Amor Juvenil 2 |bts|

Capítulo 1. Minho

•.¸♡ Minho♡¸.•

 

— ¿Ya viste las noticias? —la voz de Seungri resonó en todo el apartamento para luego prender el pequeño televisor frente a ellos—, al parecer lograron matar a la señora Min.

El chico gruñó de rabia mientras acomodaba su pelo, odiaba todo lo que estaba pasando, cogió la mochila que tenía a un lado, cargó su arma y la guardó en su pantalón.

— Vámonos, debemos conducir hasta el puerto—Seungri lo seguía con cara de confusión—, iremos a Jeju.

Seungri quería protestar, pero Minho solo le tapó la boca para comenzar a conducir. Todo esto comenzaba a darle miedo, pero tampoco podía echarse para atrás, era prácticamente el cómplice de Minho, y si decidía retroceder era más que seguro el echo de ir a la cárcel. Pero ¿Jejú? Era literalmente la isla de los espíritus, no podían estar ahí. Realmente no tenía muchas opciones, solo era llegar a las últimas consecuencias o morir.

Cuando hubieron llegado a la pequeña cochera del edificio en el que se encontraban, logró percatarse de la ausencia de un objeto, las llaves no estaban en su pantalón, con algo de miedo vió en dirección al coreano-japónes que tenía justo enfrente, este por su parte le dedicó una mirada de confusión, ¿Que acaso traía algo mal puesto?

— Minho, olvidé las llaves. —El mayor rodó los ojos poniéndolos en blanco, sacó la pistola asustanto un poco al ajeno—. ¿Que Carajo vas a hacer?

— No te asustes nene. —dijo con una sonrisa que a SeunGri solo logró ponerlo de mal humor al ver cómo su compañero quebraba el vidrio de la ventana.

Después de tal acción, ambos procedieron a subir al auto y posteriormente arrancar. El menor miró hacia atrás donde la cajuela comprobando si no había nadie sospechoso siguiéndeles los pasos. Nada sospechoso en verdad, salbo un carro de basura que minutos después salió tomando la misma ruta, quizás para ir a la otra colonia, era día de basura, casualmente, no era algo extraño.

Sobre el pequeño cajón del auto un sonido insistente se dejó escuchar, la famosa música de Queen hizo aparición indicando que era el tono de llamada del móvil de Minho, este llevó sus manos al pequeño aparato para desbloquear la llamada y apegar el pequeño medio de comunicación a su oído.

— Veo que aún sigues con vida Han. —La risilla en sus labios parecían ser más sarcásticas que de felicidad

De hecho, Han ya no tiene nada que ver aquí —fue la respuesta al otro lado de la línea—. Una vez dijiste que tú eras la única persona que podría darle fin a esto... —Minho gruñó ante eso, tecleó algunas cosas en el móvil y después carraspeo un poco—. ¿No crees que ya es justo hacerlo?

— ¡Claro que no! ¡Porque nunca estaré donde quieren que esté! —Hizo una rabieta que consiguió poner nervioso a su acompañante.

De hecho, estás justo dónde queremos que estés... Ahora. 

Tras aquellas palabras, un rechinido de llantas se escuchó y de una esquina la imágen del famoso carro de basura se dejó ver en dirección opuesta a ellos.

— ¡Oh, por Dios! ¡Con un carajo, da la vuelta! —Pedía con impaciencia el chico del asiento de copiloto, pero ya era tarde, el auto estaba a nada de volcarse 

Estruendos, metales volando, y uno que otra explosión terminaron con ambas miserables vidas, nada quedó, solo rastros de humo y sangre por todo el lugar, una tragedia para cualquiera que la mirase.

***

Con el pecho subiendo y bajando y una respiración acelerada, aquel chico despertó percatándose del lugar en el que se encontraba: una cama de hospital con algunas mangueras y suero incrustandose a su cuerpo. Aquellos momentos aún dolían mucho, como una navaja enterrandose entre sus entrañas sin anestesia alguna, prueba de ello eran sus ojos rojos a causa del dolor.

— Malditos miserables. —Maldijo entre dientes como si alguien pudiera llegar a escucharlo—. Me las pagaran... Me las pagaran... —Amenazaba como si de un delirio se tratara.

Todo podía cambiar... Mientras en deseo de venganza no se evaporara por completo...

 

✨Al igual que el sol brillante, que nuestro brillo, brille✨




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