Amor Prohibido

-5- Nueva convivencia-

- ¿Oye niña, tú eres María?

- Sí- respondí con cautela.

La vampiersa se quitó sus lentes de sol y me detallo con una extraña mirada, era una mezcla de: diversión, frustración, enojo y superioridad. Me tenido la mano e insegura se la estreche.

- Hola María, soy Olivia- me tense y quise apartar mi mano, pero ella sonrió ampliamente y me acercó con brusquedad hacia su rostro, sus ojos se oscurecieron y habló con voz seria, eliminando el tono chillón fingido- Y ahora, hazme el favor de quitarte de en medio y alejarte de Simon.

Me soltó con brusquedad, y se colocó los lentes nuevamente.

- Fue lindo conocerte- movió sus dedos- bye.

Me hizo a un lado chocandome con su hombro mientras avanzaba como diva (perra) hacia el campus central. Era cierto...todo era cierto... ¿lo peor? Es que la chica era hermosamente desagradable en todos los aspectos: Voz fingida, melena rubia, piel dorada, ojos rojos como rubíes, figura atlética y vestía el uniforme como si fuese una actriz porno, con todo y tacones. No podía competir con ella, así que lo decidí 100 veces más, Simon quedaría enterrado en el pasado.

Entre al edificio con la cabeza en las nubes, el timbre sonó y yo comencé a abrirme paso entre la marea de gente, y por poco muero pisada cuándo a la marea se le sumo la ola de chicos demonios.

Como pude, logre llegar a mi casillero, lo abrí casi jadeando y me miré en el espejo que había colocado en la puerta. Arregle de nuevo mi cabello y saque mis libros para ese día.

El aire gélido azoto mi nuca y voltee a ver a Ted quien me veía  con una sonrisa.

- Buenos dias- lo salude.

- oh oh...¿Paso algo?

- digamos que conocí a la susodicha de Olivia- Ted me miro  afligido y frunció los labios- Pero que mas da, tú lo dijiste debo olvidarlo.

- Esa es mi chica, por cierto, te tengo una noticia que te alegrara la mañana...

Pero no pudo terminar de hablar, pues la voz de Juno, resono por todo el pasillo.

-¡María, sigues viva!- mi segundo mejor amigo en esta mierda de instituto, corrió hacia mi y me abrazo dandome vueltas en el aire.

Llevaba el uniforme, como solo él podría llevarlo: falda, converse corte alto, camisa por dentro solo de un lado, sin corbata y la chamarra. Amaba a mi británico demonio transexual y su estilo punketo, pues tenia el cabello tipo  mohicano teñido de verde y el rapado en color castaño.

- Sí, sigo viva.

- ¿Y ya...- jugo con sus cejas- con Simon?- Ted se hecho a reír y yo frunci el ceño- Lo tomare como un no.

- Tiene novia- suspire. Note como Juno estaba ansioso por saber los detalles de la chica, así que se la mostre- es la chica rubia que esta a las diez menos cuarto.

Juno volteo y detallo a Olivia con desagrado.

- ¿Ese saco de huesos es la novia de Simon?  Querida, tiene mas porte un mapache ebrio.

Los tres reimos ante la ocurrencia y el timbre volvió a sonar.

Guarde mis cosas en la mochila y me despedi de mis chicos, pues tenia clases a primera hora y ellos no.

- ¡Buena suerte con la bulimica!- Grito Juno despidiendome.

- ¡Te veo en deportes!- se despidió Ted y yo lo hice sin verlos con la mano alzada.

La primera hora fue un grano en el culo y no por la materia, pues amaba historia mitológica, si no que esa clase la veía con Vladimir y su amiguito Christopher Goya, dos rubios con el IQ de un mosquito. Se la pasaron toda la clase riendo entre ellos y lanzando papelitos con pitillo como si fuesen críos de tres años.

Estuve a punto de insultarlos, cuando sentí uno chocar contra mi mejilla, pero un dedo timido me interrumpió, voltee a ver a la persona en cuestión limpiandome la cara. Era una chica loba.

- ¿Que fue lo ultimo que dijo?

- Los doce trabajos de heracles- le respondí rapidamente conmocionada. Me sonrió agradeciendome, copio lo que le dije y me volvió a ver.

- Soy Julia por cierto.

Oh dios, esta pasando estoy hablando con una chica... Cálmate María respira.

- María- estreche su mano con efusividad- por cierto me gustan tus zarcillos.

- Y a mi tu collar- sonrió mas ampliamente mostrandome sus poderosos caninos.

Y lamentablemente esa fue toda la conversación, pues el profesor un fauno bastante malhumorado, nos mando a callar y a bajar puntos a todos. Con placer vi como sacaba al principe y a Goya de Clases. Al menos él era uno de los pocos profesores que no se intimidaban por Vladimir.




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