Comenzamos a hablar todos los días, él no hablaba demasiado en público ya que le daba vergüenza, pero cuando estábamos solos o con pocas personas alrededor lo encontraba la persona más chistosa del mundo, comprensiva, tierna y humilde.
Para nada el chico sarcástico, insensible y solitario, era totalmente diferente.
Ahora me doy cuenta que era algo para que la gente no lo lastimara.
Aunque no lo hacía notar mucho, era de esos chicos misteriosos que te sacaban información sin tu notarlo, te estudiaba de pies a cabeza y se sabía todas mis muecas. Era muy bueno detectando cuando estaba enojada, feliz, avergonzada, etcétera.
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Editado: 01.12.2020