Amor Juvenil 2 |bts|

Capítulo 4. Rompe Vínculos.

Valor, fortaleza y determinación. ¿Cómo es posible hayar eso dentro de nuestro propio ser? Varias veces escuchamos decir a los grandes «Deberías ser más fuerte» o «No es posible que no soportes nada». Sentirse fuerte en la actualidad es algo demasiado difícil no solo para los jóvenes, sino para cualquier ser humano. Sentirse seguro, bien consigo mismo se vuelven cosas difíciles como caminar por primera vez. ¿Hasta cuándo viviremos en una sociedad tan podrida como ésta, donde los muros de la vida se derrumban sin que nadie pueda hacer nada o acudir al auxilio?. Nos estamos jodiendo nosotros mismos.

 

***


— Joder, lo que faltaba. —TN se agachó para recoger las pequeñas cáscaras de los huevos que caían al suelo en cámara lenta cual película de acción en TV.

— ¿Podrías ser un poco más diciplinada a la hora de cocinar Noona? —Un chico con mechones rojos apareció de la nada con el pelo mojado, unos pans con estampado de unicornio y una sudadera con pequeños carritos, lo anterior en morado—. ¿Qué se supone que es eso? —Señaló una clase de rectángulo hecho de pan y leche con algunas otras cosas.

— Un intento de pastel Jeon Jungkook. ¿Porque no en vez de burlarte me ayudas a recoger esto? —Pedía ella acomodando su cabello detrás de la oreja—. ¡Maldito cabello, te salvaste porque ese día la peluquería estaba cerrada! De lo contrario me habría rapado de verdad. —Lanzaba maldiciones. Jungkook sonrió imaginándose a su amiga calva.

La chica lo fulminó con la mirada y el ajeno comenzó a recoger los restos de aquellos huevos.

— ¿Qué celebramos?

— Que tengo un cabello demasiado jodido como para conservarlo. —Comentó la pelinegra con sarcasmo.

— ¿Encerio? ¿Cuál debería ser mi onda o estilo? ¿Cholo, friki, Dark, Tumblr, fresa? —Hacia diferentes poses y caras graciosas.

— No. Estaba usando el sarcasmo Kookie. —Hizo una pausa mientras se quitaba el delantal y lo dejaba en la mesa—. Sabes que el papá de Jimin falleció ayer, pensé que tal vez un pastel y alguna actividad en familia lo relajaría.

El menor desvío la mirada viendo con deseo el pequeño pastel que estaba a punto de ser víctima por el enorme apetito que sentía. Lentamente y con cuidado pasó uno de sus dedos y lo llevó a su boca rápidamente. —No sé.

— ¡¡Jungkook Jeon Kim de Busan!! —El mencionado vió fuego en los ojos de su amiga (y no, no se debía a algún filtro de Snapchat)—. ¿Qué hiciste baboso?

— Ya wey. Ni que fuera para tanto, no es como si fuera el mejor pastel que haya probado. Por mejores me he arriesgado. —Soltó un quejido cuando sintió un pellizco en el brazo—. Ahh, ¡Eso es salvajismo! ¡¡Se está volviendo salvaje!! —Gritó para después salir de la cocina como pavo despavorido.

La ajena observó a su amigo salir de la habitación con el ceño fruncido preguntándose si de verdad era amiga de ese niño metido en el cuerpo de un hombre para nada feo, no, todo lo contrario. Pero sus pensamientos cambiaron en seguida, cuando el hermano mayor de Jeon ingresó en la cocina con el ceño fruncido de igual forma, preguntándose la razón por la cual Jungkook corría como un avestruz moviendo los brazos a lo loco.

— Amm, larga historia. —Contó ella restándole importancia y tomando asiento en una de las sillas. Seokjin hizo lo mismo y observó el pastel para después ver a su amiga—. No soy chef como otros.

El chico asintió mostrando una cara ni de satisfacción ni de desagrado, como un «Es aceptable» . TN lo observó por algunos segundos, la masa en su rostro había disminuido, y con ello gran parte de sus cachetes estaban desapareciendo, además de notar algunas señales de fatiga y una que otra cana, pero finjamos no haber leído lo último, por el bienestar del mundo. La paz ante todo ✌🏻.

— ¿Te han dicho algo no es así? —Preguntó ella de la nada mientras le quitaba las hojitas a unas fresas. Seokjin la miró con extrañeza, ¿Cuando había comprado eso? O lo más importante, ¿Por qué no le dijo nada? Ya extrañaba ir de shopping.

— Nada interesante. Estoy preocupado por Jimin. —TN asintió, dejó sobre la mesa la pequeña fresa que limpiaba, carraspeo la garganta y fue en dirección al lavamanos, pero enseguida volvió y tomó al mayor del cuello dejándolo lo suficientemente cerca de su rostro.

— Escúchame Chefsito. No sé qué mierda te hayan dicho... Peeeero, tu y yo sabemos que mentir nunca se te dió. Así que... —La mujer volvió a su antigua posición con las fresas—. Desembucha.

El mayor rechisto un poco, tomó una bocanada de aire haciendo que su corazón volviera a latir igual y habló.

— Ordenaron cuidados paleativos. —La chica frenó sus manos al oír eso, sus ojos comenzaron a picar indicando que iba a llorar, con la manga de su sudadera limpió algunas lágrimas y miró al rubio—. No quiero decir que ya va a-...—Se frenó bruscamente al no querer pronunciar la tan desagradable y angustiante palabra. —Pero como paciente el merece que su dolor sea aliviado... Morir sin dolor.

La pelinegra mordió su labio inferior antes de echarse a llorar e incarse en el suelo. ¿Alguien podía pellizcarla y despertarla de ese mal sueño? No. No era un maldito sueño.

— ¿Cuánto tiempo? —Pronunció con la voz quebrada.

— En el mejor de los casos... Un año. Aunque, no están seguros.




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