Amor Marino

Ven Conmigo

Shura había visto a su amado rubio a lo lejos, cuando pudo emerger a la superficie, y por lo que pudo ver él estaba muy mal.

Lloraba con desesperación, aquello lo alteró tanto al tritón que con la mente en blanco se acercó a ese barco de asesinos.

Las redes lo envolvieron lastimándolo, había caído en la trampa de los humanos, pese a las múltiples advertencias de su padre Gastón.

Ahora estaba encerrado en un horrible lugar, demasiado estrecho para su gusto. Por más que había agua, no entraba el aire por ningún lado.

Mientras era sujetado por esos asesinos miró a su amado con dolor y decepción, porque en verdad se sentía decepcionado de él.

Si todo era una trampa, bien podría haberselo advertido, sin embargo permaneció ahí quieto mirándo cómo era atrapado por esas bestias.

Ahora, estando en esa caja transparente, se sentía el más tonto de todos. Había emfrentado a su padre, lo hubo lastimado emocionalmente hablando ¿y todo por qué? Por un humano que al fin y al cabo acabó siendo un maldito traidor.

Gastón se lo había advertido, le había intentado decir lo crueles que los humanos eran. Pero él solo le respondió con odio y furia.

—Papá....perdóname...por favor...tú...tú tenías razón...papá...

Shura no derramó ninguna lágrima, pero por dentro gritaba pidiéndole perdón a Gastón.

Su desesperación aumentó cuando empezó a sentir que le faltaba el aire. El atardecer nació y el tritón empezó a perder las fuerzas físicas.

Golpeaba las paredes de esa prisión en la que se encontraba como le resultaba posible. Con el correr de los minutos, solo pudo colocar su mano en las paredes y tapas.

Ya no le era posible casi permanecer conciente. Necesitaba aire o moriría, pero él no quería morir aún, menos de esa manera.

— Boris....por favor...ayúdame...me...me estoy muriendo...¡Boris!

El rubio estuvo siendo torturado por su secuestrador en su camarote, pero entrado el atardecer sintió cómo los efectos de la droga iban desapareciendo.

El.pervertido secuestrador, si bien no lo violó, lo manoseó por todas partes besándolo con salvajisma posesividad.

Cuando pudo moverse por sí mismo agarró la botella de cerveza que el borracho de su secuestrador había dejado sobre la mesita de luz, y se la partió en la cabeza desmayándolo al instante.

Apurándose le quitó las llaves, llevandose una de las jeringas con droga dentro, salió del camarote.

Introdujo la droga en una de las botellas de whisky y, tras tirar la jerimga, se la llevó a los demás secuestradores.

Les sirvió a todos un poco, como todos ellos estaban borrachos no se dieron cuenta de nada. Unos momentos después todos ellos se retorcían de dolor mientras caían, momentos luego, al suelo sin vida alguna.

Boris corrió hacia el ataúd transparente, abrió el candado y quitó la tapa. Shura se sujetó de los bordes y se sentó respirando bocanadas de aire, con gran desesperación.

Necesitaba respirar por dios, sentir que volvía a la vida. Boris lo sujetó entre sus brazos sacandolo de ese sitio para llevarlo nuevamente al mar.

—¿Por qué Boris? Me traicionaste mi vida ¿por qué?
— No es cierto mi amor, me tienen secuestrado. Me drogaron y el líder de la banda abusó de mí.

Shura miro a su amado asombrado. Colocó sus manos sobre la dorada cabellera de Boris e indagó en su mente. Así pudo ver y saber cuánto había sufrido su amado.

Cuando llegaron a la borda, el tritón dejó de ber en su mente para centrar su esmeraldina mirada en esos hermosos ojos color del cielo.

—Ven conmigo a las profundidades del océano mi vida ¿quieres?
— Shura ¿podrías ayudarme a escapar? ¿A respirar bajo las aguas?
— Serás uno de nosotros, te transformaré . Ven conmigo.

Shura estaba muy mal, respraba entrecortado. Boris supo que para salvar a su amado y salvarse él mismo debía aceptar su propuesta. Pero su papá quedaría solo. Apretó los labios y dijo:

— Lo haré con la condición de que nos llevemos a mi padre con nosotros.
— Tú mismo podrás transformarlo mi vida.
— En ese caso vamonos mi amor.

Boris saltó al océano con su amado en los.brazos. Una vez en el mar, el tritón fue recuperándose velozmente. Boris se quitó las ropas pero llegó un momento en que sintió a sus pulmones arder.

Shura lo besó en la boca mientras seguían sunergiéndose cada vez más y más. En ese beso fue transformando a su dorado amor en uno de los suyos.

Las ropas de Boris habían quedado lejos de su persona, sus piernas desaparecieron para transofmrarse ahora en coleta de pez cuyas escamas eran doradas brillantes como su cabellera.

Su piel más blanca que la nieve y su mirada mucho más celeste que el cielo.  Un haz de luz dorado lo rodeó.

Boris comenzaba a sentir cómo el rayo nacía en su propio ser. Felíz abrazó a Shura besándolo con intensidad mientras  envolvía con lazos de rayos sus cuerpos. Shura sentía cómo el calor emergía de su propio interior.

— Biemvenido a mi mundo mi vida — dijo Shura tras separarse un poco — Te presento a mi familia — prosiguió sabiendo que ellos estaban allí — Él es Gastón mi padre — el tritón rojo le sonrió — Ella es Marina, mi madre — la sirena rosada sonrió sensualmente — Y ellos son mis hermanos, los gemelos Sara y Tomás.

— Hola — dijeron a coro ambos
— Ya conoces a Tomás ¿cierto?
— Cierto, hola a todos.

— Bienvenido Boris, ahora por fín mi hijo dejará de padecer. — dijo Gastón.
— Antes debo...
— Ir por tu padre, lo sabemos. Todos iremos y tú lo transformarás. — exclamó Gastón.
—Gracias.

— Shura, espero que hayas aprendido la lección hijo — prosiguió serio y molesto Gastón.
— Si padre — respondió dolido Shura — Lo lamento....papá...
— Quedó en el pasado hijo.

Padre e hijo se abrazaron fuertemente. Boris sentía intensos deseos de ir por su padre pero no era el momento. No aún.

— Te ayudaremos a traer a tu padre y a tu hermana — le dijo Marina — Ella aún sigue con tu papá.
— ¿En serio?




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