HOLA QUERIDAS LECTORAS, ESPERO LES ESTE GUSTANDO LOS PRIMEROS CAPITULOS DE MI NOVELA, AUN NO TENGO REDES SOCIALES DONDE PUEDAN SEGUIRME PERO PUEDEN DEJARME SUS COMENTARIOS, ME GUSTARIA SABER QUE OPINAN YA QUE ES MUY IMPORTANTE PARA MI, TOMEN EN CUENTA QUE ES LA PRIMERA VEZ QUE ESCRIBO Y BUENO, ESPERO CONTINUEN LEYENDO MI NOVELA.
Anne estaba furiosa por la humillación que recibía al ser tratada como una simple limpia pisos y cocinera, obligada a servir a los piratas, lo que más le enfurecía era ver la expresión del capitán Juan Salinas, quien siempre la miraba con una sonrisita irónica que ponía a Anne a rabiar y eso a él le encantaba
-Tu comida no es muy buena pero a morirnos de hambre, es algo- dijo Juan colocándose detrás de Anne con su rostro a punto de rozar el de ella.
-¡Lo siento capitán, hago lo que puedo!- dijo alejándose de él
-Siendo mujer deberías saber cocinar-
-¡Nunca aprendí, en vez de eso mi madre me enseño a manejar las armas y a dar buenos puñetazos y patadas a quien se lo mereciera!- dijo Anne arqueando una ceja
- Hum, pues debió enseñarte mejor a cocinar, limpiar, atender a tu marido y criar hijos- bufo Juan
-¿Usted cree que las mujeres solo servimos para eso?- eufórica pregunto Anne
Golpeo la mesa con el cucharon en actitud desafiante mientras el capitán la observaba pacíficamente, luego se acercó a ella lentamente.
-¡No, no creo que solo sirvan para eso, no puedo negar que también son buenas en la cama!-
-¡Eres un cretino!-
Juan arqueo una ceja sonriendo coquetamente, le divertía poner de malas a Anne
-¿Insultando a tu capitán?, puedo castigarte por esto-
-¿Así y cual será mi castigo, destierro, la plancha o?- pregunto sarcásticamente Anne
-¡Esto!- dijo el capitán mientras tomaba a Anne entre sus brazos en un movimiento rápido los labios del capitán estaban encima de los de Anne besándola apasionadamente.
Anne trataba de empujarlo pero la tenía completamente atrapada, ella estaba con su espalda contra la pared de aquella cocina en la parte baja del barco, el capitán la tenía entre sus brazos agarrándola fuertemente y ella con sus brazos doblados,sus manos trataban de empujar el pecho de Juan pero le era inútil, cuando este separo sus labios y su cuerpo de los de Anne ella le pego una fuerte cachetada.
-¡Así me gustan las mujeres, unas fieras!- dijo Juan guiñándole un ojo y sonriendo
- ¡Pues a mí no me gustan los salvajes, petulantes y engreídos como tú!-
- ha ha ha, bueno cariño, sé que en cualquier momento caerás rendida a mis pies, todas lo hacen-
-¡No me compares con las mujerzuelas que tienes en cada puerto!-
-¡Jamás te compararía con ellas! - sonrió- ¡Ellas besan mejor!-
-Eres un…-
-Capitán, ya escondimos su oro como nos encargó, tenemos todo listo para abandonar la isla- interrumpió el contramaestre
-Alisten todo, zarpamos a Vera Cruz, México- ordeno el capitán
-¡México!- dijo Anne con estupor
-Bueno preciosa, dejaremos esto para otro día, deja la cocina bien limpia- señalo con un dedo los platos sucios que tenía acumulados en una mesa.
Anne volcó los ojos mientras observaba a Juan salir de la cocina riendo, cuando se quedó completamente sola en aquella oscura cocina del barco, varios pensamientos inundaron la mente de Anne, por un lado no podía sacarse aquella imagen de ella en los brazos del capitán, aquel cálido y apasionado beso, el rostro de Juan, esos ojos azules como el mar, su sonrisa blanca, coqueta que le hacía sentir tantas cosas pero también pensaba en algo más, algo que la perturbaba.
-Cocinero, nos llama el capitán- una voz la devolvió a la realidad
-¡Apura!- dijo un pirata haciendo señales con su mano, Anne asintió e inmediatamente subió a cubierta
-¡Hombres, nos dirigimos a México, tengo informes de que una flota de indias partirá a España!-
-¡Sí!-gritaron al unísono los piratas
-¡Tengan las armas bien limpias!-
-¡Si, capitán!- gritaron todos en una voz
Anne miraba a todos a su alrededor su cara era seria, preocupada, Juan se extrañó al ver su expresión
-¿Qué pasa pirata?- pregunto seriamente
-¡Nada, solo tengo curiosidad!, ¿Podre pelear ese día, o debo quedarme en la cocina?-
-¡Ya sabe las reglas pirata, en batalla todos deben salir a pelear, el que no lo haga será abandonado en una isla desierta!-
-¡Las reglas también dicen que no se permiten mujeres a bordo, si los demás se enteran, podría haber un motín!- amenazo Anne
-Ambos sabemos que la que tiene más que perder aquí eres tú- susurro Juan en el oído de Anne
Ella lo miro de reojo, tensa, trago saliva, sabía que él tenía razón, debía ganarse el respeto de aquellos hombres primero.
-Prepárate, pelearas igual que todos, quiero ver las habilidades que dices tener- bufo
- Si mi capitán- dijo Anne en tono de burla
Pasadas varias semanas navegando los piratas ya se encontraban cerca de Veracruz, puerto que anteriormente había sido invadido por piratas, lo que hacía que la marina reforzara su seguridad al transportar la flota de indias, forzosamente tenían que partir por vera cruz para dirigirse a España a merced de los piratas
-Llegamos capitán- grito el oficial
-¡México!- exhalo con angustia Anne observando hacia el puerto de vera cruz, con un rifle en mano.