Amor por coincidencia

2. La residencia

El vuelo pasó tranquilo, debo admitir que Nate fue una gran compañía, la pasamos bromeando y conociéndonos, me enteré que vive en Nueva York y estuvo en Los Ángeles de vacaciones, que está en el tercer año de la universidad y estudia administración de negocios, ya que heredará la empresa de su papá y tiene que saber cómo manejarlo o algo así, en realidad no comprendí mucho, o mejor dicho, no le puse mucha atención, me perdí en sus hermosos ojos, ese chico si que es guapo, su sonrisa es maravillosa, ya se, lo he repetido muchas veces pero enserio es muy bonita.

Yo le conté un poco de mi vida en Los Ángeles, mis amigos, la preparatoria, todo lo esencial, hasta le conté un poco de mi loca familia, nos llevamos bastante bien.

Después de 5 horas charlando con este chico, el avión aterrizó, era hora de decirle adiós a mi crush aéreo.

Fuimos a buscar nuestro equipaje, el mío era muchísimo más que el de él así que me ayudo a llevarlo hasta un taxi, ya que él tenía que esperar a que llegaran por el.

-Alex, ha sido un gusto pelear y platicar contigo, espero pienses lo mismo- dijo de nuevo sonriéndome, enserio le gusta sonreír.

-Bien, admito que pase un buen rato, el tiempo pasó muy rápido- le respondo cortésmente.

-Alex, me gustaría volver a verte pronto, ¿me darías tu número?- pregunta seriamente y yo obviamente me sorprendo.

-Wow, que directo, eso me gusta- sonríe ampliamente ante mis palabras- pero no- su sonrisa desaparece- tienes mi nombre, averígualo- le respondo, hay que hacerse del rogar un poco, ¿no?

Al parecer lo deje sin palabras, por lo cual le doy un beso rápido en la mejilla y me subo al taxi, le doy la dirección de la NYU y nos perdemos en el tráfico, dejando al pobre de Nate sin saber qué decir.

Nate's POV

Esta chica es insufrible, se acaba de ir y no me dio ni tiempo de responderle, estoy muy sorprendido por el hecho de que no me dio su número, ¡no me lo dio!

Todas las chicas se mueren por qué yo les pida el número , y esta chica molesta se negó, aunque admito que me dio un reto, encontrarla, y lo haré, no por nada soy Nate Scott.

Minutos más tarde alguien me llama, volteo rápidamente y me encuentro con mi mejor amigo Tyler Ross, el es un chico odioso si no lo conoces, pero cuando lo haces es un gran amigo.

-¡Scott! Tanto tiempo- dice haciéndose el sufrido, a lo que ruedo los ojos.

-Ross- respondo normal- solo fue un mes, así que deja de lloriquear- digo mientras subo mi maleta a la parte trasera de su Audi.

-¿Qué? ¿Ahora no se me permite extrañar a mis amigos?

-¿Alguna vez has pensado en ser actor?- digo serio, enserio se le daría muy bien.

-Basta de chistes- dice rodando los ojos- vayamos a casa y así en el camino me puedes contar de tu lindo viaje en las hermosas playas de Los Ángeles y con esas hermosas chicas.

-Tyler, en serio eres insufrible- digo divertido ante su bipolaridad.

Alex's POV

Al llegar a la universidad, me sorprendo ante la magnífica vista que tengo, es un edificio gigante, con gente entrando y saliendo como loca, el taxista me ayuda con mi equipaje y entro al gran edificio que tengo en frente, y voy directo a administración, para que me asignen mi habitación en la residencia.

En mi camino por esos hermosos pasillos, veo qué hay bastantes chicos con equipaje, que al igual que yo son nuevos, me alegra haber llegado a tiempo para instalarme y para la semana de integración que brinda la universidad hacia los nuevos estudiantes.

Al llegar a administración, me doy cuenta de qué hay mucha gente por lo que me toca esperar por lo menos una hora hasta que es mi turno, y muero de hambre.

Cuando por fin me llaman, voy directo a la pequeña oficina, en ella se encuentra una señora de unos 30 años, me ofrece una sonrisa.

-Buenas tardes, siéntese por favor- dice mientras señala la silla qué hay en frente de su escritorio.

-Gracias- respondo amablemente.

-¿Usted viene para lo de las residencias?- pregunta, ante lo que yo asiento- ¿Cuál es su nombre?

-Alexandra Middleton.

-Muy bien- dice mientras teclea en su computadora, cuando su rostro cambia a una expresión de susto.

-¿Usted ya ha pagado la residencia?- pregunta con 
temor.

-Si- respondo- he pagado ya 3 años- agregó, y se que es verdad, yo misma me encargué de eso.

-Me parece que hubo un error señorita Middleton.

-¿Un error?- ahora la que tiene miedo soy yo- explíquese- digo.

-Nuestro error- aclara- la chica, que iba a dejar la residencia, se arrepintió a último minuto, y su familia ha hechos grandes donativos a la universidad, y no pudimos negarnos...

-¿¡Y donde se supone que me quedaré ahora!?- la interrumpo- Por esa razón pague 3 años por adelantado, para evitar esta clase de errores, se supone que llevan un control, ¿no es así?

-Si señorita, pero como le expliqué, esta situación fue de último minuto, y no se por qué razón no le avisaron.

-¿Y mi dinero?, ustedes lo reciben muy gustosos aunque ni siquiera tienen cupo, ¿no hay algún otro lugar en el que pueda estar?




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