Boris se adentró a ese sector del océano tan oscuro como sombrío y completamente desconocido para el nuevo tritón quien contemplaba asombrado aquella colosal estructura cuyas formas se asemejaban a los antigüos castillos construídos por los humanos en la superficie.
Una densa y espeluznante niebla oscura lo envolvía al completo, volviendolo más aterrador a los ojos del tritón dorado quien no pudo evitar temblar debido al intenso terror que sentía.
Pero era conciente que todo eso se debía a su imcreible terquedad, ahora Shura corría peligro mortal por culpa suya. Boris estaba dispuesto a salvarlo a como de lugar, cueste lo que le cueste.
Boris buscaba alguna abertura que le de acceso al interior de esa siniestra fortaleza sin ser detectado por esas espeluznantes criaturas, pero hasta el momento no encontraba nada parecido.
La única entrada que en apariencias había era la principal que se encontraba custodiada por más de cinco guardias. Tritones guardianes, Boris podía percibir el increíble poder que cada uno de ellos tenía en su interior. Era conciente que de tener que enfrentarlos le resultaría imposible de vencer.
Cerrando sus manos en forma de puños no se dió por vencido y siguió con la busqueda de alguna entrada trasera, después de todo alguna tenía que haber.
Con desesperación Boris nadó de lado a lado recorriendo todo el exterior de esa oscura fortalezs, cuando empezaba a darse por vencido resignandose a no volver a ver a su amado Shura nunca mas, vió cómo de una de las paredes de esa nefasta prisión se producía una avertura en forma de ventana que conducía al interior del lugar.
Sin perder un solo instante, Boris se introdujo por esa avertura que en cuestión de segundos volvía a cerrarse. Ya había logrado entrar, el primer paso estaba hecho.
Ahora venía el segundo paso. Encontrar a Shura sin que los guardias lo encuentren primeroa él. Respiró profundo y se adentró al corazón de aquella fortaleza.
Boris nadó con sigilo procurando eludir las miradas de los guardias, ocultándose a la vista de los allí presente mientras exploraba todo el lugar aquel.
Así descubrió que se encontraba en el sector donde fabricaban las armas, con el magnifico poder de las criaturas que habían sido capturadas, y que ahora permanecían encerradas dentro de oscuros pilares que funcionaban como prisiones.
Los tritones y sirenas prisioneros estaban sumergidos en un tipo de sueño inducido del cual no les era posible despertar por sí mismos nunca.
Boris fue buscando a su amado entre esos prisioneros, pero para su alivio no estaba entre ellos. Tras respirar profundo y aliviado siguió avanzando sin ser visto por nadie.
Salió del sector de la armería para adentrarse al sitio donde estaban los laboratorios. Allí creaban a esos tritones guardianes que eran más ágiles y hábiles que los tritones reales.
Los tritones y sirenas que se ocupaban de fabricarlos, eran cómplices del líder de los salvajes en su mayoría, ya que había algunos que estaban siendo obligados a cooperar con el enemigo.
Tubos de más de dos metros de altura se unicaban estrategicamente por doquier, en cuyos interiores había tritones en estado de inconciencia. Ahi tampoco estaba Shura, pero hubo un tritón que llamó la atención de Boris.
Era identico a él mismo, solo que parecía ser más chico de edad. Tenía el mismo tamaño que Boris y estaba inconciente.
Se encontraba entuvado y conectado a una de las tantas máquinas acuáticas que se había en ese laboratorio. Boris no pudo evitar acercarsele y contemplarlo más de cerca. Respiraba apenas.
Sus rubios cabellos flotaban a su alrrededor. Boris apoyó su mano derecha sobre el cristal. Fue cuando prisionero abrió los ojos espantando a Boris quien retrocedió alejándose súbitamente del prisionero.
Tenía los mismos ojos celestes que Boris, solo que los del prisionero transmitían intensa desesperación. De pronto su voz resonò en la mente de Boris alta y clara.
Ayúdame por favor...
¿Quién eres tú?
Briam es mi nombre y me están torturando continuamente. Ayúdame.
Pero Boris nada pudo hacer ni decir ya que uno de los tritones del lugar dijo con severidad:
— ¡¿Quién anda ahí?!
Boris volvio a mirar al prisionero quien volvía a caer en aquel sueño inducido, para luego alejarse de ese lugar. No podía permitir ser capturado ya que Shura estaba en peligro grave. Él había ido a salvar a su amado, no a liberar a los demás prisioneros. Pormuy doloroso que sea, era su prioridad.
Al salir de ese laboratorio pudo sentir la presencia de Shura, estaba cerca.
Shura, mi amor. Aquí estoy. Solo resiste un poco más. Pronto volverás a ser libre amado mío.
B-Boris...ten cuidado...por dios...