Amor pirata

Capítulo 17 Es...es nuestra hija

Joaquín estaba emocionado al oír la noticia del doctor, corrió hacia Ana quien se encontraba en cama, la abrazo fuertemente y la beso en la frente, en sus mejillas y en sus labios, ella no reaccionaba, parecía una estatua.

-¡Pero que maravillosa noticia, mi amor!- dijo Joaquín alegremente mientras besaba la mano de Ana.

-¡Soy el hombre más feliz del mundo, te amo!- continuo él llenando de besos a su esposa, y ella no reaccionaba, ni una palabra, ni un gesto.

Joaquín la miro esperanzado, esperaba algún gesto de felicidad de parte de Ana, se sorprendió al verla inerte, como una muñeca de porcelana, sus ojos no expresaban ningún sentimiento, no había en ellos ese brillo que toda madre tiene.

-¡Seguro sigue sin poder creer la noticia, señor, no se preocupe, no es nada!- dijo la nana disculpando a Ana

-¡Jamás había visto a alguna mujer reaccionar así, mejor dicho no reaccionar para nada!- dijo Joaquín desilusionado mientras salía de la habitación.

-¡Niña, mira lo que has hecho, finge al menos!- reprocho la mujer

-¿Qué finja, que?, ¿Qué estoy feliz por este hijo que no deseo, cuyo padre no amo?, ¿Qué finja que olvide a Juan?- rompió en llanto

-¡Niña!-

-¡No, no me digas lo mismo de siempre, lo siento nana pero no puedo, intento hacerlo pero no amo a Joaquín!, no me gustan sus besos, no me gusta que me toque, no me gusta que sea tan bueno porque me siento muy mal de engañarlo con el recuerdo  de Juan, estoy sufriendo ¿no lo ves?- reprocho Ana entre lagrimas

-Ana… ¡Mi niña, debes olvidar a ese hombre o solo conseguirás ser infeliz toda tu vida!- aconsejó la nana

-¡Ya soy infeliz! Y todo gracias a mi progenitor, él arruino mi vida, mato al hombre que amaba solo él es el culpable-

-¡Te equivocas niña, tu padre solo ve lo mejor para ti!-

-¡Mírame nana!- grito - ¿Acaso esto es lo mejor?, ¿Estoy sufriendo, muerta en vida, esto es mejor que estar con el hombre que amo  ser feliz?- exclamo

-¡Ese hombre era un delincuente, tu padre te salvo de él!-

-¿Salvarme?, nana yo era igual, una capitana pirata y nos íbamos a retirar, si él no le ponía precio a nuestras cabezas íbamos a pedir el perdón real, retirarnos a una isla y vivir tranquilamente- lloro

-Mi niña, lo siento pero ahora ese hombre está muerto, olvídalo y has tu vida con tu marido-

-Sí, sé qué debo hacerlo, pero olvidar al amor de tu vida en unos meses es imposible, pensé que podría cuando hice el amor con Joaquín y solo logre sentirme peor, ahora tendré un hijo, un lazo que me une a él para siempre- sollozo

-Un hijo es una bendición- reprocho la nana

-Del hombre que se ama- contesto Ana

-¡Niña, también es tu hijo o hija, cambia tu actitud, no le harás bien al bebe!-  termino de decir la nana mientras se dirigía a la puerta y abandonaba la habitación.

Reflexionando en aquello ultimo Ana toco su barriga aun plana y suspiro…

>> Ojala fueras hijo de Juan<<

Nueve meses transcurrieron sin ningún cambio en su actitud por parte de Ana, no le ponía el menor interés a nada que tenga que ver con su bebé.

-Ahhhhh- grito con dolor Ana

-¿Qué paso mi niña?- corría la nana a su encuentro

-¡Un dolor!, ¿Qué es eso?- exclamo

-¡Rompiste tu fuente, el bebé ya va a nacer!- grito la nana

-¡Que!- grito Ana- ¡Llama a la partera, ayyyy que dolor!- chillo

-¡Ayuda, llamen a la partera y al señor, su hijo va nacer!, ¡Pongan a hervir agua, pronto!- grito la nana a los sirvientes quienes corrían a cumplir sus órdenes.

-¡Diosss que horror, que dolor, no aguanto!- chillo con dolor y molestia  Ana recostada en su cama sosteniendo su enorme vientre.

-¡Calma niña, respira!- dijo calmada la nana

-¡Ahhhh nooo, no aguanto!- grito

-¿Qué pasa?- dijo Joaquín alterado entrando a la habitación

-¡Ya va a nacer su bebé!- respondió la nana emocionada

-¿Cómo y ya llamaron a la partera?- pregunto preocupado

-Sí, patrón no se preocupe- respondió la nana mientras tomaba a Ana de una mano

-Ayyyy- chillo Ana con dolor

-¿Cómo puedo ayudar?- pregunto Joaquín asustado por los gritos de Ana

-¡Espere afuera señor, esto es cosa de mujeres!-

Después de varios gritos de dolor al fin Joaquín sentado en un sillón de la sala escucho desde el segundo piso el agudo llanto de su bebé, su corazón se llenó de profundo amor, emocionado subió las gradas de dos en dos para llegar hasta el cuarto.

-¿Puedo entrar?- pregunto entusiasmado Joaquín

-¡Aun no señor, estamos limpiando!- respondió una sirvienta que salía de la habitación con varias toallas ensangrentadas en sus manos

¡Mi niña, mira, es tu bebé!- dijo entusiasmada la nana sosteniendo una pequeña criatura recién nacida en sus manos, envuelta en mantas

Ana con lágrimas en los ojos volcó su rostro sin ver a su bebé, la nana se acercó a ella con la criatura a quien acomodo en la cama a lado de Ana, la mujer y la partera salieron de la habitación dejando sola a la madre y a la criatura.

Unos sonidos suaves y tiernos llamaron su atención, Ana algo renuente decidió voltear, su expresión de molestia fue cambiando poco a poco mientras observaba la pequeña nariz , los ojitos aun cerrados, sus manitas diminutas de aquel ser que acababa de salir de ella, Ana no pudo evitar enternecerse por aquel pequeño ser humano que era mitad suya, acaricio su pequeño rostro, su cabecita apenas tenía unos pocos cabellos rubios, tomo una de sus pequeñas manitos rosadas, estas sujetaron su dedo, Ana sintió algo en su corazón, algo que le hacía desear jamás separarse de esa criaturita.

-¿Puedo entrar?- pregunto Joaquín con la cabeza asomada en la puerta.

-¡Ven!- dijo Ana cariñosamente

- ¿Es?- pregunto Joaquín ansioso

-Una niña, como tanto querías, es… es nuestra hija- contesto gozosa

-¡Es hermosa como tú!-  dijo encantado mientras cargaba a la bebé.




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