Amor imprevisto

CAPITULO 28 “BEBÉ”

Maggie le exigió una explicación a Liz y le reprochó por no haberle dicho nada.

—Tengo pánico, no sé qué hacer ahora—dijo Liz.

—Claro que sabes que hacer—dijo Maggie—. Hay que decirle a Gabriel que va a ser padre.

Liz abrió los ojos y negó con la cabeza.

—Tengo miedo. Si yo aún no asimilo esto, imagínate él—se lamentó Liz.

Maggie se acercó a su amiga y le acaricio la cabeza.

—Yo también estoy aterrada, y eso que no soy la embarazada, pero opino que es mejor decirle, el merece saber.

Liz asintió con la cabeza, pero no dijo nada más.

 

* * *

 

Hace dos semanas Liz había hecho casó a las preocupaciones de su padre y Shinichi. Además, se le sumaban los síntomas de nauseas. Lo que comía solía caerle mal y estaba vomitando mucho. El medico no notó nada extraño en la salud de Liz, pero para descartar todo, la envió con la ginecóloga.

— ¿Cuándo fue tu último periodo? —pregunto la señora.

—Eh, no recuerdo con exactitud—respondió apenada.

La ginecóloga la estudio bajo sus lentes y le dio una mirada reprobatoria.

Liz se sintió avergonzada. Desde que comenzó a tomar los anticonceptivos se había regularizado su periodo, pero no era de las que sabia la fecha exacta.

—Dime, ¿te cuidas? —quiso saber la señora.

Liz asintió.

— ¿Desde cuándo te comenzaste a cuidar?

—Hace unos meses—respondió Liz.

La ginecóloga se levantó de su silla y caminó hacia un estante de su sala. Saco algo parecido a una bata de hospital, solo que aquella, era más pequeña.

—Colócate eso, realizare una ecografía, hay que descartar la posibilidad de embarazo.

Eso aterró a Liz, dejándola congelada en su sitio. Liz no comprendía como había llegado a aquella situación, se suponía que solo quería ser atendida por una molestia en su estómago y por el desmayo.

Liz entró en una pequeña sala y se cambió. Cuando salió, la ginecóloga estaba junto a la camilla, con guantes de látex en sus manos.

—Suba a la camilla—ordenó la doctora.

Liz titubeo. Ella no se sentía cómoda en aquella situación, y el aspecto aterrador de la ginecóloga no ayudaba para su calma.

—Relájate, esto no dolerá.

Liz hizo caso y se relajó. La ginecóloga comenzó su procedimiento mientras la Liz observaba cada uno de los movimientos. Estaba segura de no estar embarazada, era absurdo que un dolor de estómago fuera un bebé.

Liz no estaba en contra de tener un bebe, mucho menos si era de Gabriel, era solo que no sabía que pensar o sentir respecto a eso.

—Listo, puedes levantarte—dijo la ginecóloga.

Liz se enderezó y un escalofrío recorrió su cuerpo cuando vio la suave expresión con la cual la miraba la ginecóloga.

—Tienes seis semanas de embarazo—dijo la doctora cuando vio lo que Liz quería preguntar.

De pronto el espacio en la habitación se hacía pequeño y a Liz le comenzó a faltar el iré. Aquello debía de ser una broma, ella solo tenía un dolor de estómago.

 

* * *

 

—Si me preguntas, creo que Gabriel estará feliz—dijo Maggie para darle ánimos a Liz.

—Soy consciente de que debo decirle, es solo que no se si la noticia le agradará—se lamentó Liz—. Gabriel es un hombre exitoso. Un bebe le arruinaría la vida, sin mencionar que yo aún soy una universitaria que está por terminar su carrera.

Maggie colocó los ojos en blanco.

—Te estás preocupando por nada—Maggie regañó a Liz—. Solo mira la forma en que te ve, tu pareces ser todo su mundo.

Liz esbozo una pequeña sonrisa al escuchar aquellas palabras. Quería creer en las palabras que le estaba diciendo su amiga.

— ¿Todas las mujeres demoran tanto en el baño? —preguntó Lucas con impaciencia.

Gabriel se encogió de hombros. No sabía cómo responder aquella pregunta. De hecho, tenía sus propios pensamientos en aquellos momentos.

Gabriel miro a Lucas con curiosidad. A pesar de que Lucas era un empleado para su compañía, le agradaba, el resultó ser una persona fresca y confiable. Lamentó los prejuicios que había hecho sobre su persona. Gabriel supuso que Lucas era lo más cercano a un amigo.

—Si fueras a proponerle matrimonio a Maggie ¿Qué harías? —preguntó Gabriel.

Lucas giró su cabeza para mirar a Gabriel. Tenía la boca abierta.

— ¿Matrimonio? —preguntó Lucas.

Gabriel asintió.

—Eso es algo en lo que aún no pienso, pero ¿me estas pidiendo mi opinión, o son ideas para que se lo propongas a Liz?

Gabriel no contestó, pero Lucas no necesito más.




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