Las navidades son ese momento en el que a pesar de todos los problemas debes permanecer a lado de tu familia. Tomarte un tiempo con ellos y así retomar lo que estás haciendo con más fuerza y valor. Recargar energías. Feliz navidad a todos.
***
— Ajá. Te atrapé. —Day corrió con el pequeño toper en manos para aventar a la ratita por el balcón del pequeño departamento en el que se había quedado.
— Mile estoy aquí. —Gritó Wooseok con pocos ánimos dejando caer su enorme cuerpo en el sofá de la sala.
—Eso es bueno, así podrás ayudarme con algunas cosas para esta noche. —Le informó ella ofreciéndole un delantal color negro que el azabache se dedicó a observar de mala gana. —¿Dónde está tu novio?
— ¿Hablas de Kuanlin? Dijo que tenía que comprar algunos vasos y frutas. —Se encogió de hombros poniéndose el delantal, más valía hacerle caso a esa niña. —Y... No es mi novio.
—Si, si, como sea. —La chica rodó los ojos y siguió preparando un poco de carne y estofado de Kimchi en la estufa.
— Chicos estoy aquí. —Gritó esta vez Kuanlin ingresando en su nuevo departamento. Después de que Wooseok hubiese incendiando la cocina con su intento de Ramen, habían tenido que evacuar el lugar y la única opción era pedirle a la madre del chico que les prestara su departamento mientras ella iba de viaje a una playa de México.
Ah, de verdad que la familia Jung estaba demasiado loca por América Latina, que incluso su hermana menor tenía un nombre digno de latina.
«Dioses» pensó Lai «La familia con la que me vine a relacionar... Aunque pensándolo bien, yo no me salvo».
—¡Eduardo Lai! —La voz de la chica hizo que saliera de su transe derramando el contenido de las bolsas del mercado. —¿Trajiste las frutas para el ponche?
— Si señorita, aquí 'tan. —Le tendió una bolsa con todas las frutas.
—Gracias, detective, te mereces el cielo. —Le guiño un ojo con diversión haciendo que el Taiwanés se sonrojara.
—Ey, ¡Dyanna Mileth cálmate! —Le gritó el doble metro andante de su hermano. (Bueno, pero 191 cm valiosos). — El te dobla la edad.
— Eso no es cierto... ¡tENGO 20 AÑOS! ¡No soy tan aciano como tú! —Gruñó el taiwanés.
—Como sea, mi hermana es muy pequeña para ti.
— ¿Te refieres a menor? Porque pequeña siempre ha sido jsjsjsjs. —El más alto lo miró con rabia.
De un momento, los tres chicos en la habitación se miraron extrañados comenzando a olfetear tal cual un perro, siendo dirigidos a la cocina por un extraño olor.
— Mierda, ¡La comida! —Gritaron los tres y casi se les sale un pulmón del susto.
— ¡nO PUEDO CREER QUE SE ME ESTÉ QUEMANDO EL AGUA! —Maldijo la menor. Lanzando más agua al agua de la olla mientras el par de detectives apagaban la estufa.
Wooseok, Kuanlin y Mileth se miraron por unos segundos, después tomaron asiento en la mesa de la cocina sin que las miradas de decepción se expandieran.
— Creo que eso significa que no habrá Cena Navideña ¿Verdad? —Los hermanos Jung asintieron y Kuan pegó un grito de histeria ante la noticia. Sería una noche larga.
Por otros lares, muy alejados del desastre de Kuanlin, Wooseok y Mile se encontraba el departamento de Lee Know y Jeongin, el cual sufría extremos decorados anunciando la festividad navidena de esa misma noche.
Jeongin se encontraba sobre un banquito poniendo las luces navideñas dentro de la casa. Y ustedes han de preguntarse, ¿Porqué dentro de la casa Jeon? Porque el balcón ya estaba lo suficientemente decorado como para iluminar todo el mundo y el único lugar que faltaba era la sala en la que unos cuántos minutos después Hyunjin pondría el arbolito.
— ¿Dónde están las sillas? —Gruñó Minho quien era el encargado de preparar la comida.
— Creo que vi a Jeongin llevarlas afuera para poder colocar las luces. —Le comunicó el otro miembro del equipo de Gamers: Seungmin.
— Lo siento, Hyung, aquí están. —El mencionado apareció con tres sillas por el pasillo. Lee Know frunció el ceño.
— ¿Necesitabas tres sillas para poner las luces?
—No. Lo que pasa es que la otra la dejé en ese lugar y vine por otras para los otros lados.
— Solo dale las gracias, o está conversación no terminará. —Pidió Seungmin colocando un par de flores en la mesa. —Ahora solo falta que pregunte que es Química.
— ¿Química? —Lee Know observó al chico. —¿Quien no sabe que es eso?
—Pues es que... Con tu física y tú química, también tu anatomía, la cerveza y el tequila y tu boca con la mía, ya no puedo más... —Cantaba el menor todo desafinado pero con mucho sentimiento.
— Maldigo el test que le dijo que cantaba bien.
— Concuerdo Linho. Pero... Yo quiero estar contigo, vivir contigo, bailar contigo, tener contigo... Una noshe lokaAaa.
— Ay, ya cállate. —El rubio le dió un golpe en la mejilla y todo emputado volvió a la cocina a seguir preparando su rico pastel.
La puerta del departamento sonó ingresando al lugar el chico de cabellos negros largos acompañado de un enorme árbol que apenas lograba entrar por la puerta. Los tres chicos dejaron de hacer lo que hacían para observar al chico guapo que jadeaba tratando de recobrar un poco de fuerzas y continuar arrastrando el "arbolito".
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Editado: 21.03.2022