Amor Marino

Gastón Vs Shura

Shura y Gastón discutían bastante seguido durante los últimos días que vivieron. El tritón sentía que se estaba enloqueciendo. Necesitaba ver a su humano, abrazarlo y besarlo.

La discordia en esa familia se iba imponiendo, deteriorando así la relación familiar de quienes solían llevarse muy bien.

Gastón no soportaba la sola idea de que su hijo mayor se aleje de ellos, necesitaba hacerle entender, por la fuerza si era necesario, que los humanos eran traidores y en extremo crueles.

Nunca aceptaría ese ridículo amor que su hijo sentía por ese peligroso humano. Una tarde lo sujetó con fuerza de sus brazos y arrojándolo a la arena con violencia, bociferó:

—¡Jamás te permitiré ir por ese humano! ¡Eres nuestro Shura! ¡Nuestro hijo! ¡Perteneces al oceáno y no a la superficie!

—¿Por qué me haces ésto padre? ¡Lo amo! 
— Tú no tienes idea lo que es el amor, permanecerás aquí y no se hable más.
—¡No!

Shura quiso irse pero su padre demostró, una vez más, su descomunal fuerza  para retenerlo a su lado. Lo más lejos posible de la superficie.

— No me contradigas hijo, no lograrás nada. No dejaré que nos abandones.
— Nunca lo haré padre, solo necesito proponerle la posibilidad de pertenecer a nuestro mundo.

— Nunca lo aceptaría, ese chico seguirá siendo un mugroso humano.
—Lo transformaría padre, sería un tritón más...

—¡Ningún mugroso humano podría transformarse completamente en uno de nosotros!

— Mira quien habla — Shura estaba muy dolido — Tú mismo fuiste un humano, así que no hables como si hubiese nacido siendo tritón.

Gastón, en el fondo de su ser lo sabía. Si bien se hubo olvidado de su vida como humano, su memoria emotiva sentía profundo rechazo por esa especie que solo dolor le provocaron.

Sin embargo la forma en que Shura se lo dijo, le dolió en el  alma misma. Miró a su hijo dolido y triste, porque fue evidente que jamás sería aceptado por Shura, ni como padre ni como tritón.

— No sabía que me odiabas tanto Shura, yo creí que....¿sabes qué? Mejor olvídalo. Pero no te permitiré subir a la superficie. Y sí, fuí humano, por eso sé lo que te digo Shura.

Gastón, cabizbajo, se alejó de Shura. Marina abrazó con ternura a su pareja llevándoselo con ella a un sitio privado. No soportaba ver el dolor reflejarse en el rostro de su amado pelirojo.

Shura se sintió desfallecer, sabía que había lastimado a su padre donde más le dolía.

Pero Gastón lo presionó, asfixiandolo al estremo. El tritón se fue para el otro lado, junto a los hipocampos.

Se acurrucó en un sector oculto entre los cabellos de una escultura situada entre la maleza marina.

Allí se sujetó a si mismo rodeandose con sus brazos, llorando amargamente. ¿Por qué era tan duro amar? ¿Por qué le sucedía ésto?

Shura miró hacia arriba anhelando ser libre para ascender y descender cuántas veces quiera.

Además quería tanto a su padre que se odiaba a sí mismo por lastimarlo así.

— Padre ¿por qué me empujaste a dañarte así? No me enorguece haberte lastimado así papá.

El tritón lloraba amargamente, siendo consolado por los hipocampos que se le acercaron con cautela.

Tomás decidió ayudar a su hermano mayor ascendiendo a la superficie lo más ligeramente posible para llevarle un mensaje de Shura a Boris que su hermano se lo mostró en su mente.

Luego de unos minutos pudo emerger. El rubio estaba en la playa con la misma expresión que su hermano Shura tenía. Frunció el ceño.

El jóven tritón se le acercó con cautela para hablarle. Cuando estuvo lo suficientemente cerca lo llamó.

El rubio contempló a la hermosa criatura asombrado, pero en su interior no sucedió nada de nada. Muy diferente a los estragos que Shura provocaba en su persona.

— Eres Boris ¿cierto?
— Si ¿quién eres tú?
— Soy el hermano menor de Shura. Me llamo Tomás.

— Shura ¿dónde está?
— Él te ama más que ayer pero no puede venir por tí.
— ¿Por qué?

— Nuestro padre no se lo permite. Y está dispuesto a alejarlo de tí. Pero Shura no lo permitirá. Así que esperalo y no dejes de amarlo. Él está haciendo lo imposible por volver a tí.

— Gracias Tomás, dile que lo amo con locura.
— Se lo diré. Debo irme
— Adiós
— Adiós

Tomás se sumergió en el mar, regresando a la profundidades oscuras del oceano junto a su familia. Por suerte para el tritón, Gastón no supo nada gracias a que estaba junto a Marina.

Tomás fue donde se encontraba Shura para contarle todo. El tritón respiró aliviado. Luego volvió a quedar solo ya que su hermano regresó junto a Sara, su gemela.

"Tendré que alejarme de mi familia, si mi padre me lo plantea así...maldita sea padre ¿por qué me haces ésto?"




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