Boris y Shura se reconciliaron al fin, prometiendose amarse por siempre. Jamás volverían a separarse, habían aprendido la lección y en su reciente aventura encontraron a Alister, así se llamba el otro tritón dorado, que fue incorporado como un miembro más de la familia.
Cuando el padre de Boris volvió junto a su esposa supieron que tenían nuevos hermanitos ya que la sirena plateada había dado a luz a hermosos mellizos. Dos tritoncitos, uno igualito a su papá y el otro idéntico a su mamá. A su vez ambos aceptaron a Alister como un hijo más.
La familia en verdad se había agrandado siemdo muy unidos todos ellos. Alister se sentía muy feliz ya que los oscuros días vividos como prisionero de la fortaleza sombría habían quedado atrás.
Boris y Shura optaron ésta vez alejarse por un tiempo para tener su momento de intimidad, como lo hicieron los otros. Por supuesto que aquel lugar del oceano que llamaban hogar seria siempre el punto de encuentro de todos.
Ambos tritones se despidieron de su familia por tres meses, en los cuales podrían disfrutar de aquel intenso amor que los unió desde el instante en que se vieron. Sentían que tenían que recuperar el tiempo perdido.
Además Boris era uno de los pocos tritones que podía embarazarse y Shura tenía planeado seguir el ejemplo de su suegro y volver con un hijo de ambos. Cuando el tritón dorado supo lo que su amado tenía en mente se sonrojó hasta la raíz de sus cabellos.
Esto enamoraba más a Shura quien no se lejaría de ese hemroso tritón de sus sueños nunca más. Mientras se alejaban abrazados, nadando mar adentro se confesaban su mutuo e indestructible amor una y otra vez.
Seremos felices por siempre Shura. Siempre juntos mi amor.
Y nadie nos separará jamás Boris. Te amo más que nadie en este mundo.
FIN