Capítulo XV
Las personas a mi alrededor permanecen en silencio y después escucho como Chad grita mi nombre. No sé en qué momento he comenzado a correr hacia Mason, pero no me detengo hasta llegar donde está.
—¡Mason! —lo llamo asustada, pero este no responde.
Está tendido sobre el suelo inconsciente. Tiene una herida bastante grande en el brazo izquierdo y este le cuelga completamente: está roto. Una ambulancia, necesitamos una ambulancia, es lo primero que pienso. Saco el celular de mi bolsillo trasero y comienzo a teclear el número de emergencias.
—Emergencias, buenas noches—dicen desde la otra línea.
—Necesitamos dos ambulancias —digo al borde del llanto.
—Podría darme su ubicación por favor, señorita.
Miro a mi alrededor, maldita sea no sé exactamente donde estamos.
—¡Gin! —grita Chad llegando a mi lado acompañado de Sarah.
—¿En dónde estamos? —pregunto desesperada.
—Muelle Sunnyvale, cerca del puerto de carga.
Le repito la dirección a la señorita.
—Podría indicarme exactamente qué tipo de accidente ha ocurrido, señorita.
—Accidente de motocicleta, hay dos heridos, ambos están inconscientes —digo volteando hacia donde está el cuerpo del otro corredor—. Podrían darse prisa por favor, uno de ellos tiene una herida grande en uno de sus brazos y está perdiendo bastante sangre.
—Ahora mismo salen dos unidades para allá —menciona—. Podría darme su nombre señorita.
—Sarah, Sarah Martin —respondo y corto la llamada.
Miro a mi alrededor las personas que hasta hace un momento estaban de espectadores se están retirando desesperadas. No quieren verse involucradas en el accidente. Gruño internamente. Malditos idiotas, todos corren como cucarachas tratando de abandonar el lugar a excepción de Sarah y Chad. Incluso Tyler se ha dado a la fuga.
Volteo a ver a Mason, Chad está intentando quitarle el casco con cuidado.
—¡No lo muevas! —digo desesperada.
Realmente no sabemos si tiene alguna herida interna, si lo movemos podría ser peor. Los recuerdos de la muerte de mi madre me invaden haciéndome temblar.
—Gin —murmura Sarah con voz suave.
Sabe lo que esta situación significa para mí, se acerca más hacia mí para consolarme, observa de reojo a Mason y palidece de inmediato. Sarah nunca ha soportado ver sangre que no sea la de su periodo. Da unos cuantos pasos atrás y vomita a un costado.
—¡Amor! —exclama Chad levantándose de golpe y caminando hacia ella.
—Déjala, es mejor que salga —digo desviando la mirada de Sarah.
Me acerco a Mason, y con mi suéter le hago un torniquete en su brazo. Necesito detener la hemorragia. Quince minutos después puedo ver como las ambulancias vienen hacia nosotros.
*
Dos horas, han pasado, dos malditas horas y nadie ha salido a informarnos sobre Mason. No sé si sentirme aliviada o no, sé que es algo bueno que no nos hayan dicho nada todavía, eso quiere decir que está fuera de peligro, pero el hecho de estar sin saber que está pasando me frustra demasiado. Me levanto de mi asiento y comienzo a caminar ansiosa de un lado a otro en la sala de espera.
—Ginebra —me llama Chad.
Volteo hacia este.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —se pasa la mano por el pelo y suspira.
—Sí —respondo sin dejar de caminar.
—¿Por qué mentiste sobre saber manejar?
Me freno en seco. Sabía que tarde o temprano iba a preguntar sobre eso, pero no esperaba que lo hiciera en este lugar.
—No quiero hablar sobre eso —digo evadiendo la pregunta, sentándome de nuevo sobre mi asiento.
Chad me mira asombrado, no esperaba que le respondiera eso. Abre la boca para decir algo, pero Sarah se adelanta.
—No es el momento amor. Hay que enfocarnos en Mason —da algunas palmaditas sobre la rodilla de Chad.
Este asiente no muy convencido y yo agradezco infinitamente que no se hable más sobre el tema. Chad había escondido la motocicleta de Mason entre algunos contenedores para evitar que la policía se la llevara y hemos declarado que Mason y el otro corredor iban montados en la motocicleta del chico, ya que este le estaba enseñando a manejar al chico. Lo sé suena mal, pero no podíamos dejar que confiscaran la motocicleta de Mason o que la policía lo detuviera. En un principio la idea de Chad era que yo manejara el auto y él la motocicleta, pero yo no sé manejar un auto, así que he tenido que manejar su motocicleta desde Sunnyvale hasta aquí, ya que Sarah no estaba en condiciones para manejar el auto. Gracias a la adrenalina del momento pude manejarla, pero ahora que lo recuerdo mis manos tiemblan.
—¿Has llamado a su padre? —pregunto, ocultando mis manos dentro de los bolsillos de la chaqueta de Mason.
Editado: 21.10.2021