-¡Amaneció! - exclamó Viky cuando por fin abrió sus ojos después de dormir plácidamente.
La noche estuvo despejada de nubes, las estrellas habían inundado con sus destellos parpadeantes el firmamento brindando una belleza sin igual aun con la ausencia de la luna.
El trinar de las aves alegraba la mañana con incesantes y diversas melodías en un día hermoso con el sol irradiando todo su esplendor.
Viky es una ardillita de unos pocos meses de edad, capaz de trepar árboles con asombrosa agilidad. Juega y corre por todo el bosque como sostenida por el viento.
Antes de levantarse de su cama de tierno algodón que su papá había hecho especialmente para ella, estiró su cuerpo y bostezó. De un salto bajó de la cama y salió de su colorida habitación.
Zaeli es su mamá, una linda ardilla con mejillas abullonadas debido al pelaje que curiosamente creció, haciendo su rostro tierno y redondo. Sobre su cabeza tiene una flor que adorna mucho más su belleza. Papá temprano en la mañana, como costumbre durante cinco años, le trae una flor fresca y le dice con su alegre voz mientras la coloca con suavidad - Esta flor realza la bondad que transmiten tus ojos - ella sonríe y lo mira fijamente apreciando sus palabras.
Zaeli había despertado temprano y tarareando su canción favorita “Mi amigo el árbol”, terminaba de preparar el desayuno, nueces con semillas de girasol y trozos de manzana.
El exquisito aroma de la manzana fue percibido por Viky, manzana dulce y fresca.
Mamá la invitó a la mesa y ella obediente esperó con paciencia hasta que su platillo favorito fuera servido.
La puerta de la casa se abrió, Viky miró rápidamente y se alegró al ver que entraba su papá.
Olber es robusto, con la barriga un poco pronunciada. Algo que lo caracteriza y lo diferencia de las demás ardillas es el pelaje blanco alrededor de los ojos, parece que tiene anteojos.
Viky corrió hacia papá, brindándole un abrazo fuerte transmitiendo todo su amor.
Mamá los invitó a la mesa ya con el desayuno servido en sus respectivos recipientes cóncavos hechos de madera, elaborados por papá. Viky siempre consideraba que su papá es un genio por todo lo que sabe.
Desayunaron en silencio, para la familia es muy importante comer bien, después habrá tiempo para conversar.
Ese día Viky no tiene que ir a la escuela y propondrá a papá dar un paseo.
Cuando terminaron el desayuno Viky fue la primera que habló - ¡Papá, papá! ¿Podemos ir hoy a dar un paseo por el bosque? quiero ir al lago a nadar - anunció con gran alegría moviendo sus orejas esperando la respuesta que quería escuchar.
-Lo siento hija, hoy debo ayudar a los castores a construir el puente que se averió con la tormenta de hace dos días - respondió papá mientras observaba como las orejitas de su hija comenzaban a decaer y, así mismo, la alegría que se había dibujado en su rostro se desvanecía.
-Mañana debo ir a la escuela, quería que fuéramos hoy - trató de insistir.
-Lo siento, pero hoy tendrás que quedarte en casa acompañando a mamá. La tormenta afectó el puente y es de mucha importancia para todos porque nos conecta con el otro extremo del río.
Viky no dijo nada más, por regla sabía que no podía contradecir una decisión de sus padres. Papá comprendió que ella estaba haciendo un gran esfuerzo por insistir, movía las orejas hacia todos los lados y tenía la mirada clavada en la mesa.
Papá y mamá se acercaron a ella, mamá con ternura giró su cabecita para quedar mirándose y le dijo - Mi tesorito, sé que te gusta nadar en el lago, podemos ir en tu próximo día de descanso y hacemos un picnic - la voz de mamá se escucha tan reconfortante - Hoy me puedes ayudar con los quehaceres y te puedo enseñar algo nuevo.
-¿Algo nuevo? - Viky es muy curiosa, sus ojos emitieron un destello de aprobación.
Viky comenzó a llevar los recipientes a la cocina y a organizar la mesa.
-¿Fue muy grave el daño del puente? - preguntó mamá mientras quitaba una semilla de girasol que se había pegado a la mejilla de papá.
-La tormenta hizo crecer el caudal del río y arrastró piedras, lodo y madera, eso causó que los cimientos se debilitaran e hicieron colapsar el puente. En este momento los castores deben estar reconstruyendo los cimientos y reforzándolos para que no vuelva a ocurrir algo similar - explicó brevemente papá.
-Vas a tener mucho trabajo hoy, imagino que llegarás tarde a casa - preguntó mamá como deseando que tampoco se fuera y estuviera con ellas todo el día.
-El trabajo ha avanzado demasiado desde la afectación, veré en qué puedo ayudar y regresaré cuando comience a caer la noche - papá abrazó a mamá y la besó, luego se acercó a su hija que estaba escuchando la explicación de los daños del puente, la alzó y la estrechó entre sus brazos - te amo hija, pórtate bien, volveré a casa al anochecer - papá dio un beso en su cabecita y la dejó en brazos de mamá.
En ese momento tocaron la puerta tantas veces que parecía una emergencia.
-Debe ser Lin, siempre toca así - dijo mamá tranquilizando a papá y moviendo levemente una mano, como restando importancia. Abrió la puerta.
Editado: 30.11.2020