Prólogo

Trece años atrás

Miré a mi abuela sentada en la mesa del comedor con todos sus libros de magia apilados frente a ella, agarré la nueva muñeca que mi madre me había traído de uno de sus viajes y me acerqué a donde mi nana se encontraba, quería saber que leía. Mi abuela siempre estaba leyendo algo y yo tenía la curiosidad de saber más de nuestro mundo. Ella sintió mi presencia y giró su cabeza para mirarme, abrió sus brazos y me subí a su regazo.

 ─¿Qué lees? ─pregunté.

 ─Un hechizo de amor, pequeña ─murmuró, hojeando el gran libro rojo.

 ─¿Qué es el amor?

 ─Eres muy joven para entenderlo ─rio.

Fruncí mis pequeños labios, podía ser pequeña, pero era muy inteligente para mis cortos cinco años de edad, así que no debía ser difícil entender que era el amor. Un viento fuerte y helado entró a la cocina haciendo que ambas nos estremeciéramos de pies a cabeza, me encogí dentro de mi pequeño sweater de lana, no me gustaba ese aire frío porque significaba problemas.

 ─Tu tía está llegando ─musitó mi abuela.

Me bajó rápidamente de su regazo para levantarse de la silla y agarrar mi pequeña mano entre la suya para llevarme a mi habitación, mi muñeca se cayó en nuestro camino a la planta alta. Mi tía no era alguien muy querida en nuestra familia, ella era un caos total según mi madre y me había dicho que debía estar lejos de mi tía cada vez que viniera de visita.

 ─Nunca te acerques a ella, Alana ─me dijo mi abuela hace unas semanas atrás─. Ella no es una persona buena, mi querida niña.

Había asentido con la cabeza y aprendido en tan poco tiempo a estar en mi habitación cuando ella estaba en casa, era lo mejor para todos, principalmente para mí. Aunque no llegaba a comprender por qué era un caos total o porque yo debía estar escondida, había cosas de mi familia que no alcanzaba a entender todavía. Me acosté en mi cama y cerré los ojos, esperaba que en algún momento encontrar el amor, aunque no supiera que era exactamente. Se escuchaba muy bonito y tal vez era como cuando comía mi postre favorito.

Mucho regocijo en mi corazón.