Amor Mágico

Capítulo 44

Alana había pedido estar sola después del desayuno haciendo que me quedara con su tía, la cual no dejaba de mirarme como si fuera lo más divertido del mundo. Coral me había advertido que no permitiría que lo que había visto en la mañana se repitiera de nuevo.

 ─Eliot ─había dicho Coral entrecerrando los ojos hacia mí─, no quiero que se repita lo de esta mañana. Estás aquí por protección, pero eso no significa que permitiré que irrespetes mi casa, ¿entendido?

 ─Entendido ─murmuré rápidamente.

 ─Alana y tú no pueden estar juntos en su habitación o en la tuya con la puerta cerrada, si quieren pasar tiempo juntos lo pueden hacer en la sala. ¿Está claro?

 ─Muy claro, señora.

 ─Dime Coral, no estoy muy vieja para que me digan señora.

Asentí antes de que ella fuera a la cocina. Me senté en el mismo sofá que había dormido la noche anterior. Minutos después, Cala se sentó frente a mí mirándome con su rara manera de hacerlo, como si pudiera ver a través de mí y conociera todos mis secretos. Ella sonrió picaronamente y alcé ambas cejas esperando que empezara a hablar.

 ─Eliot, ¿cierto?

 ─Sí.

 ─¿Qué se siente saber que tu novia es bruja? ─abrí mis ojos en demasía pues Cala era muy directa─. Supongo que es tu novia, ¿o me equivoco?

 ─Sí, es mi novia ─murmuré, aunque Alana y yo no habíamos hablado exactamente del tema, pero yo ya la consideraba mi novia.

 ─Entonces, ¿cómo te sientes? ─enarcó una ceja.

 ─Uh, bien ─murmuré.

 ─¿Solo bien? ¿No quieres salir corriendo?

 ─No saldré corriendo. Me importa mucho Alana.

 ─¿Qué exactamente sientes por ella? ─colocó sus codos sobre sus rodillas y me miró expectante.

Desvíe mi mirada a donde mis manos descansaban en mi regazo, me sentía un poco incómodo ya que no esperaba que alguien me hiciera un interrogatorio y mucho menos la tía desconocida de mi chica. Suspiré y pensé en alguna respuesta que fuera lo suficiente buena para ella sin tener que decirle como realmente me sentía por su sobrina.

Mi móvil vibró en mi bolsillo y le di una sonrisa de disculpa a Cala, ese mensaje me daría tiempo de idear alguna respuesta para ella. Saqué el teléfono y leí lo que había recibido, y una sonrisa apareció en mi rostro. Sabía que estaríamos yendo en contra de las reglas de su madre, pero valía la pena hacerlo.

 ─Ah, esa sonrisa la conozco ─dijo Cala y alcé mi cabeza para verla.

 ─¿Qué sonrisa? ─la oculté rápidamente,

 ─Esa que estaba en tu rostro ─se irguió─. Anda príncipe mortal, anda a ver a tu princesa mágica ─me guiñó un ojo─. Yo distraigo a la bruja.

Sonreí en forma de agradecimiento y esperé que Cala se acercara a Coral antes de huir a mi habitación. Tomé una fuerte respiración mientras giraba la manija para entrar al baño que compartíamos.

El aire abandonó mis pulmones cuando mis ojos cayeron en Alana. Ella estaba parada en medio de la habitación mordiéndose el labio inferior con nervios, su ropa estaba ajada de dormir con ella y su cabello estaba en todas las direcciones, pero aun así era hermosa. Me acerqué a ella y coloqué mis manos en su cadera para inclinarme y besar su nariz. Ella ubicó sus manos en mis hombros con una sonrisa en sus labios y me empujó un poco para que ambos estuviéramos separados.

  ─Quiero preguntarte algo y si me sigues tocando no tendré el valor de hacerlo.

 ─Me puedes preguntar lo que quieras, nena.

 ─¿Qué es lo que quieres, Eliot? ─preguntó y di un paso atrás como si me hubiera golpeado ya que no me esperaba esa pregunta.

 ─Te quiero a ti ─me encogí de hombros.

 ─Lo sé ─sonrió─. Lo que quiero saber es si quieres estar aquí conmigo.

 ─Alana ─me acerqué a ella para acunar su rostro─, estoy donde quiero estar. No me importa las circunstancias que me llevaron a estar aquí. No quiero estar en otro lugar que no sea junto a ti.

 ─Eliot ─suspiró.

 ─Lo que siento por ti es más grande que nuestra alma compartida o la magia que nos une, tú eres lo que siempre quise cuando veía a mis padres antes de que se divorciaran. Eres la persona que puede hacer que mi corazón lata como loco, pero aun así me sienta en calma. Es muy pronto para decirte que es lo que realmente siento por ti y no quiero asustarte, pero si puedo decirte que estoy donde quiero estar y con la persona que quiero estar ─hice una pausa─. ¿Quieres ser mi novia?

 ─Pensé que ya lo era ─dijo Alana con seriedad.

 ─Entonces olvida mi pregunta ─reí incómodo.

 ─Lo que me has dicho me deja tranquila ─dijo Alana y besó mi mejilla─. Tenía miedo de que solo estuvieras aquí por el alma que compartimos o porque me enamoré mágicamente de ti.




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