Capítulo XI
El profesor Collins, explica cómo calcular los costes de operación con algunos ejemplos similares a los que vendrán en el examen. La manera en que el Sr. Collins imparte la clase de economía me parece fascinante y para nada tediosa. Mientras hago mis anotaciones Mason me pasa un papel doblado por la mitad desde su sitio frente a mí.
No hagas planes para esta tarde, quiero llevarte a un lugar. M… x)
Sonrío. Guardo la nota bajo mi computador y sigo prestando atención a la clase. Treinta minutos después guardo ms cosas dentro de mi bolso junto con la nota y me levanto de mi lugar. Mason se despide de mí para dirigirse a su siguiente clase. Le sonrío a manera de respuesta y nos separamos al salir del aula. Me mezclo entre los otros estudiantes que caminan apresurados para llegar a su siguiente clase, rumbo a mi casillero. En cuanto estoy frente a este abro la puerta y saco los libros que necesito para mis exámenes y cierro la puerta. Por hoy ya he terminado mis clases, así que me dirijo al jardín a esperar a que Mason termine su última clase para irnos a su departamento. Me recuesto sobre el césped y abro mi libro de español repasando los temas que vendrán en el examen de mañana.
—¿Lista, Gin-tonic? —escucho decir a Mason detrás de mí.
Me giro hacia él. Al verlo una sonrisa boba aparece en mi rostro.
—Estoy lista —digo levantándome del césped.
—¿Qué estudias? —pregunta tratando de ver el libro en mis manos.
—Español, mañana tengo examen, estaba checando algunos temas que aún no me quedan del todo claro —digo guardando el libro dentro de mi bolso.
—¿Quieres que te ayude? Soy bueno en esa materia.
—¿En serio?
—Sí —sonríe coqueto—. Qué te parece si te ayudo a estudiar antes de irnos al lugar a donde quiero llevarte —me sonríe.
—¡Gracias! —digo abrazándolo. Me separo inmediatamente al caer en cuenta en dónde estamos —. Lo lamento —digo apenada.
—Tranquila, nadie nos ha visto, venga saca de nuevo tu libro —dice sentándose en el césped.
Me siento a su lado y saco mi libro de español.
*
El viento choca contra mis mejillas, mientras dejamos la ciudad atrás. Me aprieto más hacia Mason. Aún sigo sin acostumbrarme a ir en la parte de atrás en la motocicleta. Después de diez minutos de camino Mason se estaciona en lo que parece ser un terreno bastante amplio a orillas de la ciudad. Bajo de la motocicleta y me quito el casco. Del otro lado del campo hay algunas motociclistas, al parecer están practicando, ¿Qué es este lugar? Me giro hacia él confundida.
—¿Qué hacemos aquí?
Mason aún sigue montado sobre su motocicleta. Frunzo el ceño con mayor confusión.
—Deja tu bolsa junto a ese árbol y ven aquí —ordena extendiendo su brazo.
Sigo sin entender. Dejo mi bolso donde me ha indicado, alcanzo su mano y me acerco a él.
—Te enseñaré a andar en mi bebé —menciona sonriendo.
Observo la motocicleta delante de mí y me tenso.
—No creo que sea buena idea —digo soltando su mano.
Mason frunce el ceño y vuelve a agarrar mi mano, pero en esta ocasión la coloca sobre el manubrio. Cierro los ojos al sentirlo bajo mi mano. Un escalofrío recorre mi espalda. No puedo hacer esto, doy un paso atrás. No quiero volver a manejar una motocicleta en mi vida.
—No —susurro temblando.
Me mira confundido y me atrae hacia él, rodeándome con sus brazos.
—¿Sigues teniendo miedo? —susurra en mi oído.
Asiento. Las palabras no me salen, el simple hecho de recordar los días en donde tuve que hacerlo para subsistir me lastima. Aprieto más a Mason.
—Lo lamento, Gin —hace una pausa—. Debí preguntarte primero —murmura acariciando mi cabeza.
Se separa ligeramente de mí y me mira a los ojos, su mirada cálida me transmite confianza. Sé que él no ha hecho esto apropósito, quiero decir, ni siquiera sabe lo que he tenido que pasar anteriormente. Suspiro. No tengo miedo de “aprender” a manejar la motocicleta, de lo que tengo miedo es de recordar todo lo que manejar una motocicleta fue para mí en el pasado. Me separo completamente de su agarre. Respiro profundamente, agarro valor y hablo:
—Quisiera intentarlo —digo con voz baja.
Realmente no estoy segura sobre esto, pero si él ha hecho un esfuerzo en traerme hasta aquí para enseñarme, creo que puedo hacer un esfuerzo por “aprender”.
—¿En serio? —el brillo en sus ojos aumenta.
Asiento. Me sonríe ampliamente y se recorre a la parte trasera de la motocicleta dando palma ditas en el asiento para que suba delante de él. Sonrío. Despejo mis pensamientos y subo delante de Mason. Toma mis manos y las coloca gentilmente sobre el manubrio, inmediatamente siento una corriente eléctrica atravesarme provocando que mi cuerpo se tense.
—Tranquila, estoy aquí contigo. No voy a dejarte sola, ¿De acuerdo? —acaricia gentilmente mis manos.
Editado: 21.10.2021