Amor Muerto.

18.

Le rogué, le suplique, le di opciones para que pudiéramos seguir y yo ayudarlo.

Pero nada funciono.

Él me dijo que era lo mejor para mi sino me iban a llegar demasiada mierda por su culpa.

Llore.

Él me dio un casto beso y se fue.

Caí de rodillas en mi alfombra, llorando, doliéndome el pecho de tantas cosas, tomándome la cara entre mis manos.

Con el corazón roto y el alma muerta.

El hoyo en mi pecho creció, el mar se hizo más profundo y las rocas que llevaba parecía que pesaban mucho más que antes.

Sentí como mi alma otra vez se fue y volvió de golpe.

Desde ese día me sentí demasiado vacía, aun así no me rendí, tenía que ayudarlo, lo iba a ayudar.

Así que fui a su casa un día, no me abrió.

Intente demasiadas veces.

No paso nada.

Decidí pasar por una ventana que estaba entre abierta.

Y lo encontré ahí: Inspirando un polvo blanco que estaba en la mesita.

Me quede helada sin saber que hacer o decir.

Él después de eso se tiro hacia atrás y cerró los ojos.

Me acerque lentamente y él de repente dijo: Se que estas ahí, por favor no insistas, no debes estar conmigo.

Le conteste: Perdón, tengo demasiado miedo, no quiero vivir sola nunca más.

Sé que sonó atrevido, pero era parte de mi plan para poder cuidarlo.

Él me invito a sentar, hablamos un buen rato pero él no me miro y llegamos a un acuerdo.

Yo iba a vivir con él.

Y puede que la haya embarrado más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.