Amor pirata

Capítulo 24¡Se fue!

Sola en la habitación de hotel, Ana pensaba en la discusión con Juan, se sintió muy mal al respecto y enseguida salió a buscar a Juan, desesperada, lo busco por todas partes, caminaba por todos los bares de Costa Rica. -¡Anda guapo, no me dejes otra vez!- dijo una mujer colgada del cuello de un hombre intentando besarlo en un callejón. -¡Basta, ya te dije que debo irme!- dijo el hombre al que inmediatamente reconoció su voz -¡Ah mi amor, siempre me haces lo mismo!- respondió la mujer haciendo puchero -¿Mi amor?- dijo Ana enfadada, confirmando que aquel hombre era Juan -¡Ana!, ¿Qué haces aquí?- respondió Juan sorprendido, empujando a la mujer -Vina a buscarte pero no te preocupes, quédate con tu amiga, yo me voy- respondió enfadada mientras se alejaba de ahí, enseguida sintió una mano que la detuvo -Ana, espera, te explico- dijo Juan detrás de ella -No tienes nada que explicar- respondió Ana indiferente pero en el fondo dolida -¡Ana!, esa mujer es solo- trato de explicar -¿una amiga?, ¿tu desahogo cuando no estoy?- respondió alterada -¡Tengo derecho!, ¡Tú tienes marido y no me vengas con el cuento de que estos cinco años no tuvieron sexo, ningún hombre aceptaría que su esposa se niegue por tanto tiempo!- respondió Juan enfadado Ana miro hacia un lado evitando la mirada de Juan, trago saliva, dándose valor para continuar con esa conversación que la estaba matando de celos -No, él es un caballero y me respeta- continuo Ana -¡Mentira!- exclamo Juan -¡Te conozco muy bien para saber cuándo mientes!- continuo Juan -¡Esta bien, si tuve que cumplir como esposa pero eso fue solo una vez y ya paso mucho tiempo!, ¿en cambio tú?, ¿con cuántas me engañas?- reclamo Ana enfurecida, mirando fijamente a Juan a los ojos -¿Quieres un número exacto?- respondió con descaro lo que Ana respondió con una cachetada -¿Esta era tu venganza para mí?- pregunto dolida -¡Muy bien Juan, de hecho me facilitas las cosas!- termino de decir mientras se alejaba de ahí -¡Ana espera!- grito Juan mientras Ana corría a toda prisa al cuarto de hotel que compartían Una vez en el hotel Ana tomo rápidamente la llave y corrió a su habitación, asegurando esta por dentro, inmediatamente tomo su maleta y coloco todas sus pertenencias -¡Ana, abre!- escucho detrás de la puerta -¡Vete Juan, vete con esa mujer, no quiero saber más de ti!- respondió entre lagrimas -¡Vaya! ¿Tú estás enojada?, ¿Está bien que me tengas de amante pero yo no puedo tener amantes?- respondió molesto -¡Vete al diablo!- grito Ana -¡Ana, abre, tenemos que hablar!- exclamo Juan -¡no hay nada más que decirnos, ahora vete o tendré que bajar por la venta para irme de aquí!- respondió Ana -¡Ni lo uno ni lo otro, o me abres o pateo la puerta!- grito Juan Ana sabía bien que el sería capaz de hacer eso así que después de tranquilizarse su miedo a que hiciera un escándalo rompiendo aquella puerta o su morbosa curiosidad la orillaron a abrir para escuchar lo que tenía que decir. -¡Ana, por favor escúchame en silencio!- dijo Juan inmediatamente mientras ingresaba al cuarto y cerraba la puerta tras de el -Escucho- respondió abnegada -Te mentí- dijo Juan, recibiendo una mirada de incógnita por parte de Ana –No tengo amantes, esa mujer es una prostituta que siempre se me ofrece y siempre la rechazo, te dije todo aquello porque estaba furioso contigo, furioso porque me da la impresión que no te quieres separar de tu marido, tampoco deseas dejarme a mí, pero así no podemos seguir- continuo Juan mas apacible -Todo es por mis hijos, yo- -Basta de poner a tus hijos como excusa, hace cinco años lo entendí, ellos aún eran pequeños pero ¿ahora?, Ana tienen 14 y 12 ya están grandes, en cualquier momento tendrán que casarse y se irán lejos ¿piensas seguir con tu esposo, sin amarlo, solo por ellos?- dijo Juan algo alterado -¡Para ti es fácil hablar, en primer lugar eres hombre, ustedes no se hacen cargo de os hijos más allá¡ del tema económico y segundo como no son tus hijos y no tienes ninguno, no te importa!- dijo Ana enfadada -Eso dolió Ana- dijo renegando –Sabes muy bien que yo quería una familia contigo, por alguna razón no hemos podido tener un hijo, y a los tuyos los quiero porque son tuyos pero te amo a ti, solo quería una vida a tu lado- continuo Juan dolido, mientras abandonaba la habitación Ana sentada en la cama vio como Juan se alejaba de la habitación, estaba muy herido, caminaba cabizbajo mientras ella lo veía marcharse, con lágrimas en los ojos, Ana lloro hasta que el sueño la venció, a las horas el canto de los pájaros la despertó al día siguiente. -¿juan?, ¿Juna, mi amor, estas aquí?- lo busco por toda la habitación y el hotel, no habían rastros de él. Con todo su dolor tuvo que reponerse, tomo sus maletas y abandono el hotel con rumbo al muelle y así llegar pronto a su casa en México, extrañaba a sus hijos, pero una inquietud en el pecho no la dejaba respirar. >>¿Dónde está Juan?, no quiero irme sin despedirme de él, ¿Dónde está?<< pensaba angustiosamente Ana, mientras miraba por todos lados -¡La llave de la habitación 12!- pidió Juan al recepcionista del hotel -Señor, esa habitación ya se desocupo, la señora nos dejó sus cosas, ¡Aquí tiene!- dijo el joven, entregándole una pequeña maleta. >>¡Carajo, ya se fue al muelle, espero llegar a tiempo!<< Juan después de pedirle al muchacho que guardara su maleta unos minutos más, corrió como endemoniado hacia el muelle buscando desesperada mente a Ana, finalmente llego al muelle. -¡Se fue!- dijo Juan entristecido




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