- Luna ¿te encuentras bien? –aparecen por fin.
- ESA COSA ME QUIZO ARRANCAR LA CARA.
- Te dije que hacían eso.
- PENSÉ QUE ESTABAS JUGANDO.
Lo amarramos antes de que despierte y nos dirigimos a la comisaría para reclamar la recompensa.
- Bueno, capturarlo es algo fácil y no tardaron mucho en hacerlo, supongo que les daré la mitad.
- ¿Por qué?
- De todos modos, se escapará otra vez en cuanto despierte.
Molesta le doy una bofetada el duende para que despierte y me lo llevo a un rincón algo alejado de ellos, al poco tiempo vuelvo con el duende y lo lanzo contra en piso.
- Diles.
- C-claro, si l-le d-an t-t…
- Sin tartamudear.
- Si le dan todo el dinero a ella les prometo no volver a escaparme.
- ¿Por qué se orinó?
- SÓLO DELE EL MALDITO DINERO.
Concluida nuestra pequeña aventura comenzamos a buscar a Finn, el cual encontramos sentado en un parque comiendo una manzana.
- ¿Dónde rayos estaban?
- Capturé a un duende.
- . . .
- Fue increíble, hubieras visto cómo se agarraron a golpes.
- ¿Y por qué no hicieron nada?, miren cómo quedó, ven Luna, voy a curar tus heridas.
- Conseguimos un poco de dinero con la captura del duende, podremos conseguirle una tienda y un saco de dormir.
Suspira resignado- muy bien, vamos.
- Oigan, chicos, ¿si estaban ahí por qué no me ayudaron?
- No siempre podremos ayudarte y si se ponía feo si te íbamos a ayudar.
En la noche logramos encontrar una posada y pedimos 2 habitaciones, nos dividimos en Finn con Brock y Ámbar conmigo, ella me explica que todas las cosas las carga Finn en su bolso mágico de elfo.
- ¿Por qué eres tan fuerte?
- Es porque no siempre me podré valer de la magia, si los hechizos no funcionas siempre puedo optar por pelear a puño limpio.
- Creí que usabas flechas, cuando los vi por primera vez tú las llevabas.
- Las flechas son de Finn, las llevaba yo porque él le quería disparar a Brock ya que antes de fingir su captura, él le había robado las últimas frutas y se las dio a un animal que se encontró en el camino.
- ¿Se llevan tan mal?
- No, se quieren, a su manera.
- ¿Cuántos años tienen?
- Finn tiene 20, Brock 18 y yo no te voy a decir, de hecho, ninguno sabe mi edad, me gustaría que se quedara en secreto. Cuéntame ¿qué fue lo que le dijiste al duende?
- Nada en especial, sólo cosas que me decían cuando me encontraban robando comida.
FLASBACK
- Maldito duende de mierda, si escapas de este lugar te juro que vendré por ti y te daré una paliza tan grande que apareceré en tus pesadillas, te aré sufrir de muchas maneras estúpida sanguijuela. También les dirás que me den toda la recompensa o te arrancaré las entrañas por la boca y se las daré de comer a un lobo.
El duende se orina y asiente con la cabeza mientras es fulminado con la mirada.
FIN DEL FLASHBACK
- No importa lo que digas, sino cómo lo digas.
- Muy bien, tomaré tu consejo, ¿no crees que Finn es lindo?
- Amm, creo que es muy hermoso para ser hombre.
Ámbar duerme plácidamente, pero ahora que no puedo distraerme con cualquier cosa mi mente vuelve a los recuerdos de mi madre y comienzo a llorar, de verdad la extraño mucho, salgo de la habitación para tomar un poco de aire y ahí está Finn, tocando su flauta, misma dulce y linda melodía que me relaja.
Vuelvo a despertar sin idea de lo que pasó, como si de un parpadeo mi sueño y cansancio se fueran junto con la noche.
- ¿Dormiste bien?, después de almorzar aquí nos iremos, este lugar es pequeño y casi no pasan muchas cosas, nos irá mejor en otra aldea.
Me levanto, baño y almuerzo, partimos de inmediato, miro a Finn desconcertada, pero decido no hacer le caso a mis pensamientos.
- Oigan, aún me queda un poco de dinero, ¿podría ir a una tienda a comprarme algo?
- Por supuesto, ¿quieres que te acompañemos?
Asiento con la cabeza y vamos a comprarme una libreta y unos bolígrafos, durante cada descanso y parada para comer estoy dispuesta a escribir sobre cada cosa y criatura que encuentre, estoy muy emocionada.
En la libreta empiezo apuntando a las primeras criaturas que vi, el hada, el duende, el centauro y el hongo gigante, trato de dibujarlos, pero no soy tan buena en eso, al menos se entienden, o yo los entiendo.
- Perdón si te hacemos caminar mucho, mira el lado positivo, tendrás buena condición física.