Amor Juvenil 2 |bts|

Capítulo 12. Rompecabezas.

"He escuchado personas decir que ya no esperan nada de nadie, pero sus ojos anhelan el regreso de alguien" —Leyó Taehyung en aquella libreta de pastas duras.

 

***

 

El chirrido común de las celdas abriéndose y cerrándose perturbaban sus sueños. Estaba cansada y asustada, la vida en la cárcel no era buena después de todo. No extrañaba los lujos, extrañaba a su hijo, ese niño que venía a verla cada dos meses en una ocasión, pero que por alguna razón lo trataba indiferente a una madre.

Escuchó el juego de llaves moverse y después observó como su celda era abierta por una de las mujeres uniformadas del lugar. Escuchó de igual manera la risa burlona que su compañera de celda le dedicó.

— Felicidades mi reina. Parece que alguien de allá afuera planea ayudarte.

— ¿Qué...?

— Ya sabía yo que santita no eras, no por simples robos estarías aquí.

— ¿Fue YoonGi? ¿YoonGi lo hizo?

La oficial río con diversión mientras la tomaba del pelo —Mi reina, El joven Min YoonGi, ¿Porqué te ayudaría? Vive una vida feliz con la mujer que ama y sus dos hijos.

— ¿Hijos? Entonces... ¿Quién me saco de aquí?

— Irás a saber tu con que mafioso te acostaste que ahora no puede controlar su necesidad y te necesita otra vez en su cama como la perra que eres.

— Yo...

— ¡Camina! ¡Camina, perra!

— Ahí va, escuché que movieron carta por ella. 
¿Que creías? Zorra, porque santa no creo.
¡Nos mandas al galán, reina!

Ji-Eun solo podía escuchar los insultos de sus compañeras y otras más que le escupían a la cara mientras la veían pasar y recoger sus cosas para salir de ese infierno.

Cuando estuvo afuera, pudo observar por primera vez en casi 1 año el cielo, aunque tenía una corazonada de que algo malo pasaría, se sentía feliz de estar fuera. Finalmente vería a su hijo.

Un carro deportivo se estacionó frente a ella, Eun frunció el ceño, ¿Quién era ese tipo? No tuvo que esperar mucho para que su pregunta obtuviera respuesta, el vidrio de la ventana fue bajado dejando ver el rostro de un hombre japonés con una cadena entrelazada en la palma de su mano.

— Sube. — Ordenó el tipo.

— ¿Debería?

— Si tienes otra forma de pagar por liberarte con gusto acepto cheques y dinero en efectivo, talvez tu cuerpo, sería buena opción. —Ji-Eun sintió asco al ver cómo tal sujeto no borraba su psicópata sonrisa de su rostro.

— ¿Quién eres?

— Me presento, soy... Riu Kiudara

 

Riu Kiudara

 

Jeongin estaba temblando como gelatina.

Sentía sus pies balancearse y su cabeza dar giros tremendos, acababa de irse en boca, solo podía pensar en algo: Desvergonzado.

Lee Know lo miró por el rabillo del ojo como buscando algún rastro de broma a qué solo los estaba shippeando como cualquier amigo fan de "Noche De Vampiros" como era. Pero no. No parecía ser en broma, ese comentario aunque no le dolía, si lo hacía sentir incómodo.

— Yo...

—Habla.

— Digamos que... Los escuché por accidente...? —Minho suspiró, entonces esa era la razón. Demonios, estaba seguro de que el ya lo sabía, algo dentro de él se lo decía desde hace mucho.

— Es un hecho que nos escuchaste. —Aclaró. Jeongin lo miró. — Jeongin... También es un hecho que no te puedo ocultar más porque ese era mi único secreto. Lo que es incierto es que yo deje mi luto por Han... Y que eso no es algo que debas saber.

— Lo siento Hyung. —El menor realizó una reverencia ante el rubio quien solo ladeó la cabeza contemplando la foto que colgaba en la pared.

— No sé bien a que vino ese comentario ahora. Pero tampoco tengo interés en saber.

Hyunjin ingresó en la casa con una bolsa tras la espalda, su ansiedad estaba visitándolo hoy y solo un vaso grande de Yogurt y otro bote spray de protector solar fungían de psicólogos.

Cerró con cuidado la puerta tratando de hacer el mínimo ruido posible y no molestar a los agenos en la casa. Hoy no quería cruzar camino con nadie, inclusive ignoró los mil mensajes que tenía de su madre y de su antiguo gammer couple.

— Extraño a Félix, en eso sí estoy contigo... —Escuchó decir a Minho desde la cocina.

— Ha pensado alguna vez en buscarlo, Hyung? —Preguntó la voz de Jeongin. Él maldijo.

— No. Sus últimas palabras fueron como un puñal a mi corazón. Yo no lo odio... El, quizá aún lo hace...

— ¿Tendría una razón?

— Si la tiene o no. Es algo que ignoro... A lo que me mantengo ageno... Hola Hwan.




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