Capítulo [2] – Una Vida Juntos, Y Una Vida Oculta

La discusión con su madre había sido devastadora. Javier la amaba, pero no podía soportar la idea de alejarse de Isac. Sentía que nadie lo entendía como él, que en sus silencios encontraba un refugio, aunque a veces doliera.

Y entonces Isac le hizo la propuesta.

—Vámonos a vivir juntos —dijo una noche, con los ojos brillando bajo las luces tenues del parque.

— ¿Estás hablando en serio?

—Nunca he hablado más en serio en mi vida.

Isac sabía que no podía llevar a la mansión. No aún. Sabía que si Javier se enteraba de lo que su familia era en realidad… lo perdería. Y perderlo no era una opción.

Lo habló con Alan al día siguiente.

—Quiero vivir con él. En un departamento. Solo nosotros dos.

Su padre lo observará por un largo minuto antes de encender su puro.

—Y cómo planeas ocultarle ¿quién eres?

—Déjame manejarlo. No sabré nada.

Alan exhaló el humo, con una sonrisa torcida.

—Bien. Pero si vas a vivir con él, no será gratis. A partir de ahora, trabajarás directamente para mí. Entrarás al negocio. Serás vigilado… y observado. Javier seguirá siendo tu responsabilidad. Pero si se mete en lo nuestro, lo sacaré del mapa. ¿Está claro?

Isaac tragó saliva.

-Si.

—Bien. Tu entrenamiento empieza mañana.

[Un mes después – Departamento nuevo]

El lugar era pequeño, pero acogedor. Una sala iluminada por ventanas, una cocina improvisada donde Javier intentaba (sin mucho éxito) aprender a cocinar, y una habitación compartida donde las risas, las caricias y las peleas se mezclaban con la intensidad de su amor joven.

—¿No te molesta que tu familia no esté de acuerdo? —le preguntó Javier una noche, acostado sobre el pecho de Isac.

—Mi familia nunca estuvo realmente “de acuerdo” con nada —respondió él, acariciando su cabello—. Tú eres el único que me importa ahora.

Javier irritante, aunque algo dentro de él todavía le susurraba que no todo era tan perfecto.

Mientras tanto, cuando Javier se iba a clases o salía con Keiko, Isac comenzaba su otra vida. Reuniones en lugares oscuros, entrenamientos físicos y estratégicos, control de territorios, dinero sucio, ya veces… cosas peores.

Tenía que mantener todo bajo control. Tenía que proteger a Javier del mundo real… incluso si eso significaba mancharse cada día más.

Su mirada se estaba aguantando. Sus manos también. Pero su corazón seguía latiendo por él.

[Una noche]

Mientras Javier dormía, Isac se quedó observándolo. En la penumbra del cuarto, pensó en todo lo que había hecho hasta ahora. Lo que estaba sacrificando.

Y lo que aún faltaba por venir.

Porque el precio por amar a Javier… apenas estaba comenzando a subir.