Amor Mágico

Capítulo 21

Llegué a mi primera clase del día con la sonrisa más grande que poseía. Estaba emocionada de empezar una nueva jornada de aprendizaje y eso era demasiado insólito para mí. Nunca me había sentido tan emocionada y cómoda en la secundaria, algo raro me sucedía.

Entré a mi clase de historia americana y saqué mi deber de la mochila para ubicarlo en el escritorio del profesor. El señor Harrison me miró detenidamente y sonreí, él solo sacudió la cabeza como si no entendiera que estaba sucediendo conmigo.

Tomé asiento al fondo del salón y anoté todo lo que el profesor dijo. La hora pasó tan rápido que en un parpadeo estaba saliendo del salón para dirigirme a mi clase de química. Caminé por el pasillo haciendo que todos giraran sus cabezas para verme, estaban sorprendidos de mirarme sonreír, hasta algunos se abrieron como el mar rojo para dejarme caminar y ver con sus propios ojos lo que estaban susurrando en los pasillos desde la primera hora. Para todos era raro verme tan feliz.

Rachel apareció frente a mí y tuve que detenerme para no chocar con ella, ladeé mi cabeza dándole una gran sonrisa y ella frunció el ceño. Intenté imitar el gesto de su rostro, pero no pude hacerlo.

 ─¿Qué te pasa, Alana? ─ladró.

 ─No me sucede nada, Rachel ─sonreí de oreja a oreja─. Deja de hacer eso con tu frente.

 ─Nunca te he visto tan feliz en toda mi vida ─refunfuñó.

 ─Uh-huh.

 ─Deja de sonreír ─gruñó─. Te quejas de que no quieres ser el centro de atención, pero ahora lo eres y no parece molestarte en lo absoluto.

Rachel pisoteó con rabia y giró para perderse en medio de la multitud que nos rodeaba. La llamé un par de veces, pero no me hizo caso así que me encogí de hombros sin saber que había hecho mal y continué con mi camino hacia mi clase de química.

Me senté junto a Eliot y él se veía muy bien con ese conjunto de ropa que había decidido llevar el día de hoy. Me encantaba que su cabellera estuviera toda despeinada de forma sexy y el brillo de sus ojos me decía que estaba emocionado, aunque no sabía el porqué. Le di una gran sonrisa antes de sacar mi libro de química de mi mochila.

 ─Hola ─me saludó.

 ─Hola ─sonreí.

 ─El día de hoy estás muy feliz.

 ─Sí ─asentí.

 ─Me gusta que tu cabello esté suelto.

 ─Buenos días clase ─dijo el profesor.

Concentré toda mi atención en lo que el profesor estaba diciendo. Cada cierto tiempo sentía la mirada de Eliot en mí y yo le daba una pequeña sonrisa de respuesta haciendo que ambos nos sonrojáramos. Después de esa clase seguí con mi jornada escolar.

Cuando llegué a la cafetería sentí la mirada de todos los presentes en mí, pero seguí con mi camino para agarrar una bandeja y colocar un montón de comida en ella, tenía mucho apetito. Pagué y fui a sentarme con mis amigos, Rachel aferró su bandeja como si deseara irse de la mesa pero en último momento desistió de hacerlo. Me dejé caer al lado de Eliot y empecé a devorar lo que tenía frente a mí.

 ─¿Alana? ─preguntó Josh.

 ─¿Sí? ─balbuceé con la boca llena de comida.

 ─¿Te encuentras bien?

 ─Sí, solo tengo mucha hambre.

 ─El día de hoy te estás comportando muy raro ─gruñó Rachel.

 ─Uh, no ─me encogí de hombros y reí.

 ─¿Alana? ─cuestionó Eliot.

 ─Tengo hambre ─metí más comida en mi boca.

 ─Voy a llamar a su mamá, esto no está bien ─dijo mi amiga.

 ─Algo mal va con ella ─dijo Josh.

 ─Voy por más comida ─dije levantándome de mi puesto─. ¿Alguien quiere algo más?

 ─No ─dijeron al unísono sacudiendo sus cabezas.

 ─Está bien.

Volví a la fila de la comida para llenar mi bandeja hasta a reventar. Todo desapareció en cuestión de minutos y las caras de sorpresa de mis amigos eran muy chistosas que terminé soltando una carcajada. La campana sonó y recogí la basura para depositar en su respectivo recipiente antes de dirigirme a clases.

Terminé la jornada escolar y caminé hacia los camerinos para cambiarme de ropa para la prueba de atletismo. Había estado sonriendo todo el día que mis labios dolían, intenté parar de sonreír, pero no podía hacerlo.

Llegué a la cancha de fútbol y miré las gradas donde varios chicos y chicas estaban esperando a sus amigas, algunos estaban gritando dándole apoyo a las próximas chicas que iban a correr. Suspiré dejando mi mochila en la primera fila cuando sentí la mirada de alguien en mi nuca, giré para ver quién era y sonreí. Eliot estaba caminando hacia mí con una gran sonrisa en su rostro y me lancé a sus brazos cuando estuvo cerca. Lo abracé con mucha fuerza pues me sentía bien tenerlo junto a mí.

Di un paso atrás queriendo mi propio espacio, era la primera vez que lo abrazaba. Una corriente paso entre los dos, pero no quise indagar más en el tema.




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