"Las personas como tú nunca tienen éxito" "Con tu sobrepeso nadie va a amarte" "Si fueras delgada te iría mejor en la vida" Puedo escuchar todas estas frases y más cómo si me las estuvieran diciendo en este momento.
De repente, me encuentro viéndome a mí misma con catorce años, confesándole mi amor al chico de mi curso que me gusta... "Perdona, no me gustan las gorditas". Escenario tras escenario, aparecen frente a mí como si fuera una simple espectadora de los hechos. El bullying, las críticas de mi familia, los médicos, los grupos para niños "obesos", los psicólogos, la medicina alternativa, los análisis de sangre...
Cualquiera pensaría que es demasiado para una niña, una que se terminó convenciendo de que no es querible, que su vida va a ser un infierno tan sólo por no seguir ciertos estándares. En mi vida, todo se convirtió en miedo. Inclusive salir a la calle me daba vergüenza porque no quería ser vista. Aun así hubo algunas cuotas de amor y felicidad en mi vida que, por supuesto creí no merecer.
Muchas personas dirían "Si tanto te molestaba hubieras adelgazado" pues, resulta ser que mi trastorno alimenticio fue hacia el otro lado, a causa de la ansiedad que todo me provocaba. Junto con todo eso, tenía que escuchar a las personas decir que la gente con sobrepeso está así porque quiere; que si cerrara la boca las cosas serían diferentes, que son vagos y otras variadas formas de disminuir el hecho de que , sin importar el físico, somos humanos con sentimientos que no deberían ser lastimados gratuitamente.
Me llevó años controlar mi peso, de hecho en este preciso momento estoy mejor que nunca pero, aun así, sigo teniendo la misma sensación de buena para nada. A pesar de todo lo que he conseguido con mi carrera, a pesar de ser exitosa dentro de mi campo, todavía sigo pensando que no soy digna de recibir muchas cosas. Un hombre hermoso como Jimin, es una de ellas. Su amor, no entiendo porque quiere regalármelo así como así.
Haber crecido de esta manera, hace que cada cosa buena que me pasa en la vida, necesite ser analizada en profundidad. Cada sentimiento que recibo, cada palabra amable, todo pasa por el filtro de mi cerebro preguntándose por qué. Nunca tengo la respuesta exacta, por lo que sigo creyendo que, detrás de todo eso, siempre hay algo más. Condescendencia, lástima o quizás algún tipo de interés, solapado en los halagos.
A partir de cierta edad, decidí que la única cosa en la que puedo apoyarme es en mi mente, inclusive cuando intenta traicionarme. Una amiga invisible, que me ayudó a conseguir mis metas profesionales y, a su vez, una enemiga acérrima capaz de boicotear los mejores momentos de mi vida con sus preguntas y cuestionamientos.
Lamentablemente, me he vuelto muy susceptible a la mirada ajena. Destruirme, es cuestión de una o dos palabras bien ubicadas en una pequeña oración.
Sería tan fácil como hacer terapia ¿Verdad? Pues, opté por una única salida: quedarme sola. Aislarme de la gente lo más que pueda y encontrar la manera de vivir mi vida sin ser molestada. Inclusive el amor, terminaba siendo una molestia. Todo empezaba bien, como un cuento de hadas aunque no de tan buena trama y terminaba con un hombre intentando cambiar quien soy, como me veo, como vivo mi vida. Terminaba en alguien cuestionando mis elecciones y decisiones así que, terminaba en amor muerto. Asesinado cruelmente por la falta de aceptación, tanto la propia como la del otro.
Quizás entiendan ahora, mis verdaderas razones para querer huir. Jimin no es el problema y eso está más que claro. El problema, es que nunca veo nada en mi futuro amoroso que no sea total y completo fracaso. El amor romántico no está en mi diccionario como una definición realista. Simplemente lo considero cómo un bombardeo de hormonas y sustancias que el cuerpo produce con un fin reproductivo, que se agotan a los pocos meses. Después de eso, todo cae en picada.
Sumado a esto, el cerebro tiene otro truco malicioso. Cuando recibe una señal de estrés tiene dos opciones: ponerse en modo pelea o en modo huida, no es más que un resto de la evolución que, en tiempos modernos, es capaz de activarse con sólo una palabra. Ya no es necesario que nos persiga un oso, para que nuestra mente crea que se encuentra en un peligro inminente. Adivinen cuál es el modo que mi cerebro elige con cada pequeño momento de ansiedad...
Puede que esta explicación resulte innecesaria, pero la lucha interna con la que tengo que vivir en estos últimos días es algo que no esperaba volver a sentir. Por él, voy a programar mi cerebro en modo pelea. No quiero seguir huyendo y perderme las posibilidades de vivir una historia diferente.
A partir de este momento, comienza un nuevo camino. Uno en el cual tendré que luchar contra dragones, construyendo una espada de amor propio y un escudo contra mi propia mente. Si tendré éxito, no lo sé. Pero por Jimin, estoy dispuesta a intentarlo.
"Aunque este universo poseo, nada poseo.
Pues no puedo poseer lo desconocido, si me aferro a lo conocido"
Robert Fisher. El caballero de la armadura oxidada.
Lo que me costó escribir esto, no se dan una idea. Tuve que bucear en mi mente, hasta lo más profundo de mis propias experiencias. Duro, ¿no?.
No tengo más que dejarles mi abrazo violeta, agradecerles por haberme leído y decirles que, sin importar cómo nos veamos, tenemos que luchar por nuestros sueños. Contra viento y marea!!!
Noona ♥
PD: Actualizo un miércoles porque ya lo tenía listo y quería publicarlo.