Se había quedado dormida, no mucho , pero si unos quince minutos, cuando abrió los ojos, Finn estaba acuclillado a su lado, llamándola.
-¿Qué? – preguntó desconcertada.
-Te dormiste, por lo visto estabas muy cansada.- dijo él y ella evitó comentar que en realidad estaba agobiada y dormirse había sido una forma de escapar de sus preocupaciones.
-¿Y Sean?
-Fue a dar una vuelta.
-Oh, será mejor que nos vayamos, como dices parece que estoy más cansada de lo que creía...
-¿Puedes conducir?
-Claro que sí, estoy bien, sólo que no he dormido lo suficiente estos días- comentó ella delatándose.
-¿No has dormido bien? ¿Qué te tiene tan preocupada?
"Tú" pensó pero no podía decirlo. No podía explicarle que él era quien le quitaba el sueño , porque decirle eso implicaba explicarle que era lo que la inquietaba tanto de él y ni siquiera lo tenía en claro. Era el padre de Sean y eso la aterraba, pero también era Finn, el hombre que había significado tanto como para amarlo sin apenas conocerlo, el hombre que volvía a conmoverla y ejercer su atracción sobre ella. Y eso lo hacía más peligroso, aun vez había soñado con él y ese sueño la había llevado a enfrentar una realidad para la que no estaba preparada, y a pesar de los años, tampoco ahora estaba lista para afrontar lo que Finn O'Connell podía hacer con ella.
-Ana...- la llamó él porque se había quedado sumida en sus pensamientos.
-Trabajo, he estado muy preocupada con el trabajo...-contestó evasivamente. Él la miró fijo pero no sabía que decir, aquella mujer no confiaba en él y eso lo desilusionaba.
-Vamos a buscar a Sean, ¿te parece? – ofreció sabiendo que ya no podía retenerla más.
-Sí, me parece bien. Quiero regresar a casa.- insistió una vez más y él asintió.
Caminaron juntos un trecho por la playa, hasta que vieron al adolescente que los saludó agitando la mano. Cuando se acercó hizo una mueca de desilusión, también él había esperado que su madre y Finn tuvieran algún acercamiento, pero Ana incluso estaba parada a varios pasos del hombre marcando la distancia.
-¿Ya nos vamos? – preguntó el chico y su madre asintió.
-Los acompaño hasta el auto – se ofreció Finn.
-Gracias – dijo Ana porque no quería ser grosera ni pelear. No quería hacer nada que lo hiciera sospechar, por suerte ella era lo bastante diferente a la adolescente que él había conocido, incluso tenía otro nombre así que Finn no había podido reconocerla peor no deseaba tentar a la suerte.
Madre e hijo se marcharon y Finn regresó al Resort donde había dejado su propio auto.
Dos tardes después Sean pasó a visitar a Finn por la construcción del resort. El hombre se tomó un descanso en el trabajo.
-Soy pésimo como celestina.-comentó Sean y el otro rió.
-Bueno, no salió muy bien. Tendremos que idear otro plan, Sean, ¿puedo preguntarte algo?
-Claro...
-¿Qué sabes de tu padre?
-No mucho. No hablamos de ello con mi madre, ¿por?
-Bueno, no sé , tal vez su falta de interés en una relación amorosa tenga algo que ver con eso, quiero decir, ella era muy joven...pensé que tal vez si sabía más podría encontrar una manera de acercarme a ella.
-Mmmm, supongo que sí fue difícil para ella, pero no creo que haya ninguna historia trágica ni nada de eso. Sólo una adolescente que terminó siendo madre soltera y un padre que ni siquiera sabe que existo.
-¿Tu padre no sabe de ti?
-No, no sabe, creo que no hubo ocasión de que se enterara, no se quedó el tiempo suficiente. Pero te dije que no sé mucho , ni siquiera pregunté su nombre , intenté hablarlo con ella cuando chico pero no fueron buenas experiencias, así que simplemente lo dejé estar, sólo una vez pregunté...
-¿Qué?
-Si él había sido un mal hombre. Sabes los chicos pueden ser terribles, y en la escuela siempre había distintas versiones sobre mi origen, no todas muy agradables, así que me preocupaba que algo fuera cierto, y tenía miedo que si mi madre odiaba a mi padre, algún día me odiaría a mí, así que pregunté.
-¿Y?
-Dijo que él no era un mal hombre y que ella lo había querido. Sólo eso – no fue tanto lo que dijo sino como lo dijo lo que me tranquilizó. Eso me bastó, pensé que no era correcto preguntar más, además ella ha sido la mejor madre, no quiero hacerla sentir mal como si me faltara algo ni nada de eso.
-Entiendo - dijo Finn y el chico suspiró- ¿Pero si te falta, verdad?
-No hubiera estado mal tener a un padre, no sólo por mí, también por ella. Aunque lo que dices, no creo que ése sea el problema, quiero decir no tiene que ver tanto con ni padre sino más bien con que debió hacerse fuerte. Primero cuando sus padres la echaron, y luego para enfrentar los rumores, las miradas, además tuvo que convertirse en un escudo para protegerme a mí y creo que ella no sabe como bajar esas defensas – explicó Sean como si lo estuviera analizando a medida que lo decía.
-¡Vaya! Eres muy perceptivo y muy inteligente para tu edad – lo elogió Finn sinceramente.
-Gracias...-dijo el chico avergonzado.
-Supongo que también tú tuviste que hacerte fuerte y maduro por la fuerza .
-No fue tan malo como sonó, siempre hemos sido felices- aclaró preocupado porque se malentendieran sus palabras.
-Sí- afirmó Finn aunque pensó que también madre e hijo habían estado muy solitarios. Sin embargo lo habían hecho bien. Ahora tenía que averiguar cómo hacer que Ana bajara sus defensas.
Sean estaba demorando demasiado así que Ana golpeó la puerta del baño.
-¡Sean llegarás tarde!
-Ya voy, ya voy. -dijo saliendo y la mujer notó que el chico se había esmerado mucho en peinarse, así como también estaba mucho mejor vestido que de costumbre.
-¿Sucede algo hoy?
-No, nada especial. ¿Me veo bien?- preguntó él con un deje de inseguridad