Había llegado el tan esperado día, el momento en el cual pondría mi plan en marcha, ayer después elegir a mi segundo cómplice, le enviamos un correo, haciéndonos pasar por el padre de Freya, diciéndole que había un nuevo proyecto para él y estaba seguro de que no lo rechazaría, que lo citábamos en la preparatoria San Andrews a las 3 pm para explicarle de que se trataría y mostrarle un poco del set, minutos después contestó accediendo a nuestra cita mencionando lo interesado que estaba por saber con detalle de que iba este nuevo trabajo y agradecía que lo tomara en cuenta. Recuerdo el grito de emoción de nuestra parte al ver que cayó en la trampa ya que una parte de mi creía que nos descubriría y le contaría al padre de mi amiga.
Todo parecía ir de acorde al plan, sin embargo, horas después sentí que no era lo correcto, que solo caería en su juego si le seguía la corriente, si le mostraba cuanto me importaba y lo dolida que estaba, ante ese remordimiento de conciencia llegué a la siguiente conclusión:
¿Quién era bella para darle tanta importancia?
Si hacia eso de cierta manera haría crecer su gran ego al darle mi atención de esta forma y no había mejor forma de joderla que ignorándola, odia el hecho de dejar de ser el centro del universo.
Quería ser una mejor persona y comportándome igual a ellas no lo conseguiría, después de la broma ayer, después de esa frase dicha por Bella ‘’ Ahora que la víctima eres tú no te parece tan divertido como antes’’ recordé todas las injusticias que cometí, todas las burlas, el bullying, hice sentir mal a muchos y fue hasta ahora que estuve en sus zapatos que me di cuenta de lo horrible que era, por eso me disculparía y sería una nueva chica, una chica buena y con estilo por supuesto, eso nunca se iría.
Entre al salón de clases, el día de hoy opté por un estilo vintage, falda de cuero negro que llegaba a los muslos, una blusa de tiras delgadas color gris de cuadros y por su puesto mis amados botines negros con cordones y tacón delgado, ondulé mi cabello y maquillé mi cara de forma en que mis ojos resaltaran.
Vi a Freya sentada en la penúltima fila del salón retocando su labial color nude, no sabía cómo decirle que ya no deseaba seguir con esto, en especial cuando rompió las reglas de su padre para ayudarme.
Me mataría, de eso me hallaba segura.
Tomé asiento a su lado, ella apartó su mirada del cristal y me sonrío achinando sus ojos verdes.
- ¿Ansiosa por lo de hoy? - cerró su espejo.
-Carraspeé- La verdad es que ya no estoy tan segura de continuar.
- Al instante la felicidad se borró de su rostro y arqueó una de sus cejas-¿Por qué? Ayer estabas tan entusiasmada y segura de esto, pensé que querías hacerlas pagar.
-Así era, pero...- el timbre anunciando el comienzo del día lectivo me interrumpió- hablamos en el receso.
-Bien- suspiró.
Nuestra primera clase del día era biología, en realidad no me disgustaba, era de mis preferidas, disfrutaba de la lección y la profesora me caía bien. Por la puerta ingresaron el trio de brujas acompañadas de los chicos del equipo, Dereck pasaba su brazo por los hombros de Bella causando una removida a mi herida abierta, sus ojos ámbar cayeron sobre mi provocándome retortijones en el estómago, le di una mirada de pocos amigos y quité mi rostro de él.
-Buenos días clase- la profesora Marin entraba en la habitación y detrás de ella Pablo, el nerd de la clase, cargando su bolsa y libros.
-Mira, pero si es la mula de carga- soltó uno de los jugadores, inmediatamente todos rieron a carcajadas, excepto Freya y yo, me sentía terrible por todo lo que le habíamos hecho a través de los años.
-Señor Bolton si no quiere una expulsión de un mes le recomiendo que se disculpe con el compañero y guarde silencio si no va a decir cosas productivas.
-Que pesada- refunfuñó.
- ¿Perdón? - se cruzó de brazos- ¿Qué es lo que ha dicho?
-Que perdón, siento lo que dije Pablo.
-Vale- el chico se sentó en el mismo lugar de siempre en la primera fila, se acomodó sus gafas sin prestarle importancia.
-Mucho mejor Señor Bolton, bueno clase antes de empezar con el tema de hoy, haremos un repaso de la clase pasada.
-Son unos idiotas.
-Ni que lo digas- resoplé.
- ¿Qué son los monómeros señor Adams?
-Una banda de monos.