Caminábamos juntos de la mano, sonriendo y con el skate en la mano, andábamos en él y él me enseñaba trucos. Me caí unas cuantas veces pero lo pasamos súper bien.
Él reía como cuando recién nos hicimos amigos, y yo trataba de hacerlo pasar un buen rato y olvidar los hematomas.
Aunque obviamente iba a descubrir quien le hacía eso aunque me costara hasta el alma.
De repente, tomo mi cara entre sus manos y me dio un casto beso en los labios antes de decirme:
—Te amo, nunca lo olvides y nunca lo dudes, sin importar donde este siempre recuerda que te amo.
Sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas. Ninguno de los dos tenia a alguien más, pero si nos teníamos a nosotros mismos.
—Te amo con mi vida, tampoco lo olvides. —le susurre antes de abrazarlo.
Él era la única cosa que me mantenía viva.
Ambos éramos dependientes unos al otro.
Otro error más.
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Editado: 01.12.2020