Odio toda clase de comienzo, la razón es sencilla, un comienzo es indicio de cambios, de cosas nuevas, y todo eso me aterra.
Ahora estoy consciente de que no es nada optimista de mi parte empezar mi nuevo año escolar con este tipo de pensamientos. Ya soy una chica de 15 años y pronto cumpliré los 16, mamá dice que debo empezar a cambiar mi forma de vestir y de ver las cosas, que debo salir más y conocer más personas, pero seamos sinceros si empezará a hacer todas esas cosas dejaría de ser yo misma, y no quiero eso.
Al final los comienzos no tienen escapatoria, así que ni modo, debo pasar por este trago amargo otra vez. Aunque este año será peor, estoy empezando la preparatoria y eso significa que ya no veré a algunos de mis viejos compañeros porque se cambiaron de colegio y también significa que abra muchas personas nuevas, espero sobre todas las cosas quedar con Ariel, Bety y Natalia. Ellos son mis mejores amigos, no podría sobrevivir si ellos no están conmigo.
Bety y Natalia aparecen justo a tiempo, para cambiar nuestro tema de conversación. A decir verdad somos un grupo extraño de amigos, bueno mi círculo de amigos es un poco extraño, pero todo es culpa de Ariel, él no encaja mucho con nosotras. Es más del tipo popular y nosotras por nuestro lado no sobresalimos mucho. Es por eso que Ariel puede llevarse con mis amigas y yo solo puedo saludar a sus amigos, la gente popular me aterra la verdad.
Al comprobar el tablón de anuncios revisamos nuestros nombres y gracias a Dios, estamos todos en el mismo salón. Estudiaremos ciencias y solo hay dos salones de ciencias, así que es poco probable que nos separen en estos últimos tres años que nos quedan en este colegio. Pero no me preocuparè por eso ahora. Disfrutaré del momento y de mis amigos mientras pueda.