perfectamente organizado había una bañera justo en el centro, me miré en el espejo el cual reflejaba mi desastroso cabello, cerré la puerta de mi glorioso descubrimiento y preparé la tina, luego de bañarme en la tina, salí en una toalla del baño, y entre a lo que es “mi habitación” allí encontré un vestido y unos zapatos con una nota que decía:
Debo admitir que fue bueno dormir contigo. Prepárate para ir al trabajo, te espero abajo.
Mx
Me puse el vestido y los zapatos y baje as escaleras, allí estaba Mr. perfecto, bueno mi jefe Mathew Hendrick, ¿Quién diría que estaría aquí a pesar de lo que paso? Aunque por una parte me siento defraudada de mi misma, trate no pensar en el pasado, Mathew y yo llegamos juntos al trabajo, nadie se dio cuenta que llegamos juntos aparentemente, entre en mi oficina y como de costumbre empecé a trabajar, el no me dijo ni media palabra en todo el camino, luego de comer de desayuno solo me dijo ‘‘vamos a trabajar’’, pasaron las horas como si fueran segundos, debo admitir que a pesar de que Mathew me gusta, aun hay algo extraño en el que debo saber.
Apague mi computador y camine hacia el ascensor, sentí que alguien se acercaba pero no le di mente, entre al ascensor y Mathew entro conmigo, toco el último piso el cual lleva al parqueo, me agarró la cintura y sin previo aviso me beso, por un momento me resistí, pero después…¿Cómo puedes resistirte a esos labios?, coloque mis manos encima de su hombro mientras seguíamos con el beso, ¡joder! Es hora de que olvide el pasado, cuando el ascensor anuncia nuestra llegada al parqueo el tomó mi mano y yo le seguí.
-¿Hacia dónde vamos?
-Es una sorpresa.
Nos subimos en el auto y el manejo un poco lejos de la ciudad, decidí preguntarle a dónde íbamos , pero el solo dijo ‘‘Es una sorpresa’’ definitivamente le encanta el misterio, le mire fijamente mientras conducía, sus ojos ferozmente miraban la carretera, ese color marrón de sus ojos que me volvían loca cada vez más, no me puedo imaginar la cantidad de chicas que sueñan estar en mi lugar, contemplándolo, pero a la vez se que sería sin buenas intenciones, luego de un tiempo en la carretera decido hablarle.
-Sabes que tengo que seguir trabajando ¿verdad?
-Estás conmigo, así que hoy ya no tienes más trabajo.
-¿Y el proyecto de Marshall?
-El cancelo la cita de hoy para la semana que viene, además necesitaba hacer este viaje de negocios.
-¿Al fin me dirás hacia dónde vamos?
- A Seattle, necesito firmar unos documentos allí.
-(dije mirando a la carretera con un poco de frio) Kara tenía que venir, no yo.
-Sabes que Kara tiene su vida y yo tengo la mía ¿Por qué estas celosa?
-Sabes que no estoy celosa, comprendo tu decisión, pero a veces pienso que no soy la indicada para esto.
-Te demostraré que lo eres, además, sabes que te protegeré ante todo.
- ¿De qué es esta firma de negocios?
-Aquí comprare a MENT.
-¿No es peligroso ir solo tú y yo?
-No, ya verás.
Mathew manejó durante horas, yo me dormí en el asiento mientras las horas pasaban, me desperté con la chaqueta de Mathew como sabana, mire hacia adelante y ya habíamos llegado a Seattle, mire a Mathew mientras me acomodaba en el asiento, su camisa blanca ajustaba, mostraba sus tonificados brazos, decidí mirar hacia la hermosas visas que daba Seattle, llegamos a un hotel, caminamos hacía recepción ya Mathew tenia las habitaciones reservadas.
-Buenas noches, Bienvenidos a LODE Rigen ¿En qué podemos servirle?
-Buenas noches, tengo dos suites reservadas a mi nombre, Mathew Hendrick.
-¡Oh! Cierto, Mr.Hendrick, hubo un problema en la reservación de las dos suites, así que le reservamos una suite royal.