Lía y yo continuamos nuestra rutina diaria de ir juntos a la universidad. En aquellos tiempos, la vida tenía un ritmo más tranquilo y las preocupaciones del mundo moderno aún no nos habían alcanzado por completo, era una época en la que las grandes ciudades aun eran tan bulliciosas, la gente aun caminaba por las calles disfrutando del clima, la compañía y el paisaje, no era una constante carrera por llegar temprano a los trabajos, las escuelas o incluso el metro, en las calles aun encontrabas paz, una cosa más que agregar a la lista de detalles que extraño de épocas pasadas
Nuestra discusión quedo solo en los recuerdos de un mal día, una semana después compartíamos risas, conversaciones y momentos especiales nuevamente; caminábamos con tranquilidad para llegar a la universidad entre bromas y juegos, Lía tenía un espíritu libre, hacia que cada día fuera único y especial.
Aunque éramos solo amigos, había algo en la forma en que Lía sonreía, en como corría, como sus ojos se iluminaban siempre que encontraba algo nuevo, había algo en ella que siempre me hacía sentir bien, me hacía sonreír incluso cuando solo la veía a la distancia divirtiéndose con sus amigos, ella la única que causa un sentimiento extraño en mi corazón, algo que no era capaz de ver, o más bien me negaba; explorar esos sentimientos me aterraba. La sociedad en aquel entonces era diferente, y las relaciones amorosas no siempre seguían el libre curso de los corazones.
Un día soleado, mientras caminábamos de regreso a casa después de cenar en casa de Kanato, Lía parecía distante y pensativa. Decidí aprovechar el momento para disolver una duda que me atormentaba desde el día que discutimos fuertemente.
- Lía, ¿hay algo que te preocupé? - pregunté, mirándola con curiosidad y cariño.
-No, ¿Por qué lo dices? -
-Pareces distante, es como si algo te afligiera, pero no quieres decirlo- Lía no respondió, solo bajo la mira y siguió avanzando- ¿Tiene algo que ver con chico que te invito a salir hace unos días? - me aventure a preguntar.
-¿Qué? - pregunto sorprendida- No… no del todo- confeso.
-El… ¿Te dijo algo? - pregunte. Temía que yo hubiera tenido algo que ver en lo que sea que había sucedido - Se que actúe de mal modo aquella vez, pero fue yo quien lo insulto de cierta forma, si no quiso saber más de ti desde eso día…Lo siento- dije captando su atención - Me disculpare personalmente, y so quieres darle una oportunidad…yo…- lo permitiré, se supone que era lo que diría, pero no podía - yo…-
-No- contesto Lía con firmeza- No me interesa relacionarme con él, planeaba rechazarlo ese día pero me tomo por sorpresa, después llegaste tu y ya no pude decir gran cosa; hable con él al día siguiente -
-Entonces ¿Qué pasa?, ¿Qué es lo que te preocupa y como se relaciona con aquel chico? -
Lía me miro un momento en silencio, en sus ojos había algo, palabras; palabras que no se animaban a salir y que suplicaban por ser escuchada, pero yo no pude entender que era
-Porque - hablo por fin Lía haciendo una pequeña pausa - desde ese día me di cuenta de algo- a miré inquietante- No pude aceptar su propuesta no la de nadie más, porque ya hay alguien en mi corazón, pero no puedo estar con él - respondió con tristeza.
Me sentí egoísta al oír esas palabras, Lía había compartido algo muy personal conmigo, y en lugar de preocuparme por su dolor, mi mente se centró en mis propios sentimientos. Me sentí egoísta y avergonzado por mi reacción.
Ella bajó la mirada por un instante, como si estuviera arrepintiéndose de sus palabras.
-Porque… - intente hablar, tratando de ocultar el dolor repentino que había causado la confesión de Lía -¿Por qué no puedes estar con él?, puedes decirme lo que sea, sabe que juzgare tus sentimientos -
Tal vez Lía se había enamorado de un hombre que no era libre, o de alguien mayor tal vez; no podía juzgar cuando ni yo mismo podía controlar mis propios sentimiento.
-No pienses mal, él… es un hombre libre y joven me atrevo a decir, al menos eso parece - dijo con una triste y casi imperceptible sonrisa.
-¿Te ha rechazado acaso?, si es así- dije acercándome a ella - no merece la pena, nadie en su sano juicio rechazaría a una chica tan dulce, inteligente y hermosa como tu -
-No me ha rechazado- respondió mirándome a los ojos - no le he dicho nada sobre mis sentimientos-
Egoísta, eso era, un egoísta que se alegró por oír aquello.
-Entonces como estas segura que no pueden estar juntos - dije con dolor.
Lía necesitaba ser consolada y apoyada para buscar su felicidad, pero hacerlo era doloroso, no quería que alguien ocupara un lugar en su corazón, no quería verla sonreír con otra persona de la misma manera con me sonreía a mí, no quería; cada palabra salía como navajas, cortando mi garganta a su paso, y se clavaban en mi pecho.
-Porque el no me ve de la misma manera, para él… soy como su familia, como una hermanita pequeña, pero yo lo veo como hombre- su mirada se cristalizo, estaba a punto de llorar y yo la envolví en mis brazos.
-Él no te merece- le dije - cualquier hombre sería afortunado de tenerte en su vida, yo soy afortunado - Lía me rodeo con mayor fuera, cerro sus puños con fuerza sobre mi ropa. Y lloro en silencio.
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Editado: 30.08.2023