Amor por coincidencia

3. La fraternidad

-¿¡Qué!? ¿¡Qué!?- No puedo creer que eso sea posible.

-Señorita tranquilícese por favor- pide amablemente.

-¿¡Qué me tranquilice!? ¿¡Acaso es una broma!? ¿La universidad permite que una chica viva con cinco chicos más?- esto es absurdo.

-En casos extremos, si, pero tranquila, los chicos con los que vivirá son de extrema confianza, estará a salvo con ellos.

-Bien, entonces deme la dirección para ir a instalarme, por favor- le digo las ultimas palabras más obligada que de ganas.

-No será necesario, ya llamamos a un chico para que venga por usted, y el dinero de este año será acumulado para las colegiaturas de sus estudios, y el siguiente año, tenga por seguro que tendremos una habitación para usted, ¿le parece bien?

-Esta bien, gracias- respondo bastante harta.

-Puede esperar aquí.

-Gracias.

Pasa aproximadamente media hora, lo que me hace creer que este chico se olvidó de mi o simplemente la fraternidad está lejos, y yo me estoy muriendo de hambre, y siento que la cabeza me estallará en algún momento.

Estoy por sacar mi libro cuando la puerta se abre.

-Disculpe la tardanza, el tráfico esta horrible- eso lo dijo uno de los chicos con los que viviré.

-No hay problema señor Ross- Si, como usted no tiene hambre- Esta es la señorita Alexandra Middleton, ella vivirá con ustedes este año.
En ese instante me levanto y me doy la vuelta para encontrarme con el chico que me llevará.

-Un gusto, soy Tyler Ross- dice extendiéndome su mano, vaya este chico también es muy guapo, tiene el cabello rubio oscuro, sus ojos son entre color miel y verdes, un color muy lindo a decir verdad.

-Igualmente- digo estrechando su mano- Gracias por aceptar que viva con ustedes.

-No hay de que- voltea a ver detrás de mi- ¿ese es tu equipaje?- señala, a lo que yo asiento- bien, déjame ayudarte.

-Gracias.

El chico guapo que lleva el nombre de Tyler, toma mis dos maletas gigantes y yo tomo las dos pequeñas  y lo sigo.

-Hasta luego- decimos ambos al unísono para despedirnos de la señora, de la cual nunca supe su nombre.

Lo sigo a través de los múltiples pasillos evitando chocar con todas las personas que nos encontramos, cabe recalcar que cada chica qué pasa y lo ve se le cae la baba, si, es muy guapo.

Al salir de las instalaciones, cruzamos gran parte del estacionamiento hasta llegar a un bello y hermoso Mercedes-Benz completamente negro, estoy acostumbrada a todos estos lujos, pero enserio este es precioso.

Cuando por fin lo alcanzo, ya que él camina mucho más rápido que yo, esta metiendo mi equipaje en la parte trasera del auto, le doy lo que yo traigo y cierra la cajuela. Como el gran caballero que es, me abre la puerta del copiloto y me invita a subir.

-Gracias- respondo cortésmente, el me sonríe y se dirige a la puerta del piloto- lindo auto- digo cuando ya esta dentro.

-¿Te gusta?- asiento- este auto es mi bebé - sonríe al ver de nuevo su auto.

Unos minutos después de contemplarlo, arranca y salimos del estacionamiento.

-¿Quieres poner un poco de música?- me pregunta y yo vuelvo a asentir- perfecto- enciende la radio y escucho a ¿Ed Sheeran?

-¿Te gusta Ed Sheeran?- Pregunto bastante intrigada y él asiente- tu si que sabes de música.

El camino transcurre tranquilo, yo estoy mirando por la ventanilla mientras admiro la hermosa ciudad de Nueva York, mi acompañante no deja de tararear las canciones de la radio, hasta que baja el volumen.

-Mis amigos se sorprendieron mucho cuando llamaron- dijo- se volvieron locos, no creían que íbamos a tener otro compañero, y menos una chica.

-¿Es decepcionante?- Pregunto.
-No, por supuesto que no, de hecho me agrada, esos locos se pusieron a limpiar toda la casa solo por qué tu venías y no querían darte una mala impresión, espero que eso ocurra seguido- me rio ante sus palabras.

-Bueno, ya veremos si lo logran- el ríe de vuelta.

-Eso espero- responde y sube de nuevo el volumen de la radio, lo que me hace entender que nuestra conversación ha terminado.

Quince minutos más tarde llegamos a una zona residencial bastante linda, todas las casas aquí son gigantes, mejor dicho, son mansiones, estoy tan maravillada con la vista, cuando nos detenemos en frente de una mansión blanca, es muy bella.       

-Llegamos- dice entusiasmado.

Me abre la puerta del copiloto y me ayuda a salir, nos dirigimos a la cajuela para tomar mis maletas.
Cuando ya tenemos todo en las manos, lo sigo a la puerta principal y la abre.

-¡Llegamos!- grita para que sus amigos salgan de donde sea que estén.

La casa es gigante, no se nota que solo esté habitada por chicos, esta muy limpia, los muebles están bien cuidados, al igual que las decoraciones de su alrededor, todo esta perfectamente limpio y acomodado.

Sigo observando con detenimiento cuando escucho que alguien corre escaleras abajo, es un chico bastante alto y lindo, se detiene en cuanto me ve.

-Wow- murmura- qué bonita esta- dice en voz baja pensando que no lo escuche.

-Gracias- respondo con una sonrisa, y el se sonroja como tomate, que tierno.

-Discúlpame- dice apenado rascando su cuello mientras que Tyler se ríe ante su reacción.




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