Amor Oculto

Capítulo 11

Sean había aprovechado la tarde para ir a visitar a Finn, habían llegado las cosas que tenía en su otra casa así que necesitaba ayuda para terminar de acomodarse y ordenar. El chico tenía la tarde libre y además necesitaba hablar con un hombre.

Los dos se sentaron un rato para descansar , llevaban un buen rato moviendo cajas y muebles.

-¿Y dónde la conociste? – preguntó Finn cuando Le comentó que había una chica que le gustaba.

-En el autobús, ya sabes los días que mamá tuvo el auto roto.

-¿Y es linda?

-Sí , pero no es sólo eso, me gusta ella, como se mueve, como habla, las cosas que dice, además tenemos muchas cosas en común.

-¿Y tú le gustas a ella?

-Bueno, ésa es la parte complicada, creo que sí, pero no sé cómo seguir. No quiero ser sólo su amigo, pero tampoco quiero meter la pata .

-Entiendo, esa es la parte difícil. Y de la forma en que me van las cosas últimamente, me temo que no soy buen consejero .

-¿Mi madre sigue ignorándote? – preguntó Sean.

-Algo así...-respondió, no creía conveniente contarle lo del beso.

-¿ Y tu primer amor? ¿Cómo fue?

-Vaya , esa es una historia larga.

-¿Qué pasó?

-No creo que te sirva de ejemplo, la verdad es que fui un idiota. Era un poco mayor que tú, también estaba en secundaria, había salido con varias chicas, pero en realidad no estaba enamorado de ellas.Y cuando me enamoré , hice todo mal.

-¿Por qué?

-Ya te dije, no era tan maduro como tú, era bastante idiota en esa época y además tenía problemas familiares. Vivía molestando a la chica que me gustaba porque no sabía otra manera de llamar su atención.

-¿En serio? Eso fue estúpido, ¿no te odiaba? – preguntó Sean.

-Creo que no, porque era la chica más dulce del mundo, y eso me atraía de ella. Supongo que las burlas de mi grupo la herían pero jamás se enojó ni hizo nada.

-¿Era bonita?

-Probablemente no para los demás, no era una chica popular, su aspecto físico se alejaba del modelo típico, pero para mí era hermosa, tenía unos ojos extraordinarios, piel suave, bueno, pero lo que más me gustaba era como me hacía sentir, yo era alocado y ella calmada, era tímida e inteligente. Calculo que ella era todo lo que yo no y eso hacía que me atrajera aún más.

-¿Alguna vez le dijiste que la querías? – preguntó interesado en la historia.

-No, nunca...- respondió Finn con una sonrisa triste, los recuerdos volvían a él con intensidad. Aquello era una de las cosas que más lamentaba de su juventud.

-Entonces simplemente fue un amor no correspondido, ¿nunca pasó nada?

-No dije eso, Sean. Sí pasó, y justamente uno de mis errores fue no decirle que la quería, fui muy desconsiderado, ella merecía más, pero yo en ese entonces tenía una vida complicada. Sólo sabía que la necesitaba, pero no sabía cómo decírselo, así que me alejé.

-Oh, ya veo...

-Por eso te digo que no soy el más adecuado para darte consejos, sólo puedo decirte que no apures las cosas, que vayas despacio y que seas tú mismo. SI eres tú , estoy seguro que todo estará bien, la chica tendrá suerte – le dijo y le dio un golpecito en el hombro.

-Tienes razón, no has sido de mucha ayuda.-comentó el adolescente suspirando y el hombre rió.

-Pero te escuché y puedo hacerlo siempre, ya sabes cuándo necesites hablar con alguien y no te sientas cómodo hablándolo con tu madre puedes venir a verme.

-De acuerdo.

-Bien, creí que ibas a ayudarme pero sigues ahí sentado – dijo Finn sonriendo y Sean se levantó

-Ya sabía yo que no podía ser tan bueno, ¿qué hago ahora?

-Aquellas cajas que están junto a la ventana, tráelas para acá. Yo llevo estas otras – dijo levantando un par de cajas que había a su lado.

Y el chico fue hacia donde le indicaba, al levantarlas una caja se desfondó y cayeron las cosas que contenía, Sean se puso a ordenarlas y encontró algo que le interesó.

-Oye Finn, ¿este es tu anuario de secundaria? – preguntó.

-Sí.

-¿Puedo echarle un vistazo?, me gustaría ver cómo te veías a mi edad.

-Sí, claro .- dijo y el chico lo abrió, en ese momento Finn recordó algo.

-Espera.-dijo pero Sean ya tenía la foto en la mano.

-¿Quién es? ¿La chica que querías?- preguntó y entonces miró la foto. Estaba tomada a distancia, era una chica gordita, con gafas, pelo rizado; y él la conocía.

-Sí, es ella- murmuró Finn avergonzado, había conseguido aquella foto de un amigo que trabajaba como fotógrafo para el periódico escolar y la había conservado durante muchos años como un tesoro.

-Es mi madre – dijo Sean serio y mirándolo. Finn rió.

-Claro que no, es Alana Byrnes.

-Ése es el nombre de mi mamá.

-Tu madre es Ana Hunt...

-No, se llama Alana, le quedó Ana porque de niño yo le acortaba el nombre, y se cambió el Byrnes cuando mis abuelos la echaron, se puso el apellido de mis tíos que se hicieron cargo de ella. Esta es mi madre – insistió agitando la foto.

-No es posible.-susurró Finn pero de golpe todas las piezas encajaron y las imágenes de la adolescente y la mujer se superpusieron en su mente, los mismos ojos, las mismas facciones.Ana era Alana.

-¡¿Finn?! – lo llamó Sean asustado, seguía sosteniendo la foto y también él estaba atando cabos.

-Sean,si tu madre es Alana Byrnes, entonces yo soy...tu padre – le dijo Finn y ambos se miraron fijamente

 

 

Continuaron mirándose unos instantes como si estuvieran armando un rompecabezas, ambos pensaban en las actitudes de Alana, ambos empezaban a encontrar el sentido de todo.

De pronto, sin decir nada, Sean se paró y se fue hacia la puerta decidido. Todo su cuerpo estaba tenso, como si estuviera a punto de estallar.

-¡¡Sean!! – lo llamó Finn siguiéndolo, el chico lo ignoró y salió a la calle. Finn fue detrás de él y lo tomó del brazo obligándolo a mirarlo. Sus ojos estaban cargados de lágrimas.




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