Amor pirata

Capítulo 23 ¡Siempre la misma cantaleta Ana, ya estoy harto, si me amas de verdad, demuéstralo!

Ana no sabía que responder, las manos le sudaban de los nervios, si le decía la verdad su matrimonio terminaría y eso no le importaba pero ¿y sus hijos?, pensó muy bien en su respuesta.

-¿Quién?- respondió distraída

- Tu padre estaba completamente seguro de que ese pirata te secuestro, que ya antes lo había hecho, jamás me hablaste sobre eso- dijo Joaquín algo alterado

-¿Crees que quiero revivir ese momento?, ¿Alguna vez fuiste secuestrado?- dijo molesta

-Tienes razón, pero ¿Por qué volvió a secuestrarte, está enamorado de ti o qué?-

- No se quienes fueron mis secuestradores pero escapar no fue nada fácil, mis hijos me motivaron y no deseo recordar esos angustiosos momentos- respondió alterada

-Perdona cariño, pasaste por una experiencia horrible y yo interrogándote, haciendo que revivas esos horribles momentos- dijo apacible mientras la abrazaba

-Entiendo tu preocupación pero por favor, entiéndeme a mí, no quiero recordar lo que viví- dijo Ana entristecida

-¡Te extrañe mucho mi amor, estaba muy preocupado!- dijo Joaquín abrazando una vez más a Ana

-¡Estoy bien, gracias!- respondió Ana mientras empujaba a su esposo para liberarse de su caluroso abrazo

-¡Me alegra escucharlo mi amor!- respondió Joaquín algo triste

-¡Veré a los niños!- dijo Ana  saliendo de prisa

>> ¡Joaquín no merece esto!, ¿Qué estoy haciendo?<< pensó Ana corriendo hacia el jardín con los ojos llenos de lagrimas

Miro al cielo pidiendo al creador que la iluminara para encontrar una solución

>>¡No quiero dejar de ver a Juan pero no puedo dejar a mis hijos y Joaquín no merece estar al lado de una mujer que no lo ama! ¿Qué hago?<<  miraba al cielo desesperada por una respuesta

-¡Mami, mami, mi hermano rompió mi muñeca!- lloraba María corriendo hacia su madre con su muñeca en manos

-¡No te preocupes cariño, te compraremos otra!-  calmaba Ana a su pequeña hija

La niña se tranquilizaba en los brazos de su madre, lo que confirmó a Ana que no podía dejar a sus hijos pero su corazón se negaba a dejar a Juan.

-¡Joaquín debo viajar a España, recibí una carta de mi tía abuela Altagracia, está muy enferma y sola, estaré unos meses para cuidarla!- dijo Ana

-¡Pero amor, solo llevas con nosotros unos meses después de… bueno ya sabes!- respondió Joaquín

-¡Lo sé y no quiero irme, sobre todo por los niños pero mi tía no tiene a nadie!- exclamo apenada

- Es verdad, bueno solo serán unos meses, espero que tu tía mejore, cuídala mucho y tú también cuídate mucho, cariño- Joaquín abrazaba a su esposa

Joaquín y sus hijos acompañaron a Ana hasta Vera Cruz fueron al muelle donde se despidieron con un fuerte abrazo, Ana después de despedirse de su familia subió a un barco con rumbo a España, el barco zarpo  haciendo escala en Cuba donde Ana bajo y se quedó para encontrarse con Juan, quien la esperaba muy ansioso.

-¡Ana, mi amor!- Juan corría a recibir a su amada quien emocionada corría también a su encuentro

-¡Mi vida!- exclamo Ana besando a Juan

- ¡No tienes idea de cuánto te extrañe!- dijo Juan abrazándola y ella a él dirigiéndose juntos a un cuarto que tenían rentado.

Durante cinco años Ana y Juan encontraron la forma de verse a escondidas, Cuba, Tortuga, Bahamas, Brasil, y muchos lugares más eran sus escondites de amor, aunque Ana disfrutaba de la compañía de su amado cada vez las despedidas eran más dolorosas y cada vez al regresar a casa  las quejas de sus hijos también lo eran para Ana.

-Mi amor debo volver a casa mañana- dijo Ana mientras se vestía

-Ana, debemos hablar- respondió muy serio Juan  observando a Ana vestirse mientras él seguía echado en cama

-¡Ya sé que me dirás, cada año es lo mismo!- respondió angustiada

- ¡Sé que no te gusta hablar de esto pero ahora si debemos hacerlo!- continuo Juan

-Ya sabes mi respuesta- trato de esquivarlo

-Amor- susurro Juan abrazándola por la espalda

-Cariño, no intentes convencerme, sabes muy bien que no puedo- dijo Ana más tranquila

-Entiéndeme a mi entonces- respondió algo molesto-Aunque han sido 5 maravillosos años, tú sabes cómo me siento al respecto- continuo Juan

-Mi amor, tu sabes que no puede ser de otro modo-

-¡Tus hijos ya son grandes, tu hija ya tiene 14 años, búscale esposo y listo!- exclamo Juan molesto

-¿Cómo?, ¡Sabes muy bien que jamás haría algo así, mis hijos decidirán con quien quieren casarse y cuando estén listos para ello!- respondió Ana muy alterada elevando su voz.

-¡Si, tienes razón, perdón!, yo solo quiero compartir el resto de mi vida contigo-

-¿Y no puedes esperar un poco más?, mis hijos ya crecerán, el divorcio con su padre les dolerá menos-

-¡Ana, por favor, tus hijos están muy grandecitos para soportar un divorcio de sus padres, buscas excusas para no irte conmigo!- grito enfadado Juan

-Tú sabes muy bien que no es cierto- respondió alterada

-¡Siempre la misma cantaleta Ana, ya estoy harto, si me amas de verdad, demuéstralo!-enfurecido Juan tomo su ropa y salió de la habitación.

 




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