Amor Inconcluso

CAPÍTULO XLV

Siento una presión en el pecho  que no deja pasar el aire, también me duele la cabeza y eso no me deja abrir los ojos, pero debo hacerlo ya que tengo que ir a casa antes que en mi casa se preocupen, lo más raro es que no puedo mover ni un musculo , vamos Eka debes abrir los ojos, después de intentarlo un rato lo logro pero la visión la tengo bastante borrosa y un mareo horrible; cuando por fin enfoco un punto del cuarto me doy cuenta que este no es el de Jhoan, muevo un poco la cabeza y veo un monitor al lado mío, inmediatamente observo mi brazo y veo el catéter y caigo en cuenta en la careta de oxigeno que tengo, ¿pero qué Diablos me pasó?.

Mi último recuerdo fue que Jhoan me abrazó y me dormí o eso creo, la verdad necesito que alguien venga y me explique porque estoy en una clínica pero lo más importante ¿qué tengo?, son muchas las preguntas pero no tengo a nadie que me responda las cosas, pero juro que donde no me sintiera tan débil ya me hubiera parado y si le sumamos que no puedo ni respirar casi eso quiere decir que estoy muy mal; escucho como abren una puerta y por ella se asoma una enfermera que viene concentrada leyendo unos documentos los cuales deduzco deben ser las instrucciones de mis medicamentos, se acerca al monitor el cual lee los signos los apunta, también revisa el suero y cuando toca el catéter me muevo

-Ho…hola- hablo con algo de dificultad

-Despertaste- me regala un sonrisa cálida

-¿Qu… qué me paaaaso?- Dios como me cuesta hablar

-Tranquila, trata de respirar por ti mientras el médico llega, él te explicará todo, yo me quito la mascarilla y ella intenta ponerla de nuevo y le hago seña de que me deje hablar

-Di… dimeee lo lo que sea- vuelvo a ponérmela ya que no me entra casi oxigeno

-Bueno Eka lo que pasa es que llegaste con un cuadro muy complejo a la clínica, cuando te hicimos las pruebas diste positivo para neumonía, así que tendrás que quedarte un tiempo acá, así que estarás calmada y harás todo lo que diga el doc., te cuento que afuera hay un chico que no se ha ido desde esta tarde que te trajo, tienes un novio muy entregado- en ese momento se vuelve a abrir la puerta y aparece el bendito médico con una sonrisa, yo por mi parte trato de sentarme un por y la enfermera me ayuda, Dios solo hacer eso me agotó bastante

-Hola Ekaterina, veo que ya estás mejor- si él cree que esto es mejor como me habrá visto antes- te explicaré lo que sucedió pero antes voy a revisarte- Se acerca a mí me toma el pulso de manera manual, me escucha el corazón- Bien ahora viene la parte difícil te voy a quitar la mascarilla un momento y vas a abrir la boca para que yo pueda mirar tu garganta- yo asiento, él procede junto a la enfermera a quitar esa cosa de mí cara, cuando abro la boca empiezo a sentir que me ahogo, el doctor me hace seña que aguante un poco, pero no puedo y empiezo a toser la enfermera me pone la máscara y me vuelve el alma al cuerpo- Bueno lo poco que alcancé a ver es que tienes la faringe y laringe un poco irritadas, la neumonía ha bajado un poco pero aún te hace falta el oxígeno así que vas evolucionando bien

-¿Ha… hace cuánto estoy… Aaaquí?

-Desde ayer en la tarde, ahora son las 6am, por si te preguntabas eso también, hoy en la tarde te quitaremos la mascarilla para que ya empieces a respirar por ti misma, a las 8 dejaré que entre una visita- después de eso se marcha junto a la enfermera, me quedo sola pensando en que me va a decir Jhoan ahora que entre, me espera el regaño del siglo.

Mientras espero a que entre mi primera visita, estoy jugando con la mascarilla practicando respiraciones sin ayuda del oxígeno como la enfermera me explicó, estoy tan concentrada haciendo eso que ni siento cuando una persona se hace al lado de la cama

-No hagas eso- volteo hacía esa voz que me conozco muy bien

-Ían ¿qué haces aquí?- pregunto un poco sorprendida.




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