Amor Juvenil 2 |bts|

Capítulo 9. Psd: Ataques.

"La venganza es una espada de doble filo" eso dicen algunos... Pero la verdad es que tú decides si esa espada podrá emplear el filo que posee del otro lado de la hoja.

 

***

 

Al caer el sol tras los edificios de mayor tamaño en la ciudad de Seul.

El rubio mordía las uñas de sus dedos una y otra vez tratando de frenar la ansiedad que sentía justo ahora, sus piernas se movían lo más rápido que podían corriendo desde el lugar del accidente hasta la entrada al bosque más cercano —El cual por cierto estaba llenándose de una densa neblina que dificultaba la visión—. Sus labios pronunciaban en gritos el nombre de su hermano.

— Maldita sea ¡Jeon Jungkook! —Tiraba de su pelo con rabia sintiéndose miserable. Si algo le ocurría a su hermano no se lo perdonaría jamás. Quizá era su culpa por todo lo que le dijo minutos atrás que sin pensar hizo que el "niño" se sintiera mal y decidiera irse. ¡El estaba enfermo! ¡¡En qué diablos estaba pensando!! 

Volvió nuevamente a la carretera abierta donde los restos de la camioneta se derrumban en cenizas negras con algunas pocas llamas sin extinguir. 

Buscó entre sus manos el teléfono dispuesto a marcarle a quien fuera y pedir ayuda. Sus ojos se volvieron dos líneas fulminantes al notar que el móvil marcaba un «Sin señal disponible». ¿Tan jodido era su destino? Alzó el brazo tratando de localizar la señal que requería y sonrió cuando una línea se mostró. Tecleó desesperadamente el número de su amigo y este contestó al instante.

Hola... SeokJin, ¿Está todo bien? —Fue la respuesta de la voz ronca al otro lado de la línea.

— Taehyung, necesito que me escuches atentamente por favor. —Pidió y escuchó un "mjh" del otro lado. — Alguien capturó a Jungkook, ya he tratado de encontrarlo pero no funcionó 

¡¿Qué?! ¡¡¿Cómo que Jungkook fue capturado?!! —Gritó el pelo verde haciendo que Jin alejara el teléfono de su oreja.

— ¡¡¡Te pedí que te calmaras!!! —Insitó el mayor tratando de contener su llanto ante la reacción del menor.

— De acuerdo Hyung. ¿Puedes describir el lugar? Iré por ti...

— Te acabo de decir que mi hermano desapareció... ¡¿Puedes ser un poco más inteligente y comenzar a buscarlo?! ¡¡Yo sabré como volver!! ¡¡Quiero que encuentres a Jeon!!

— Porfavor Hyung tranquilizate...

— ¡Ni tú pudiste hacer tal cosa! ¡¡No me exijas estupideces que ni tú puedes lograr!! ¡¡mUEVE TU MALDITO TRASERO Y BÚSCALO!! —Regañó para después colgar el teléfono.

Observó con algo de nostalgia su camioneta ya inexistente y suspiró con pesadez.

— Te voy a extrañar Maria. —Acarició un pedazo de metal. —Pero te prometo que te rendiré honores, no pararé hasta hayar al culpable de tu desgracia. —Un pequeño ruido lo sobresalto haciendo que llevará su vista hacia la calle.

La luz de una moto hizo que entrecerrase los ojos mientras hacia señas tratando de llamar la atención del conductor.

— Disculpa, ¿Cómo te llamas? —Preguntó cuando el adolescente se detuvo.

— Juan... A sus órdenes señor 

— Bien Juan, te voy a dar un cheque y una semana de comida gratis en mi restaurante, pero ahora necesito que me lleves a Seúl sin preguntas. —Respondió el subiendo al asiento trasero al momento que el chico se colocaba el casco y comenzaba a conducir. SeokJin suspiró ondo.

Una orda de reporteros se encontraban fuera de la mansión Jeon sujetando cámaras y micrófonos con los logotipos de sus cadenas televisivas, no parecían querer abandonar la oportunidad de obtener la primicia y una que otra frase de alguno de los Mi...

Una orda de reporteros se encontraban fuera de la mansión Jeon sujetando cámaras y micrófonos con los logotipos de sus cadenas televisivas, no parecían querer abandonar la oportunidad de obtener la primicia y una que otra frase de alguno de los MinJungPark. Bueno, solo el menor ya estaba comprometido, YoonGi seguía siendo el soltero codiciado y Hoseok, no se asomaba a la cámaras desde que huyeron de ahí para acabar con su madre.

En pocas palabras, la última vez que los hermanos se mostraron frente a una pantalla fue cuando tenían 13 años... Si hacemos cuentas, eso había sido en la era de los dinosaurios. Era por eso mucho el interes en consiguir como prioridad siquiera la foto clara del perfil de algún integrante de la familia o en el mejor de los casos llegar a tener la tan dichosa entrevista con los herederos del imperio Min.

Entre las ordas que crecían cada segundo se encontraba un muy peculiar sujeto, con una larga gabardina, un sombrero similar al de un mago, junto a un bigote y la increíble barba negra. El sujeto sostenía un pequeño maletín a juego con su extraño conjunto mientras se abría camino entre todo el escándalo generado por la prensa.

El hombre corrió hacia una de las paredes pegando su espalda a esta y mirando en todas las direcciones posibles como si estuviera en una película de espías, lentamente escurrió su cuerpo hacía el patio trasero y como acto seguido trepó la gran barda con ayuda del peculiar bastón que sostenía. Una vez al otro lado suspiró con alivió y se dirigió a la puerta del servicio.




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