Ya han pasado unas semanas desde que trabajo con los Jones, solo les puedo decir que nunca había perdido tanto la paciencia y cordura hasta el día de hoy, Theo se ha estado comportando como un niño berrinchudo, toda esta semana ha sido tan pesada no me ha dejado nada fácil, comencemos con que me ha vuelto a mojar, se ha vuelto a encerrar, me ha dejado encerrada en el baño y ahora esto, me a aventado el plato de sopa encima, doy un brinquito y separo la bata de mi cuerpo, porque la sopa estaba caliente.
- ¿¡Es que usted está loco!? ¡No le voy a permitir ninguna grosería más! ¡Le he aguantado todo, he dejado pasar grosería tras grosería, pero esto es lo último ¡y si cree que con esto va a lograr que me vaya, está muy equivocado! Esta tan molesto con la vida, que no haya cómo lograr estabilizar sus sentimientos y solo encontró la manera de desquitarse conmigo, tomarme como su saco de boxeo, pero le digo que esta es la última ¡LA ULTIMA! Así que le recomiendo que comience a cambiar su actitud, porque va a tener que verme aquí por mucho tiempo, voy a hacer todo lo que este a mi alcance para hacer que usted vea que no lo voy a dejar y que solo estoy aquí porque me preocupo por usted su salud es lo más importante para mí, porque si me importara un comino le aseguro que no tendría necesidad de estar aguantando sus groserías, le aviso que su nieta le consiguió un psicólogo y ¿adivine qué? Mañana es su primera sesión, el psicólogo no va a venir aquí y yo misma lo voy a llevar- Theo solo me observa sin decir nada, parece ser que lo deje sin palabras, salgo del cuarto topándome con Daniel que venía de camino al cuarto de su abuelo, se para abruptamente observando mi bata y pantalón sucio, rezo en mis adentros que no queden manchados justo tenían traer el pantalón blanco.
- ¿El abuelo hizo eso? –pregunta mientras observa toda mi ropa.
- Sí, hoy no fue un gran día- le digo intento pasarlo, pero él me lo impide tomándome del brazo.
- ¿Ha estado haciéndote esto desde que llegaste? –me pregunta con el ceño fruncido.
- El primer día fue bueno, pero el siguiente no, parece que me confíe, ha estado así desde hace dos semanas, pero hoy es la última vez que me lo hace, hoy cruzo la línea –mi voz sale cansada.
- ¿Ya te rendiste tan pronto? Creí que habías dicho que tú no te rendirías- me dice con los brazos cruzados, noto algo de molestia en sus palabras.
- No, como cree no me iré yo creía haberle dicho que no me iría, y no me he rendido. Yo solo le dejé en claro a su abuelo que no voy a permitir que siga faltándome al respeto ni que siga comportándose como un niño malcriado y berrinchudo, quiero disculparme de ante mano sé que ustedes le iban a decir lo de la consulta con el psicólogo con calma y explicarle todo, pero no pude contenerme y se lo dije.
- No te preocupes, voy a hablar con el abuelo- se acerca a mí y tengo que echar un poco la cabeza hacia atrás para verlo- sé que al principio no confiaba en que durarías, creía que serias como las otras, pero veo que has aguantado todas las niñerías de mi viejo, comienzo a creer que mi hermana tenía razón contigo- lo oigo y no lo creo, quien lo iba a decir. observo como se dirige al cuarto de su abuelo, una sonrisa se forma en mis labios, me dirijo a la cocina para tomar mi bata de repuesto y cambiármela lo único malo es que no traeré los pantalones manchados oliendo a sopa.
(***)
Estamos terminando de comer y Ed pensó en contar chistes, algunos no son tan graciosos, pero me rio para no hacerlo sentir mal, parece que esta vez sí que se puso a estudiar chistes, porque se sacó unos muy graciosos de la manga, ya que nos tiene riendo a Regina, Bertha y a mí, tomo mi estómago que duele de tanto estar riendo, Bertha se limpia con una servilleta una lagrima.
- Ed, hoy sí que te superaste, nos hiciste reír, y hoy Olivia no se rio por compromiso, hoy si rio de verdad- escucho decir a Regina.
- Mi preciosa Olivia- Ed toma mi mano llevándosela a los labios- tu puedes fingir todo lo que quieras, menos el amor que sientes por mí.
- Ed, te aprecio mucho y te quiero- lo observo y soy un poquito mala apretando su mano- pero solo como amigos.
- Uff, creo que acaba de mandarte a la zona de amistad, no quisiera ser tu Ed- le dice Regina y Bertha solo se ríe
- No importa, voy a conquistarla, hare que se enamore de mí y tú te tragaras tus sucias palabras Remy- le dice Ed, va a volver a llevarse mi mano a los labios, pero Regina le da un Zape en la cabeza.
- ¡Auch! Deja de golpearme cada vez que se te antoje
- Te he dicho mil veces que no me llames Remy, pero parece que a ti te gusta que te pegue- me rio por lo bajo, Bertha comienza a juntar los platos, y ponerlos en el lavavajillas.
- Ya no golpes a Ed- me levanto de la silla poniéndome a un lado de Ed pasando mi brazo por su cuello- él te lo dice de cariño, no porque quiera molestarte.
- Si Remy, es un apodo de cariño- Regina intenta golpearlo de nuevo, pero Ed rápidamente se para usándome de escudo- mi preciosa Olivia me defiende, así que adiós.
Lo vemos salir de la cocina, sale corriendo al jardín Bertha solo niega con la cabeza terminando de limpiar la mesa.
- Gracias por la comida, estuvo muy rica Bertha, me marcho a ver al niño. Ahora vuelvo para dejar la charola- le digo y me dirijo al cuarto de Theo, toco para avisar que voy a entrar, no espero a que me responda, porque sé que la respuesta nunca va a llegar. Entro sin mirarlo, me acerco a la mesa y comienzo a juntar los platos y el vaso para ponerlo en la charola, salgo del cuarto y vuelvo a la cocina para dejar la charola.
Entro de nuevo al cuarto y veo que Theo está barajeando la baraja de póker, me observa, su mirada se queda clavada en mi pantalón manchado, sus ojos se tiñen de arrepentimiento. Me pongo detrás de la silla para que deje de ver mi pantalón, no quiero que se sienta mal, se que lo que hizo estuvo grave, pero lo entiendo hasta cierto punto, parece que estoy loca, pero no quiero que se sienta triste, así que pienso en distraerlo.