Antes de la tragedia Yony seguía buscando a Lin. Él sabe que es muy inquieto y en cualquier momento dará indicios de su ubicación.
El hermoso día soleado se tornó sombrío tras la aparición de una inquietante nube negra.
Mamá Zaeli percibió que la luz del sol se opacó, decidió echar un vistazo al exterior y comprobar de paso cómo están los niños. Viky y Suly se encuentran relativamente cerca de su casa. No muy lejos está Yony, muy atento en su búsqueda y acercándose a las raíces prominentes del gran árbol.
Mamá miró al cielo y con preocupación observó esa gran nube bruna.
-Lo mejor es decirles que ingresen a la casa - pensó mamá con desasosiego. Sabía, por experiencia, que una nube con esas características es indicio de que una tormenta se avecina.
-¡Viky, lo mejor es que vuelvan a casa! - gritó mamá instando para que ingresen.
-¡Mamá, ya casi terminamos el juego! - respondió Viky al mismo tiempo que Suly volteó a mirar a mamá Zaeli.
-¡Tengo jugo fresco de fresas, además trozos de moras, cerezas y arándanos! - ninguno se va a resistir, pensó mamá.
A Lin se le hizo agua la boca, Yony está muy cerca de él - tengo hambre y sed, no me importa perder este juego. Seré el primero en llegar.
-¡Ya vamos mamá, a Yony le falta poco para encontrar a Lin, no tardaremos! - anunció Viky con la aprobación de Suly.
-¡Es cierto, Lin está desesperado por salir corriendo! - y dijo en voz baja a Viky - mira como mueve las orejas - Suly no quería perder detalle del encuentro.
-¡Está bien, no tarden demasiado! - mamá miró nuevamente la bruna nube y tuvo un mal presentimiento.
Con un trueno, súbitamente comenzaron a caer enormes gotas de lluvia y, en un parpadeo, un fuerte aguacero comenzó a azotar el bosque.
Viky quiso ingresar a su casa, pero no podía dejar solos a Lin y a Yony, todos tenían que regresar juntos.
Mamá se sobresaltó con el trueno, escuchó el repentino aguacero y salió rápidamente para traer a Viky y a Suly. Con sorpresa vio como ellas se alejaban y se dirigían hacia el gran árbol, justamente es el más alto del bosque. Mamá Zaeli se alarmó, tomó impulso y corrió hacia el lugar donde ya estaban reunidos los niños, pudo atisbar en ellos desespero e incertidumbre.
Las mejillas redondas y abullonadas de mamá se desdibujaron al entrar en contacto con la lluvia. Corre tan rápido como puede.
El cielo se iluminó, un incandescente relámpago la deslumbró y la lluvia se silenció con el ensordecedor trueno. A mamá se le contrajo el corazón cuando vio el rayo descender desde el cielo en una maléfica ramificación que buscaba dónde hacer contacto.
El rayo impactó sobre el enorme árbol, las lágrimas de mamá se confundieron con la lluvia y gritó desesperada. Los niños se abrazaron y cerraron sus ojos con la esperanza de que nada malo les sucediera.
El rayo bajó a través del tronco del árbol y a su paso lo rajaba por la mitad. Mamá sintió que todo se detuvo, por más que corría no llegaba.
La sección del árbol cortada por el rayo comenzó a caer rápidamente y con estrépito sobre los niños. Mamá dio un impetuoso salto y entre sus brazos logró apartarlos del inminente peligro que descendía sin clemencia.
La enorme mitad del árbol chocó con fragor contra el suelo. Ramas y hojas cayeron sobre la espalda de mamá que amparó a los niños.
La fuerte lluvia no cesó. El peso doblegaba a mamá.
Al poco tiempo sintió que el peso de las hojas y las ramas sobre ella disminuía. En medio del angustiante llanto de los niños, mamá escuchó voces - vinieron a ayudarnos - dijo para sí misma sin perder la esperanza.
Pensar en la seguridad de ellos tranquilizó a mamá, sabe que bajo su cuerpo están bien, la ayuda de los demás llegó en el momento justo.
Anocheció más pronto de lo esperado debido a la extensa nube negra que ocupó todo el firmamento.
Los relámpagos retumbaban a lo lejos, el aguacero pasó.
-¡Aquí están! - anunció con celeridad Andri, el papá de Yony - déjame ayudarte.
-Lleva primero a los niños - mamá se puso de pie, en ese momento sintió que todo su cuerpo le dolía - un último esfuerzo.
Levantó sobre su cabeza a cada niño.
A papá Andri se le hizo un nudo en la garganta al ver a su hijo Yony sano y salvo. Le dio un beso y lo dejó en manos de un mapache vecino. Por último, ayudó a salir a mamá Zaeli.
El colapso de una parte del árbol causó estragos, sin embargo, no afectó ninguna morada y nadie salió herido. Todos se alejaron del enorme árbol y se dirigieron hacia la casa de Andri.
Mamá miró atrás y observó el desastre producido y recapacitó en la valentía que surgió desde su interior. Sintió un vacío al pensar en papá Olber. Deseó con todo su amor que nada le hubiera sucedido.
-Es un milagro que ustedes estén bien - Andri miró a cada uno de los niños, sus padres los abrazaban - gracias a la valentía de Zaeli no estamos pasando por una tragedia.
-Sobra decir eso - respondió mamá Zaeli - en ese instante cualquiera de ustedes hubiera hecho lo mismo.
Editado: 30.11.2020