Amor Mágico

Capítulo 31

 ─¿Quieres palomitas? ─preguntó Eliot.

Estábamos sentados en la fila superior mientras que Rachel y Josh se encontraban en una esquina. Mi amiga quería tener privacidad para besuquearse con Josh sin que nadie la molestara. Ellos habían pasado su nerviosismo inicial y ahora se besaban como si su vida dependiera de eso.

Llevábamos unos minutos viendo la película pero no entendía nada de la misma ya que estaba más concentrada en cada respiración o movimiento que Eliot realizaba, mi cerebro no podía concentrarse en nada que no fuera él.

 ─No, gracias ─murmuré.

Había dejado la rosa en el vehículo. Eliot me había pedido sentarme en el asiento del copiloto mientras que Rachel y Josh se sentaban atrás. Pude escuchar algunos sonidos de besos que me hicieron sentir incómoda y mantener mi vista al frente. Mi amiga cada vez me sorprendía más con su nueva forma de actuar.

 ─¿Estabas de acuerdo en ver esta película? ─murmuró Eliot en mi oído y la piel de gallina estalló en mi cuerpo.

 ─Realmente no me importa ─me encogí de hombros y giré mi cabeza para verlo en la penumbra del cine─. Rachel quería verla y por mí está bien.

 ─Eres hermosa ─alargó su mano y acunó mi mejilla. Su tacto estaba haciendo cosas raras en mi interior.

 ─Gracias ─balbuceé.

 ─Alana Bee ─sentí su aliento en mis labios.

 ─Eliot, yo…

Él no me dejó terminar la frase porque sus labios se posaron sobre los míos y me congelé sin saber qué hacer pues era el primer beso que recibía en mi vida. Cerré mis ojos y me dejé llevar por el momento. Moví mi mano tentativamente al centro de su pecho y sentí su corazón latir a un ritmo rápido contra mi palma. Mis labios se abrieron para él justo en el momento en que mi corazón saltó y sentí la magia brillando por cada poro de mi cuerpo.

Sentí como no solo estábamos compartiendo el mismo aire sino que algo más sucedía entre nosotros, algo que no estaba segura de que era, pero se sentía como electricidad pasando entre nuestros cuerpos y cosquillas que me invadían de pies a cabeza. Las mariposas se encontraban alborotadas en mi interior. Sentí las dos manos de Eliot en mi rostro acunándolo como si no quisiera que me alejara de él y tampoco lo iba a hacer ya que besarlo era como comer chocolate, adictivo. 

Eliot se alejó de mí y abrí mis ojos, había un brillo especial en sus ojos idéntico al que yo veía en los míos cada vez que me miraba en el espejo. Sonrió y le devolví la sonrisa apenada ya que seguramente estaba sonrojada.

 ─Llevo tiempo queriendo hacer esto ─murmuró acariciando mi mejilla con ternura.

 ─Solo nos hemos conocido una semana, Eliot.

 ─Desde el primer momento que te vi quise besarte y protegerte. Cuando nuestros ojos se encuentran siento que el aire me falta y todo se congela a mi alrededor.

 ─Sus almas ya están conectadas, pero al enamorarse hacen que se fusionen para siempre. Lo que tú eres, él será y lo que él es, tú eres ─las palabras de mi abuela llegaron a mi mente.

Me congelé y cerré mis ojos, «¿un beso contaba cómo enamoramiento?», no lo sabía, pero esperaba que no. Suspiré con temor, ya era difícil para mí todo lo que era mi vida y no deseaba integrar a la mezcla a Eliot. La magia no era fácil de explicar y mucho menos lo de las almas fusionadas que ni yo entendía por completo.

 ─Alana ─abrí mis ojos─, ¿te encuentras bien? ─preguntó preocupado.

 ─Uh, sí.

 ─Te noto un poco rara.

 ─Estoy bien ─le di una sonrisa falsa.

 ─¿Acaso te molestó el beso?

 ─Oh, no ─balbuceé─. Solo que fue mi primer beso y todavía estoy en shock por lo sucedido.

 ─¿Fue tu primer beso? ─asentí agachando mi cabeza avergonzada─. Alana ─colocó su dedo pulgar debajo de mi barbilla para alzar mi cabeza─, ¿fui tu primer beso?

 ─Sí ─tapé mi rostro con mis manos.

 ─¿Por qué? ─preguntó con curiosidad.

 ─¿Por qué, qué? ─lo miré por las rendijas de mis dedos.

 ─¿Por qué éste es recién tu primer beso? ¿Por qué nadie te ha besado antes de mí?

 ─Porque no soy la persona más bella del mundo ─me encogí de hombros dejando caer mis manos─, porque nadie ha tenido el valor de acercarse a mí. Prefiero ser la chica de la esquina que el centro de atención, y los chicos siempre quieren a la chica del centro.

 ─Yo no ─dijo agarrando mis manos y la electricidad pasó entre nosotros─. Eres hermosa, Alana. Hay algo en ti que no deja que desvié mi atención.

 ─Son las almas conectadas ─murmuró esa molesta voz en mi mente.

 ─Eliot… ─colocó su dedo sobre mis labios.

 ─No digas nada ─sonrió─. Sigamos viendo la película y disfrutemos nuestro tiempo juntos.




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